‘Vampiros blancos’: la nueva forma de acoso sexual que se extiende en México

Las autoridades mexicanas han identificado una nueva parafilia que ha puesto en alerta a colectivos de mujeres embarazadas y madres, ahora víctimas de hombres adultos que las acosan en internet y en las calles.

Los acosadores son conocidos como los ‘vampiros blancos’, hombres adultos cuyo fetiche sexual es la lactofilia, es decir, se excitan con el hecho de beber o tomar leche directamente de los pechos de una mujer lactante.

Hace ya más de un lustro se identificó el fenómeno para alertar a las posibles víctimas de su ‘modus operandi’: por lo general se hacen pasar por mujeres o se infiltran en grupos de madres lactantes en plataformas y redes sociales.

¿Cómo actúan?

Los acosadores se acercan de manera cuidadosa a sus potenciales víctimas, pero poco a poco comienzan a reconducir sus preguntas hacia temas más personales y de carácter sexual, con el objetivo de llegar a ofrecer dinero para satisfacer sus instintos.

Se alerta que muchos de esos hombres roban las imágenes que algunas mujeres suelen compartir en foros pedagógicos sobre la lactancia. Una vez tomadas las fotos, los acosadores las divulgan en otros espacios con fines de sexualización.

Buscando sancionar

Hasta ahora, este tipo de acoso no estaba recogido en ningún código penal o sancionador, una realidad a que se busca poner freno en el estado mexicano de Guanajuato.

Allí, el diputado local del Partido Acción Nacional (PAN), Víctor Zanella Huerta, ha presentado una iniciativa que busca sancionar penalmente esas prácticas de acoso. 

«Los denominados vampiros blancos […] se meten a los grupos de madres —redes sociales— y muchos de estos enfermos mentales ocupan los chats para buscar obtener la leche materna», explicó el legislador, en declaraciones recogidas por Milenio.

Se trata de una iniciativa pionera en el país, que todavía busca su encaje legal. Así, antes de convertirse en el primer estado en visibilizar y castigar esa práctica de acoso sexual, tanto en su modalidad presencial como en línea, se está estudiando cuál sería la figura legal idónea.

Algunas activistas avisan de una vertiente más de esta parafilia, relacionada con la mercantilización de los cuerpos de las mujeres, como sucede en el caso de los vientres de alquiler, una práctica que ha crecido exponencialmente en todo el mundo en los últimos años.

En este caso, se trata del aprovechamiento que algunos hombres hacen de la situación de vulnerabilidad de muchas madres, que podrían llegar a acceder tanto a vender su leche materna, como a realizar otras prácticas, si se ven empujadas por la precariedad económica.

En este caso, además, no hay que olvidar la vertiente sanitaria. No existe regulación sanitaria sobre este tipo de intercambios y podría ponerse en riesgo tanto la salud e integridad de los hombres que solicitan este servicio, como del bebé lactante.