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Uruguay inició una nueva etapa relacionada a la transformación energética, con el el objetivo en ampliar y fortalecer las redes de transmisión y distribución eléctrica, tras haber consolidado en los últimos años la generación basada mayoritariamente en fuentes renovables. El cambio responde al
crecimiento de la demanda, concentrada principalmente en el sur del país y en
zonas costeras, mientras que la generación se encuentra distribuida en
distintos puntos del territorio, consigo El País.
En la misma línea, la presidenta de UTE, Andrea Cabrera, explicó que la empresa estatal “está abocada a la instalación de nuevas líneas que unan el centro del país al sur, ya que, además, los data centers que vienen a instalarse acá buscan hacerlo cerca de Montevideo”, afirmó. Además, señaló que
UTE continuará con los planes de generación, pero que el mayor desafío de esta
etapa está en la infraestructura de transmisión, lo que implica una
planificación con otros organismos y una inversión sostenida en el tiempo.
Según detalló en las declaraciones divulgadas por El País: “Para el final del quinquenio, deberíamos tener más energía solar fotovoltaica y más eólica, acorde al aumento de la demanda”.
Aclaró que el crecimiento más fuerte de las renovables se proyecta entre 2031 y 2050, junto con inversiones para adaptar las plantas térmicas a nuevas tecnologías. En concreto, UTE prevé sumar generación solar el próximo año y más energía eólica hacia 2030, con la posibilidad de adelantar
proyectos si el consumo continúa en aumento. La expansión de las redes de transmisión
—según explicó Cabrera—, llevará entre siete y ocho años y requerirá
financiamiento, con licitaciones que comenzarían a publicarse el año próximo.
Otro de los proyectos estratégicos es la actualización de la represa binacional de Salto Grande, que aporta cerca de un tercio de la demanda energética de Uruguay y alrededor del 3% de la de Argentina. El presidente de la Comisión Técnica Mixta, Gonzalo Casaravilla, explicó que la inversión total
asciende a US$ 1.100 millones —mitad de cada país— y que la represa se
encuentra ingresando en una nueva etapa de modernización. Casaravilla subrayó: “Salto
Grande es la columna vertebral del sistema eléctrico uruguayo, la capacidad de
inercia que tiene es espectacular. Bienvenidos a invertir”.
Los trabajos planteados buscan una “infraestructura innovadora”, realizados en el marco del evento “El futuro de la energía: Oportunidades de colaboración entre EE.UU. y Uruguay”, organizado por la Embajada de Estados Unidos, el Banco Mundial, el BID y la Universidad Católica.
Desde otras empresas, como Siemens Energy, CSI Global y Black & Veatch, se puso énfasis en la necesidad de avanzar en almacenamiento energético y generación distribuida, especialmente ante la llegada de grandes consumidores como los data centers. “Hay que almacenar energía
para tenerla disponible cuando se dan picos altos de consumo, o para aprovechar
cuando se cotice mejor”, señaló la directora de Desarrollo de Negocios de Black
& Veatch, Ángela Castillo, quien subrayó que estas soluciones deben
integrarse desde el diseño del mercado y de los proyectos.
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