Un estudio de científicos alemanes publicado este mes indica
que los reactores nucleares de cuarta generación no estarán listos para su uso
en las próximas décadas y por lo tanto no servirán para los objetivos
climáticos del Acuerdo de París.
«Todas las tecnologías necesitarán al menos otras dos o
tres décadas antes de que puedan introducirse», declaró el físico
Christoph Pistner, del Instituto Ecológico, entidad independiente con sede en
Freiburg, en la presentación de un estudio que analiza nuevos tipos de
reactores.
El coautor, Christian von Hirschhausen, de la Universidad
Tecnológica de Berlín, no espera la madurez y competitividad del mercado en las
próximas «cinco o seis décadas».
El estudio fue encargado por la Oficina Federal de Seguridad
en la Gestión de Residuos Nucleares (BASE) de Alemania y fue financiado con
274.000 euros (298.000 dólares).
«Los conceptos de reactores alternativos llegan
demasiado tarde para alcanzar los objetivos climáticos de París», agregó
por su parte Christian Kühn, presidente de la BASE.
Kühn explicó que, a pesar de la intensa publicidad de los
fabricantes, su organismo no ve ningún avance que haga probable la construcción
de reactores alternativos a gran escala en los próximos años.
«Al contrario, debemos esperar que, desde el punto de
vista de la seguridad, las ventajas potenciales de estos conceptos de reactor
se vean superadas por las desventajas y las cuestiones que quedan por
resolver», sostuvo.
Además, aclaró que los nuevos conceptos de reactor no
resuelven la necesidad de encontrar un lugar de almacenamiento definitivo para
los residuos radiactivos, ni abordan cuestiones acuciantes de protección del
clima.
En cuanto a la primera cumbre nuclear internacional que se
celebra en Bruselas, Kühn subrayó que, por supuesto, es una decisión nacional
cómo se produce la energía, pero opinó que la discusión sobre el futuro de la
energía nuclear muestra que las cuestiones económicas y de seguridad están
«poco expuestas».
El estudio analizó siete tipos de reactores, algunos de los
cuales difieren mucho de los de agua ligera más utilizados en el mundo. Se
trata de reactores refrigerados por plomo y gas, reactores de sales fundidas y
sistemas accionados por aceleradores.
Quienes están a favor de este tipo de reactores argumentan
que presentan ventajas con respecto a las centrales actuales, por ejemplo en
términos de seguridad y fiabilidad, rentabilidad y utilización del combustible.
Asimismo, sostienen que producirían menos residuos altamente radiactivos.
Von Hirschhausen aclaró que los trabajos científicos
realizados por el Instituto Ecológico, la Universidad Tecnológica de Berlín y
el La Oficina de Física de Bremen llegan a la conclusión de que ningún tipo de
reactor representa una alternativa real a los actuales reactores de agua
ligera.
El experto añadió que, además, la expansión de las energías
renovables ya es mucho más favorable que los actuales reactores nucleares y
explicó que estos, a su vez, son considerablemente más baratos que los nuevos
conceptos.
En su opinión, incluso en los países en los que la energía
nuclear se está promoviendo con gran despliegue, no cabe esperar ningún avance
de las nuevas tecnologías en un futuro previsible.
Mientras que las tres últimas centrales nucleares de
Alemania dejaron de funcionar en abril de 2023, países como Estados Unidos,
Francia, China y Polonia están adoptando un enfoque diferente e impulsando el
renacimiento de la energía nuclear.
En Alemania, sin embargo, los llamamientos a favor de la
vuelta a la energía nuclear son cada vez más fuertes, por ejemplo, por parte de
la oposición conservadora CDU/CSU, la ultraderechista Alternativa para Alemania
(AfD) y el partido liberal FDP, que cogobierna con los socialdemócratas y el
partido ecologista Los Verdes.
DPA