Por Ignacio Palumbo
ipaludabe
Camila
Ramírez Aviaga es una joven minuana de 34 años, sorda desde que tenía un año y
pocos meses de vida. Fue edila por el Partido Nacional en Lavalleja —la primera con discapacidad auditiva en ocupar ese cargo en dicho departamento— y actualmente cursa el tercer año de la carrera de
Derecho. Así, se perfila para convertirse en la primera abogada sorda del país.
Ramírez,
hija de la exsenadora nacionalista Carol Aviaga, recibió dos becas de ONG
internacionales de abogados sordos: la Deaf Law Advocate WorldWide (DLAW) y la Academia Alexander Graham Bell para
Comprensión y expresión oral (AG Bell). La primera “respalda a los líderes
sordos en la promoción de sus derechos y, además, les proporciona la
oportunidad de estudiar el título de abogado para abordar los conocimientos
legales para trabajar por la comunidad sorda”, según comentó a Montevideo
Portal; la segunda, en tanto, apoya a los estudiantes sordos “proporcionándoles
recursos educativos necesarios, como materiales de estudio”.
La
estudiante y exedila dialogó por escrito con Montevideo Portal acerca de su
trayectoria, las barreras por su discapacidad física, y de los sistemas político
y social en general, haciendo hincapié en la comunidad sorda.
¿Qué
aprendizajes crees que te dejó tu experiencia en la Junta Departamental para tu
carrera como abogada?
Mi tiempo
allí me permitió promover varios decretos y proyectos; aprendí cómo trabajar,
el proceso de las leyes y a interactuar con los ediles de todos los partidos
políticos; fueron experiencias muy positivas.
Por
ejemplo, el Decreto 3315 de Lavalleja se refiere exclusivamente a los ediles y
el traslado para ellos y funcionarios. En él se estaba prohibiendo a la
intérprete acompañarnos, entre otras restricciones. Hubo una falta de
comprensión por parte de los ediles y los funcionarios con respecto a la
necesidad de contar con una intérprete para mi trabajo como legisladora
departamental. Muchos pensaron que el rol de intérprete era meramente auxiliar
o de apoyo, sin comprender realmente que se trata de un rol profesional con
estándares éticos y técnicos, que requiere una formación especializada de cinco
años y que se rige por la neutralidad.
En el seno
del cuerpo legislativo surgieron varios conflictos respecto a este tema, pero
con el tiempo mis colegas comenzaron a comprender la importancia de contar con
la participación de una edila sorda para enriquecer el debate y la convivencia.
Esta situación se convirtió en una clave para la educación social, ya que
permitió una interacción más profunda y significativa con los ediles,
brindándoles una enseñanza sobre la importancia de la inclusión y la diversidad
en el ámbito legislativo.
¿Cómo es
estudiar abogacía siendo una persona sorda? ¿Qué cosas se te dificultan más? ¿Hay
algo que te sea más fácil?
Entré a
estudiar Derecho gracias a la DLAW. Cuento con accesibilidad, gracias a la
beca, mediante intérpretes de lengua de señas y transcripción de audio a texto
en el aula. Gracias a la Universidad Claeh que acepta tenerme como estudiante
sorda y ha adaptado sus métodos estoy aprendiendo mucho español, se ha
convertido en una fuente de motivación constante y entretenida.
A través
del estudio diario he llegado a comprender mejor por qué las personas con
discapacidad reclaman un trato justo en el ámbito legal y también falta
actualizar el Código Civil que lo obstaculiza. Es evidente que existe un gran
pendiente en cuanto a la inclusión de personas con discapacidad en roles
relevantes, como abogados, asesores legales y políticos. Mi interés se ha
centrado especialmente en el derecho civil, las obligaciones y los contratos,
aspectos fundamentales del Código Civil que estoy estudiando. Me resulta
impactante observar cómo la ley 17.378, que reconoce la lengua de señas
uruguaya (LSU), aún no ha sido actualizada en el código civil para reflejar esta
realidad.
Estoy
agradecida por el apoyo constante que recibo de figuras como Mario Garmendia,
decano de la Facultad de Derecho, y la profesora Sol Dellepiane. Su apoyo es
fundamental para mi progreso académico. Aunque existen dificultades en la
comunicación, hemos logrado establecer una relación sólida y de apoyo mutuo. En
particular, agradezco la flexibilidad que se me brinda en la modalidad de
evaluación, permitiéndome más tiempo para responder a los exámenes con
tranquilidad. Este tipo de adaptaciones son importantes para garantizar mi
éxito académico y reflejan un compromiso real con la inclusión en el ámbito
universitario, de la apertura y del aprendizaje mutuo a partir de las
diferencias.
Mencionaste que estás aprendiendo español gracias al Claeh. ¿Eso es porque te manejás más con la lengua de señas uruguaya (LSU)?
Exacto. La lengua de señas es ágrafa, por eso aprendo mucho el español que es mi segunda lengua; además es bilingüe.
La expresión bilingüe entre lengua de señas y español se refiere a la capacidad de una persona para comunicarse fluidamente en dos idiomas: la LSU y el español. Esto implica tener un dominio tanto de la lengua de señas utilizada por la comunidad sorda como del español hablado y escrito.
Ser bilingüe en estos dos idiomas permite a la persona interactuar de manera efectiva tanto con personas sordas como oyentes, facilitando la inclusión y la comunicación en diversos entornos sociales y profesionales.
Al respecto, cuando
estabas en la Junta Departamental, y hoy en día en clases y más adelante cuando
tomes algún caso como profesional, ¿te comunicás usando lengua de señas?
Cuento con
un intérprete y utilizando la transcripción de audio a texto, una herramienta
que me resulta de gran utilidad en la carrera.
A pesar de
los desafíos, me esfuerzo constantemente por aprender y participar activamente
en debates grupales. Durante las clases, suelo realizar presentaciones
utilizando PowerPoint o escribir en el pizarrón para asegurarme de que todos
puedan entenderme. Mis compañeros están acostumbrados a esta dinámica porque
llevamos tres años juntos.
Creo que es
importante entender que me concibo como persona sorda desde una perspectiva
lingüístico-cultural a la manera de los pueblos originarios, es decir, somos
parte de una comunidad que tiene una lengua natural propia, la lengua de señas
y la cultura sorda.
En esta
línea, ¿qué tan adaptado está el sistema educativo para personas sordas? ¿Y el
país, en general?
En cuanto
al sistema educativo para las personas sordas, hay avances notables: en la
escuela primaria, todos los maestros —ya sean sordos u oyentes, así como los
instructores sordos— enseñan en lengua de señas. Es obligatorio que todos los
niños sordos tengan acceso a la lengua de señas como cualquier otro idioma. Se
proporciona un libro para cada nivel y se enfoca en la enseñanza de la lengua
de señas uruguaya.
Esto
contrasta con mi experiencia en 1989, cuando se prohibía el uso de la LSU, y se
me sometió a terapia fonoaudiológica y a una educación oral forzada.
En el nivel
universitario, muchos sordos eligen libremente cómo desean comunicarse, ya sea
a través de intérpretes o herramientas de transcripción de audio a texto, entre
otras opciones.
Es
fundamental que la educación primaria y el primer ciclo básico de secundaria
estén exclusivamente dedicados a los estudiantes sordos, ya que requieren un
tiempo completo para aprender el español como segunda lengua. En el
bachillerato, se comienza a integrar el núcleo común en las clases para
estudiantes oyentes.
Te
convertiste en la primera edila sorda. Estás en camino a convertirte en la
primera abogada sorda del país. ¿Cómo te sentís con estos logros?
Estoy muy
orgullosa de poder estudiar la carrera de Abogacía. Cuando obtenga el título,
seré la primera abogada sorda. Siempre lo he querido, desde que tenía 20 años; es uno de mis sueños que está a punto de cumplirse. No es solo importante para
mí, sino para la comunidad sorda, que estamos logrando que todos nos podamos
dedicar a cualquier carrera que elijamos.
Una cosa
muy importante es entender la educación no como logros individuales, sino como
una construcción colectiva cuando se vive en un mundo donde se enfrentan
barreras de accesibilidad, como les sucede a las personas con discapacidad. La
misma comunidad sorda tiene mucha importancia para mí en el tema de la
educación. Ellos me inspiran. Tenemos que concebir la educación de esta manera,
dejando de lado el pensamiento individualista.
Por Ignacio Palumbo
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