Microsoft anunció de manera sorpresiva este miércoles que duplicará el precio de Xbox Game Pass Ultimate y sacudió tanto al mercado como a su comunidad de jugadores.
El servicio de suscripción, considerado pionero en el modelo de “alquiler digital” de videojuegos, pasó de US$ 15 a US$ 30 mensuales, lo que representa un aumento del 50%.
Según informó Reuters, la compañía argumentó que la suba viene acompañada de más beneficios: más de 75 lanzamientos disponibles desde el primer día cada año, títulos de peso como Call of Duty: Black Ops 7 o Ninja Gaiden 4, mejoras en la calidad del streaming en la nube y un sistema de recompensas renovado.
El cambio también incluyó una reestructura de planes. El nivel más bajo, que pasa a llamarse Essential, costará US$ 9,99 e incorporará más de 50 juegos y acceso ilimitado a la nube. El escalón intermedio, ahora Premium, se mantendrá en US$ 14,99 con un catálogo superior a 200 títulos. El tope de gama, Ultimate, conservará su nombre, pero con un precio de US$ 29,99 y el agregado de servicios como Ubisoft Plus Classics y el paquete Fortnite Crew.
La reacción no se hizo esperar. Usuarios reportaron en redes sociales una ola de cancelaciones que llegó a saturar por momentos el sitio oficial de Xbox. Muchos criticaron que el aumento se produjo apenas un mes después de la segunda suba del año en el precio de las consolas en Estados Unidos, debido a presiones de costos y tarifas.
El golpe también se sintió en Wall Street. De acuerdo con Yahoo Finance, las acciones de Microsoft retrocedieron alrededor de 1% en la mañana del miércoles, ante el temor de que el incremento afecte el crecimiento de suscriptores, pese a la ampliación de contenidos y ventajas.
En números, Xbox Game Pass contaba con 34 millones de suscriptores en 2024 y generó casi US$ 5.000 millones de ingresos en el último ejercicio fiscal. Con la nueva estructura, Microsoft apuesta a reforzar su modelo de “juegos como servicio” en un contexto de ventas de consolas en retroceso y mayor incertidumbre económica global.
Desde el desastrozo arranque de la tercera generación de Xbox con el Xbox One en 2013, que hizo tocar fondo a Microsoft luego de posicionarse en la cima del ecosistema durante los tiempos de la Xbox 360, la empresa logró reincorporarse medianamente a través de Game Pass y su acercamiento más pro-consumidor.
Esta movida, sin embargo, contradice esa promesa de accesibilidad que en los últimos siete años logró caracterizar a Xbox, y podría deshacer lo que alguna vez lograron.