El personal del Museo de Arte de Keelung, en Taiwán, no pudo evitar la destrucción de una valiosa obra de arte a manos de un entusiasta y bienintencionado voluntario que, con un trozo de papel higiénico, intentó limpiarla del polvo.
Si bien el hombre no estuvo feliz al tratar una obra de arte como si se tratara de un objeto doméstico, también hay que reconocer que la pieza en sí llamaba a confusión, ya que la mugre formaba parte de su estructura.
La obra, titulada “Sintaxis Invertida 16”, consistía en un espejo cubierto de polvo montado sobre una sencilla tabla de madera con una mancha en el centro, que —según su creador, el artista plástico Chen Sung-chi— representaba la conciencia cultural de la clase media.
La originalidad de la obra consistía en que la gruesa capa de polvo que la cubría no había sido colocada por el artista en el momento de su creación: se había acumulado durante más de 40 años y era parte integral de la escultura. O sea, era un espejo totalmente cochambroso.
?? In Taiwan, a janitor accidentally destroyed an art piece after mistaking it for a dirty mirror
The work by artist Chen Sung-chi, titled “Inverted Syntax — 16”, featured a dusty mirror partially covered by cloth — a symbol of the distorted self-awareness of the middle class.… pic.twitter.com/Z4Q927xtzz
— NEXTA (@nexta_tv) November 10, 2025
Por desgracia, el que ayudaba al personal del Museo de Arte de Keelung a mantener las obras de arte en perfectas condiciones no percibió semejante sutileza artística: todo lo que vio fue un objeto que pedía a gritos una buena refregada.
Al no reconocer el valor artístico de la suciedad acumulada, el voluntario causó daños irreparables a la obra antes de que el resto del personal del museo pudiera intervenir. Cheng Ting-ching , subdirectr de la institución, declaró se celebraron reuniones de emergencia tras el incidente y que
actualmente se está estudiando una posible compensación para el artista.
Dado que el arte adopta tantas formas, este tipo de errores no son precisamente raros. En más de una ocasión, piezas artísticas o instalaciones completas han terminado en la basura. Entre los casos más famosos se cuentan uno en Italia, otro en Países Bajos y otro en Alemania.