De México para el mundo: la exitosa globalización de dos poderosos cárteles

Recientes operativos han demostrado que el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), las dos organizaciones narco más poderosas de México, operan con éxito en otros países como parte de un proceso que investigadores han calificado como la «globalización del crimen organizado».

El miércoles, el Departamento de Estado de EE.UU. reportó la detención de 10 personas presuntamente involucradas en el tráfico de drogas que el Cártel de Sinaloa realiza en este país, Canadá, Colombia y México.

Uno de los datos más llamativos es que la red rompe el perfil tradicional de los narcos (varones que vivían en condiciones de pobreza, sin educación), ya que el principal acusado en esta investigación es Ryan James Wedding, un canadiense residente en México, que fue snowboarder olímpico y ahora está acusado de supervisar las operaciones del Cártel de Sinaloa.

EE.UU. lo incluyó en su lista de fugitivos más buscados y ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por su captura. Incluso comparó su poder con el de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, el exjefe del Cártel de Sinaloa que cumple una pena a cadena perpetua; y con el fallecido líder del Cártel de Medellín, Pablo Escobar.

Novedades

Esta misma semana, la Policía Nacional de España anunció que había desmantelado la ‘oficina’ del CJNG en el país europeo, en un operativo que realizó junto con la Administración de Control de Drogas (DEA) de EE.UU. y autoridades policiales de Países Bajos.

Entre las 20 personas que fueron detenidas en Madrid, Ávila, Bilbao, Valencia y Toledo, se encuentran miembros de la Camorra, una de las organizaciones criminales más poderosas de Italia que, junto con el CJNG, trafica drogas desde Sudamérica para distribuirlas a toda Europa.

La periodista Cynthia Rodríguez, en su libro «Contacto en Italia: El pacto entre Los Zeta y la ‘Ndrangheta», ya había revelado los vínculos criminales de grupos de ambos países, que se han mantenido constantes.

A estos casos se ha sumado una investigación que revela la forma en que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) hizo de Houston, Texas (EE.UU.), su centro de distribución de drogas hacia distintas ciudades estadounidenses, gracias a una alianza con el Cártel del Golfo, lo que le permitió traficar cocaína, fentanilo, heroína y metanfetaminas.

Tentáculos imparables

Hacia Suramérica, las alianzas de estos cárteles se enfocan en Ecuador, principalmente con las bandas criminales conocidas como ‘Los Choneros’ y ‘Los Lobos’. Las autoridades han dado cuenta de los pactos de estas organizaciones con el CS y CJNG para traficar cocaína a EE.UU., como parte de la estratégica ruta del océano Pacífico.

La DEA advirtió este año que estas dos organizaciones criminales mexicanas habrían establecido acuerdos con bandas de países tan lejanos como Australia y Nueva Zelanda, con el objetivo de lavar dinero de los rentables mercados de la anfetamina y la cocaína en la región.

Por otra parte, una investigación de la revista mexicana Nexos afirmó que el Cártel de Sinaloa opera en 96 países y el CJNG, en 61, lo que demuestra que se han convertido en «empresas transnacionales ilegales» que no solo trafican drogas, sino armas y precursores químicos necesarios para la fabricación de drogas de diseño.

En esas operaciones, los cárteles también arman esquemas para el multimillonario lavado de dinero. Y hoy, ningún continente escapa a su influencia.