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todaydiciembre 10, 2025
78 años después, el asesinato de Elizabeth Short sigue siendo uno de los crímenes más notorios y siniestros de la historia de Los Ángeles, recoge People.
La madrugada del 15 de enero de 1947, el cuerpo de la joven de 22 años apareció abandonado en un solar de Leimert Park, cortado en dos mitades con una precisión quirúrgica y sin una gota de sangre derramada. El brutal e inexplicable crimen marcó el comienzo de una de las investigaciones más caóticas y mediáticas de la historia policial estadounidense.

La escena del crimen se desbordó en cuestión de minutos. Antes de que la Policía pudiera acordonar el área, varios reporteros ya habían invadido el terreno, dando inicio a uno de los casos más sensacionalistas del país. Además, la misma prensa le dio el apodo de la ‘Dalia Negra’, inspirado en una película del año anterior y en la supuesta preferencia de la joven por la ropa negra.
La investigación se centró inicialmente en la vida de Short, revelando constantes mudanzas, trabajos temporales y relaciones inconclusas. Tras abandonar la escuela por problemas de salud, vivió en Florida, Boston y California, buscando estabilidad mientras soñaba con abrirse paso en la industria del cine.


Las semanas previas a su muerte estuvieron marcadas por los nervios, amenazas y huidas. En diciembre de 1946, abandonó Los Ángeles con la sensación, según dijo a sus allegados, de estar en peligro.
En San Diego encontró refugio temporal en la familia de Dorothy French, quien relató que la joven vivía aterrorizada por un exnovio y que incluso tres desconocidos llegaron a buscarla a la casa. Finalmente, regresó a Los Ángeles el 8 de enero. Su última aparición confirmada fue en el hotel Biltmore, donde realizó varias llamadas telefónicas con evidente nerviosismo antes de desaparecer definitivamente en la noche.

La mañana del 15 de enero, una joven madre encontró el cadáver de Short, creyendo en un primer momento que se trataba de un maniquí.
Además de haber sido picada en dos mitades, su rostro presentaba una siniestra sonrisa hecha a punta de cuchillo, que la atravesaba de oreja a oreja. Esta herida es conocida como la sonrisa de Glasgow, un método de tortura que se originó en la ciudad escocesa del mismo nombre y que consiste en hacer cortes en los bordes de la boca y luego infligir otro tipo de agresiones para provocar gritos y así, la apertura involuntaria de la herida.
La identificación fue complicada dada la mutilación del cuerpo, por lo que la Policía recurrió a las huellas dactilares y a dispositivos fotográficos experimentales facilitados por un periódico local. La confirmación llegó horas después desde el FBI, que ya tenía registros de ella por un antiguo trámite laboral y un arresto por consumo de alcohol.
Durante semanas, la prensa publicó especulaciones, rumores e incluso confesiones falsas, mientras los investigadores intentaban seguir pistas que se multiplicaban sin parar. Cientos de sospechosos fueron interrogados, pero ninguno fue acusado formalmente. Sin embargo, con los años, el doctor George Hodel comenzó a destacar entre todos ellos.


Hodel, un médico que se movía con soltura en los círculos más selectos de Hollywood, fue investigado como sospechoso en 1949 tras una denuncia de abuso sexual presentada por su propia hija. Aunque fue absuelto, algunos de sus comentarios captados en grabaciones clandestinas parecen hacer alusión a la muerte de su secretaria y a la de Short.

«Supongamos que yo maté a la Dalia Negra. Ya no pueden probarlo. Ya no pueden hablar con mi secretaria, porque está muerta», dijo. Poco después, Hodel abandonó Estados Unidos y se instaló en Filipinas durante cuatro décadas.
La figura del médico resurgió cuando su hijo Steve, antiguo detective de la Policía de Los Ángeles, retomó el caso tras la muerte de su padre en 1999.
Fotografías, recibos, testimonios y análisis de escritura lo llevaron a construir un dosier que muchos consideran la hipótesis más sólida hasta la fecha. El subfiscal Steve Kay llegó a declarar que, de haber estado vivo Hodel, habría presentado cargos en su contra.
A pesar de ello, la causa oficial sigue sin un acusado. Las autoridades mantienen el caso abierto, pero sin avances significativos.
Escrito por hiperactivafm
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