La velocidad a la
que percibimos las señales visuales varía mucho de una persona a otra, lo que
implica que algunas acceden a más información visual por intervalo de tiempo y
podría darles una ventaja innata en tareas en las que el tiempo de respuesta es
crucial.
Un estudio que
publica Plos One encabezado por el Trinity College de Dublín indica que
algunas personas perciben señales visuales que cambian rápidamente a
frecuencias y que otras no pueden percibir.
La velocidad con
la que percibimos el mundo se conoce como ‘resolución temporal’ y, en muchos
sentidos, es similar a la frecuencia de actualización de un monitor de
ordenador.
El equipo
descubrió que existe una considerable variación entre las personas en cuanto a
su resolución temporal, lo que significa que algunas ven efectivamente más
imágenes por segundo que otras.
Para
cuantificarlo, los científicos utilizaron el ‘umbral crítico de fusión del
parpadeo’, una medida de la frecuencia máxima a la que un individuo puede
percibir una fuente de luz parpadeante.
Si la fuente de
luz parpadea por encima del umbral de una persona, esta no será capaz de ver
que parpadea y la verá como fija.
Los
investigadores realizaron un experimento con luces que parpadeaban a diferentes
velocidades. Alguno de los participantes indicaron que veían la luz
completamente quieta cuando en realidad parpadeaba unas 35 veces por segundo,
mientras que otros eran capaces de percibir el parpadeo a velocidades
superiores a 60 veces por segundo.
Además, midieron
la resolución temporal en múltiples ocasiones en los mismos participantes y
descubrieron que, aunque existe una variación significativa entre individuos,
«el rasgo parece ser bastante estable a lo largo del tiempo dentro de los
individuos».
Aunque nuestra
resolución temporal visual es bastante estable de un día para otro en general,
diversos análisis sugirieron que puede haber una variación ligeramente mayor en
el tiempo dentro de las mujeres que de los hombres.
Los expertos aún
no saben cómo podría afectar esta variación en la resolución temporal visual a
nuestra vida cotidiana, pero consideran que las diferencias individuales en la
velocidad de percepción podrían hacerse patentes en situaciones de alta velocidad
en las que se necesite localizar o seguir objetos en rápido movimiento.
Un ejemplo serían
los deportes de pelota o en situaciones en las que las escenas visuales cambian
rápidamente, como en los juegos de competición.
«Esto
sugiere que algunas personas pueden tener ventaja sobre otras incluso antes de
haber cogido una raqueta y golpeado una pelota de tenis o agarrado un mando y
saltado a algún mundo de fantasía en línea», destacó Andrew Jackson, uno
de los firmantes.
Como solo tenemos
acceso a nuestra propia experiencia subjetiva, podemos esperar ingenuamente que
los demás perciban el mundo de la misma manera que nosotros, agregó.
Ejemplos como el
daltonismo demuestran que eso no siempre es cierto, pero hay muchas formas
menos conocidas en que la percepción también puede variar.
Este estudio
-dijo- “describe una de esas diferencias: la velocidad de fotogramas de
nuestros sistemas visuales. Algunas personas parecen ver el mundo más rápido
que otras».
EFE