Montevideo Portal
Uruguay y Brasil encabezan el desarrollo de un modelo regional de identificación digital que permitirá a cualquier persona autenticarse en servicios públicos de otro país utilizando su credencial nacional. El proyecto involucra a 13 naciones y prevé un despliegue inicial durante 2026, con varios sistemas ya operativos antes de fin de año.
La iniciativa toma como base el ecosistema uruguayo, activo desde 2018, construido sobre un broker que conecta proveedores de identidad —como la cédula con chip, ID Uruguay, Abitab o Antel— con más de 200 servicios digitales. “La persona tiene una única identidad y la usa en muchos lugares; lo que cambia es cómo se prueba”, explicó el gerente de Identificación Electrónica de Agesic, Juan Pablo García, en diálogo con Montevideo Portal.
Ese modelo evita que cada institución maneje usuarios y contraseñas, un sistema hoy estimado como vulnerable, y promueve tecnologías más seguras como la firma electrónica avanzada, cuya clave privada nunca sale de la cédula. “Para robar tres millones de credenciales habría que hackear tres millones de cédulas”, señaló García.
Sobre esa base, Uruguay habilitó la primera integración transfronteriza de la región. Desde hace más de un año, ciudadanos brasileños pueden acceder a trámites uruguayos usando su identidad digital de Brasil. En las últimas semanas, la expansión fue significativa: más de 370 trámites de la Ventanilla Única de Comercio Exterior quedaron disponibles para identidades brasileñas nivel oro, un hito para el vínculo bilateral.
Ese antecedente impulsó a la Red de Gobierno Digital de América Latina y el Caribe, con apoyo del BID, la OEA y el Banco Mundial, a promover un estándar regional unificado. La propuesta contempla un único modelo y un único software para que cada país implemente su broker, compatible con los demás.
El desarrollo comenzó en julio y ya tuvo una demostración pública en noviembre: un chileno, un uruguayo, un brasileño, un colombiano o un argentino podían autenticarse en un trámite migratorio chileno desde su identidad nacional, en un entorno de pruebas pero con proveedores reales. “Simulamos el broker de Chile integrado al resto”, relató García.
La etapa que sigue será clave. Entre enero y marzo se terminarán el software y el modelo técnico, mientras se prepara la infraestructura en los países más avanzados. Chile, Paraguay, Costa Rica, Colombia y República Dominicana aparecen como los primeros candidatos a adoptarlo.
El objetivo es concreto: “Llegar a mitad de año con tres o cuatro países instalando el broker y cerrar 2026 con varios en producción, integrados con Uruguay y Brasil”, sostuvo García. Cada país deberá además habilitar los servicios que abrirá a la región, desde comercio exterior hasta educación, salud, turismo o migraciones.
Los beneficios para la ciudadanía podrían sentirse rápidamente. Un estudiante uruguayo en el exterior podría autenticarse en su universidad con su identidad digital; un turista podría adelantar trámites migratorios desde el celular; y un empresario brasileño ya puede gestionar exportaciones sin viajar. También se abre la puerta a interoperabilidad de historias clínicas, certificaciones académicas y procesos sin apostillas.
“El usuario y la contraseña están llegando al fin de su vida útil”, resumió García. La apuesta es avanzar hacia identificaciones basadas en firma, distribuidas y más seguras, capaces de operar sin barreras nacionales.
Con la hoja de ruta definida, Uruguay se prepara para consolidar la integración con Brasil y acompañar a los primeros países que comenzarán a adoptar el modelo. “Necesitamos que esto esté funcionando en cuatro o cinco naciones para pasar de la etapa de idea a la etapa de operación. Ese es el desafío del año que viene”, afirmó.
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