Por Andrés Cottini
A_Cottini
Apenas una semana pasó de un día inolvidable para el deporte
uruguayo, un hecho impensado para un planeta que no sabía de la existencia de
una mujer dispuesta a quebrar la hegemonía existente, decir presente con su receta,
y presentar a su país a la mesa grande del atletismo.
Todo eso conquistó Julia Paternain al ganar la medalla de
bronce en la maratón del Mundial de Tokio, la primera en esta prueba para Latinoamérica,
una presea inédita para nuestro país a este nivel y que se enmarca como una de
las grandes conquistas del deporte celeste en su historia.
“Desde que gané la medalla mi vida quedó patas para arriba”,
dijo Paternain abriendo un mano a mano sin desperdicio con FútbolUy: “No tuve ni
medio segundo para respirar, llegué a Estados Unidos [donde reside] hace dos
días y habré dormido dos horas.
Por su historia
“Comencé como nadadora, en realidad hacía de todo, no me
podía quedar quieta, pero ese fue mi primer deporte. Entrenaba como tres horas
por día, además de competir”, relató para explicar como derivó en el atletismo.
Los aspectos generales de su historia son conocidos, nació
en México de padres uruguayos (Gabriel Paternain y Graciela Muniz, dos
matemáticos que nunca olvidaron sus raíces y siguieron sus vidas en el exterior),
cuando estaba por cumplir los dos años llegó a Inglaterra donde se crío y luego
fue reclutada por Estados Unidos donde realizó su etapa universitaria y ahora
vive en Arizona.
“Empecé a correr cuando tenía 16 años y me gustó más que
nadar. Entonces en algún momento mi entrenador me hizo elegir uno de los dos
deportes porque no me daban las horas en el día. Decidí seguir corriendo y
desde ahí me ofrecieron una beca para ir a Estados Unidos. Fui primero a la Universidad
de Penn State en Pensilvania por dos años y después me transferí para la
Universidad de Arkansas por tres años”, donde se recibió de psicóloga y además
realizó una maestría en negocios.
Terminados sus estudios decidió tomarse un año sabático, corría, es cierto, pero sin entrenador, sin planificación y se cuestionó si quería
seguir compitiendo. Una visita a una amiga a Arizona la reencausó: “Ella corría
profesionalmente. La fui a ver y me gustó, mi trabajo lo podía realizar a
distancia y comencé a hacer las dos cosas. Conocí a mi entrenador (Jack
Polerecky) y su esposa que entrena conmigo. Volví a correr y al final pude
hacer las distancias más largas que era siempre lo que quise hacer”.
“Decidimos hacer los trámites para correr por Uruguay, participé
en una media maratón y me fue bárbaro, ahí con mi entrenador decidimos ir por
una maratón, aseguré la clasificación al Mundial y bueno, viste lo que acaba de
pasar”, señaló con una sonrisa cómplice.
Un golpe mundial
Paternain llegó al día de la maratón para recorrer los 42,195
kilómetros sabiendo que el factor climatológico iba a pesar con el calor y
humedad reinante, entonces la decisión siempre fue “hacer lo mio”.
“Dijimos con mi entrenador de empezar poco más lento de lo
que es normal para mí y después ir repechando, principalmente a competidoras
que salieron muy rápido. Eso fue exactamente lo que pasó, empecé mucho más
lenta, y veía al grupo adelante, pero me tenía que quedar tranquila y contener,
porque eventualmente las iba a agarrar”, recordó.
“Cualquiera podía hacer lo que quisiera que yo iba a
seguir corriendo mi carrera. Ya en la mitad del trayecto, el grupo de unas doce
atletas que tenía por adelante se empezó a desgranar y las empecé a pasar. Pero
claro, pasás a alguien y falta poco, luego a otra atleta, y así, que no te
das cuenta donde estás. Es una maratón, es largo y cansador, estás pensando en cuarenta
otras cosa, no en cuánta gente pasé y además mucha gente no termina, entonces
no sabía cómo venía ubicada”, siguió el relato.
“Cuando pasé a la cuarta [Susanna Sullivan de Estados
Unidos] para salir tercera, yo no tenía ni idea que estaba en posición de
podio. Entré al estadio y pensaba: ¿Qué está pasando acá? A la misma vez no me
quería dar vuelta para mirar por si había alguien cerca y tenía que apurar el
paso no me daba la energía. ‘Ya estoy muerta y quiero terminar’, pensaba para
mí”, confesó.
#Atletismo Julia Paternain medalla de bronce en la maratón del Mundial de Tokio ??????????????????
??????Imágenes que quedarán para la más rica historia del deporte uruguayo?????? pic.twitter.com/FdQe3i6sj8
— Andrés Cottini (@A_Cottini) September 14, 2025
“Cuando terminé, primero estaba con terror de que allí no
fuera la llegada porque al principio de la carrera hicimos dos vueltas de la
pista, entonces en mi cabeza había quedado eso y no sabía si tenía que seguir
corriendo. Estaba intentando preguntarle a alguien porque además no veía a las
corredoras que salieron primera y segunda. ¿Esto es la final?, preguntaba una y
otra vez y me miraban asombrados, pero no me decían nada. Ahí fue cuando un
fotógrafo me dijo que había sido tercera”, recordó.
“¿Estás seguro?”, le preguntó la uruguaya incrédula de lo
conseguido nuevamente para cerciorarse: “Ahí se confirmó y me salió el grito de
‘vamos Uruguay’ mostrando el nombre en la camiseta. ¿Por qué? Cuando estaba
corriendo, en las partes que se me hizo difícil y estaba realmente cansada, estaba
pensando en Uruguay. Me decía: ‘Quiero representar bien al país, quiero mostrar
y ser un ejemplo’. En esas últimas millas [kilómetros], eso estaba en mi cabeza.
Cuando me enteré del bronce fue un: ‘Estoy compitiendo para Uruguay, quiero
mostrar y celebrar eso”.
No la despierten
A sus 25 años se plantó en el Mundial y compartió podio con
Peres Jepchirchir de Kenia (oro) y Tigst Assefa (plata), con quien además tuvo
una charla en pleno festejo recorriendo las tribunas del Estadio Nacional de Tokio.
“En un momento donde estábamos saludando, ellas se dan
vuelta, miran el nombre de mi país en la camiseta y me preguntan: ‘¿De dónde
sos?’ Enseguida les digo Uruguay y volvieron a preguntar sorprendidas: ‘Uru, qué?.
Uruguay, les respondí y no lo conocían. Entonces, me parece buenísimo que haya más gente que
conozca nuestro país y sepa que podemos competir”, narró.
Otra hecho que se dio durante la celebración recorriendo la pista fue que las dos primeras tenían la bandera de su
país en sus hombros, algo que no sucedió con Julia Paternain.
“A esa altura yo estaba en otro planeta, no estaba pensando
en la bandera, pero me parece que lo que pasó es que nadie se imaginó nunca que
se iba a necesitar desde la organización, tampoco en la tribuna. Las keniatas
siempre ganan en distancias largas, entonces es muy común tener la suya cerca,
pero Uruguay clasificó con nueve atletas al Mundial, una delegación histórica
que es ínfima comparada con las grandes potencias, nadie pensaba que eso iba a pasar. Después
conocimos a la Embajadora de Uruguay en Japón [Victoria Francolino], y me dio
una que ahora atesoro en mi cuarto”.
Y consultada sobre la medalla y qué lugar le va a dar, confesó:
“Como llegué hace muy poco, está todavía en mi cuarto, con todo el relajo que
tengo con las cosas del viaje”, dijo largando una carcajada: “Después la voy a
encuadrar y ponerla en la pared para recordar ese momento para siempre”.
“Todavía no puedo creer que la gané. A veces me voy a dormir
de noche y pienso: ¿Todo esto pasó? ¿Fue verdad? Siento realmente que me voy a
despertar y mi vida va a volver a como era antes, que todo fue un sueño”, dijo
y cerró: “Ahí voy a redes sociales y tengo mensajes y mensajes de personas en
Uruguay que me dicen que les hice llorar con la actuación, me cuentan el
impacto que tuve, todo eso me toca el corazón, me hace feliz”.
“Me deja muy contenta sentir que estoy haciendo una
diferencia, que quizás puedo ser un ejemplo para niñas y chicas, o para
personas que quieren competir en este deporte. Eso es muy gratificante”, cerró.
?? Salió charlita con Julia Paternain ?????? para @portalmvd , medalla de bronce en la maratón del mundial de #atletismo en Tokio, y les dejó un mensaje para todos!!!!???????
Se viene una historia épica contada en primera persona?? pic.twitter.com/53Cu3XW1px
— Andrés Cottini (@A_Cottini) September 20, 2025
Por Andrés Cottini
A_Cottini