La
Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó este jueves de que se espera
que esta sea la peor temporada de dengue en la historia para el continente
americano, una situación que se da en gran parte por el aumento global de las
temperaturas y de los fenómenos meteorológicos extremos.
“El año
pasado hubo 4,5 millones de casos y en lo que va de este año ya tenemos 3,5
millones, por lo que probablemente esta sea la peor estación de dengue de
América y por ello es muy importante que los países que están experimentando un
aumento en la transmisión doblen los esfuerzos para evitar la propagación”,
apuntó el director de la OPS, Jarbas Barbosa.
En una
rueda de prensa virtual, Barbosa ofreció los últimos datos sobre la enfermedad
y afirmó que hasta el 16 de marzo el continente americano ha registrado más de
3,5 millones de casos de dengue y más de 1.000 muertes.
“Es un
motivo de preocupación ya que representa 3 veces más casos que los reportados
para esta misma fecha en 2023, año récord, con más de 4,5 millones de casos
notificados en la región”, afirmó.
El
aumento de los casos se está produciendo “en todos los países de América Latina
y el Caribe”, aunque son tres del Cono Sur los más alarmantes: Brasil, Paraguay
y Argentina. Suman el 92 % de todos y el 87 % de las muertes.
Y es que
el dengue -que se transmite por la picadura de un mosquito- “sigue un patrón
estacional” y en estos momentos en esa región los primeros meses del año
corresponden a la estación más cálida y lluviosa, explicó.
Aunque en
otros países de la región, donde suele haber una transmisión alta en la segunda
mitad del año, también hay un aumento de los casos, entre ellos Barbados, Costa
Rica, Guadalupe, Guatemala, Martinica y México.
“También
estamos detectando la presencia del mosquito en áreas geográficas donde
previamente no se había observado transmisión endémica, lo que significa que
algunos países podrían no estar preparados para hacer frente a un aumento en la
transmisión”, alertó.
Barbosa
señaló que son varios los factores que pueden favorecer el aumento de los
contagios, uno de los más relevantes “las causas medioambientales”,
especialmente “el aumento de las temperaturas y la mayor frecuencia de
fenómenos climáticos extremos como olas de calor o las sequías intensas”.
Estos
sucesos “llevan a la población a almacenar agua de forma inadecuada” y traen “tormentas
o inundaciones”, situaciones ideales para la proliferación del mosquito Aedes
aegypti, transmisor de la enfermedad.
Ante la
gravedad de la situación, la OPS hizo un llamamiento a todos los países a
apoyar los esfuerzos de prevención e intensificar la eliminación de criaderos,
que es hoy la principal medida para prevenir la propagación del dengue ya que
las vacunas están todavía en fases muy tempranas y no son por ahora un método
efectivo para frenar la propagación.
Además,
los ministerios de salud deben preparar a los servicios de salud públicos y
privados y al personal sanitario para el diagnostico temprano y el manejo
clínico oportuno de los pacientes con dengue.
Se deben
redoblar los esfuerzos para informar y educar a la población, ya que la mayoría
de los focos de dengue están en los domicilios o sus cercanías, explicó
Barbosa.
Sobre las
vacunas, que ya se están utilizando en algunos países como Brasil, el gerente
ejecutivo del programa de inmunización, Daniel Salas, explicó que “tendrían que
pasar muchos años para que funcionaran para evitar la transmisión” y, además, “actualmente
hay una producción muy limitada”.
Por lo
tanto, los esfuerzos gubernamentales deben esforzarse principalmente en
eliminar los focos, los criaderos de mosquitos en zonas con agua estancada, y
en concienciar a la población de la necesidad de hacerlo.
EFE