Hacen un inesperado hallazgo sobre el objeto interestelar 3I/ATLAS

El cometa interestelar 3I/ATLAS, que atraviesa actualmente el sistema solar interior, podría estar cubierto de criovolcanes o «volcanes de hielo», según nuevas observaciones publicadas a finales de noviembre en el portal arXiv.

Imágenes recién divulgadas muestran chorros en espiral de gas y polvo que parecen elevarse desde la superficie helada del cometa a medida que se aproxima al Sol, lo que se interpreta como señales de actividad criovolcánica vinculada a la composición interna del objeto.

Los investigadores esclarecieron que esos chorros estarían impulsados por el calentamiento interno y la sublimación de hielos volátiles, en particular dióxido de carbono sólido, que escapa a través de fisuras, y agregaron que el 3I/ATLAS está experimentando «criovulcanismo», un fenómeno que se ha observado en otros cuerpos helados del sistema solar exterior. 

En ese orden, los astrónomos subrayaron que tanto el comportamiento como la composición del cometa interestelar se asemejan a los objetos transneptunianos, cuerpos helados que orbitan el Sol más allá de Neptuno. En este caso, el cometa procede de otro sistema estelar, hecho evidenciado por su órbita hiperbólica. Previamente se estimó que el 3I/ATLAS contiene materiales muy primitivos, similares a los de ciertos meteoritos carbonáceos vinculados a las primeras etapas de la Tierra.

Según las observaciones del Telescopio Espacial Hubble, el cometa tendría entre 440 metros y 5,6 kilómetros de ancho y podría ser más antiguo que el propio sistema solar, con miles de millones de años de antigüedad.

Si bien los investigadores señalaron que se trata de resultados preliminares aún pendientes de comprobación, recalcaron que el 3I/ATLAS ofrece una oportunidad única para comparar directamente la química y la evolución de cuerpos helados formados alrededor de otras estrellas con los objetos helados del sistema solar exterior. 

• El cometa, descubierto el 1 de julio por el telescopio de rastreo ATLAS de la NASA en Chile, es el tercer objeto interestelar detectado en la historia.
• Aunque no supone ninguna amenaza para la Tierra y no se acercará a menos de 270 millones de kilómetros de nuestro planeta, el objeto pasó a unos 30 millones de kilómetros de Marte a principios de octubre.
• El 29 de octubre alcanzó su perihelio, el punto más cercano al Sol, antes de comenzar a alejarse nuevamente hacia el espacio profundo, arrastrando tras de sí una larga cola y chorros de gas.

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