La Corte Suprema autorizó este viernes la salida
temporal de prisión del exmandatario brasileño Jair Bolsonaro, condenado a 27
años, para someterse a una cirugía de hernia inguinal, tras haber recibido
el informe médico de la Policía Federal.
Sin embargo, en la misma resolución, el juez del Supremo, Alexandre
de Moraes, relator de la causa, negó el pedido de prisión domiciliaria
solicitado
por la defensa, debido a una “ausencia total de los requisitos legales para
la concesión” del beneficio.
Esto fue debido a “un reiterado incumplimiento de las
medidas cautelares” que le habían sido impuestas y la presencia de “actos
concretos” que sugieren la posibilidad de fuga por parte del expresidente.
En la decisión, el magistrado citó, entre otras pruebas,
uno de los últimos informes periciales emitidos por la Policía, que constató
que Bolsonaro intentó violar, con ayuda un soldador, la tobillera
electrónica, “causando
daños importantes al equipo” “para llevar a cabo su fuga”.
También expuso un documento de 33 páginas encontrado en
uno de los teléfonos del líder ultraderechista, en el que solicita asilo al
Gobierno de Javier Milei en Argentina, cuando fue objeto de las primeras
diligencias por el caso de golpismo.
El informe médico de la Policía Federal, presentado ante
el magistrado, concluyó que Bolsonaro debía
someterse a una intervención quirúrgica “lo antes posible”, puesto que el
exmandatario no responde a los tratamientos, además de que se observa un “empeoramiento
del sueño y la alimentación”.
En tanto, el juez instó a la defensa a “manifestarse sobre
la programación y la fecha prevista” para la realización del procedimiento
médico.
Tras la notificación de los abogados, el expediente será
enviado a la Fiscalía, que debe emitir su dictamen en un plazo de 24 horas,
según la decisión judicial.
El exmandatario, que gobernó Brasil entre 2019 y 2022, sufre
desde hace meses varios problemas de salud, entre ellos vómitos, mareos y
crisis de hipo, unos trastornos que achaca a la puñalada que recibió en la
campaña electoral de 2018.
Bolsonaro, de 70 años, se encuentra en la sede de la
Policía desde finales de noviembre, cuando fue
detenido tras intentar librarse de la tobillera electrónica que le había sido
impuesta previamente por la Corte Suprema. Desde ese momento, la defensa y
la propia familia del líder político han insistido judicial y públicamente que
se le conceda la prisión domiciliaria humanitaria por sus reiterados problemas
de salud.
EFE