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La Justicia argentina imputó por presunto lavado de
dinero a los empresarios vinculados al fútbol Foster Gillett, gerenciador de
Rampla Juniors, y Guillermo Tofoni. La causa es llevada adelante por la Fiscalía
N.º 3 en lo Penal Económico, a cargo del fiscal Emilio Guerberoff, y
se originó tras una denuncia presentada por Marina Jiménez Conde.
El empresario estadounidense desembarcó en Argentina de
la mano de Tofoni a través de su vinculación con Estudiantes de La Plata,
institución en la que había anunciado un proyecto de inversión de 150
millones de dólares.
Según surge del dictamen fiscal, la investigación
apunta a una serie de movimientos financieros considerados sospechosos,
que podrían encuadrarse en una maniobra de legitimación de activos.
En ese marco, la Fiscalía puso el foco en operaciones
vinculadas al fútbol profesional, entre ellas un traspaso de un
futbolista desde Boca Juniors a Estudiantes de La Plata, que se habría
concretado por un monto cercano a los 15 millones de dólares
De acuerdo al expediente, existió incluso un intento de
pago directo desde una cuenta personal de Gillett hacia Boca, operación que
habría sido restituida debido a que la normativa FIFA establece que los
pagos por transferencias deben provenir de cuentas vinculadas a clubes o al
propio jugador
Además, la Fiscalía busca esclarecer el origen y destino
de los fondos que Gillett habría inyectado en Estudiantes, en línea con un
informe previo incorporado a la causa
Como parte de las medidas de prueba, el fiscal solicitó
el levantamiento del secreto bancario, financiero, bursátil y fiscal de Foster
Gillett y Guillermo Tofoni, así como también el secreto bancario de Boca
Juniors y Estudiantes de La Plata. También se ordenaron pedidos de
información al “Pincha” y a otros clubes, según confirmaron fuentes
judiciales.
La investigación alcanza además a las empresas Grupo
Gillett y World Eleven, firmas vinculadas a los empresarios imputados y que
forman parte del análisis que lleva adelante la Justicia
Nexo en Uruguay
Más del 50% de los clubes afiliados a la Asociación Uruguaya
de Fútbol (AUF) ya dejaron de ser asociaciones sin fines de lucro para
convertirse en sociedades anónimas deportivas (SAD).
Rampla Juniors, institución histórica del fútbol uruguayo,
fue otra de las instituciones que dio este paso y en diciembre de 2024, el club
votó en asamblea transformarse en SAD y ceder la gestión del fútbol a la
multinacional del estadounidense Foster Gillet.
Pero nada salió de acuerdo a lo pensado ya que desde lo
deportivo el club escribió la que, tal vez, sea la página más oscura de su
historia, al concretarse su descenso a la Primera División Amateur (Tercera
División) por primera vez.
Foster Gillett “tenía relación con Nacho Alonso, pero el que
me trajo la SAD fue [Guillermo] Tofoni, que lo conozco hace mucho tiempo e,
incluso, organizó partidos de la selección [por intermedio de World Eleven]”, expresó Gaston
Tealdi, presidente de la SAD.
El empresario estadounidense “invirtió 32,5 millones de
dólares en Argentina y no se cumplieron las cosas que se habían prometido”,
mientras que “en Rampla se invirtieron dos millones y medio de dólares”.
“Las críticas me gustan en su justo término. ¿Qué tiene
responsabilidad? Indudablemente, porque en determinado los fondos dejaron de
venir”, dijo, y reveló: “Nos decía que tenía problemas con la familia porque
mandó 35 millones para Sudamérica”.
Y cerró: “La realidad es que Rampla era un accesorio del
acuerdo con Estudiantes. Para él [Foster Gillett] era muy importante tener un
pie en Argentina y en Uruguay. Le gusta mucho el fútbol y quiere invertir en
jugadores, y ahí tendría un rédito que no se dio”.
Denuncia inicial by marinajimenezconde
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