Montevideo Portal
En el transcurso de este año, la convivencia con los animales salvajes y su lugar en el país es un tema que ha crecido de manera rápida y consistente, con un aumento destacado en los meses de octubre y noviembre tras la llegada de distintos elefantes marinos a las costas uruguayas.
En abril, un margay fue encontrado gravemente herido y afortundamente rescatado y devuelto tras un accidente de ruta en Lavalleja, seguido de meses de terapia. Actualmente, se estima que la población de este animal se pueda reducir a la mitad en las próximas décadas.
En setiembre reflotó un caso de zorros envenenados en Solís de Mataojo, una “gravísima” y recurrente práctica en el campo con respecto a estas especies protegidas por ley.
Más recientemente, en el mes de noviembre, un aguará guazú llamado Chamarrita fue embestido en Soriano, luego de haber sido liberado a su hábitat natural en Misiones, Argentina.
Este martes, según informó Uruguay Fototrampeo en diálogo con Montevideo Portal, se produjo un nuevo avistamiento, esta vez un oso hormiguero en la localidad de Cerro Chato.
“Que un oso hormiguero aparezca caminando entre casas no es una curiosidad, es una señal. La pérdida de monte, pastisales y la fragmentación del hábitat están empujando a muchos animales a cruzar campos abiertos, rutas y pueblos para poder sobrevivir”, escribieron los expertos en Instagram.
El equipo aseguró que “cada vez que vemos a una especie tan particular en un entorno que no le corresponde, queda en evidencia el impacto que se está sobre los últimos parches de naturaleza”. “Estos momentos, aunque sorprendentes, nos recuerdan que la fauna sigue ahí, resistiendo como puede, y nos recuerdan que tenemos la responsabilidad de proteger los espacios que les permiten vivir en libertad”, destacó.
En vías generales, Fototrampeo mencionó que lo que se está viendo con la aparición cada vez más frecuente de animales como el oso hormiguero dentro de pueblos o zonas urbanas es “una consecuencia directa de la pérdida y fragmentación del hábitat”.
“Cuando el monte nativo se reduce y el paisaje queda desconectado, la fauna pierde corredores naturales y se ve obligada a desplazarse por lugares que no son seguros como rutas, zonas productivas y, a veces, centros poblados”, indicó.
A su vez, subrayó que todos los días se enteran de la tala de monte nativo para diferentes proyectos. “400 hectáreas por aquí, 200 por allá, incendios, barrios privados, nuevas rutas, más espacio para las forestales y la soja. Pero muy poco leemos sobre ‘reforestar‘ —palabra casi en desuso en Uruguay—”, remarcó.
Por otro lado, el experto explicó que “este problema tiene solución si trabajamos en varios frentes”, entre los que mencionó “conservar y restaurar parches de monte, promover corredores biológicos, reducir la velocidad en zonas rurales, mejorar la cartelería y, sobre todo, generar conciencia”.
“Cada avistamiento es una oportunidad para recordar que compartimos el territorio con muchas especies que están haciendo un enorme esfuerzo por sobrevivir. Desde Uruguay Fototrampeo vemos estos casos como una señal de alerta, pero también como un llamado a involucrarnos más en la protección de la fauna local”, concluyó.
Montevideo Portal