Una Guerra civil fisura la estridente campaña electoral en EEUU

Es un lugar común que las películas sobre futuros distópicos tengan sus héroes tan sufridos como «infalibles», que se agoten en un despliegue audiovisual de catástrofes para estetizar algún mensaje en clave de moralina.

En la obra de Garland, según ha subrayado buena parte de la crítica especializada, la historia es bastante diferente y esta cualidad, sin duda, ha sido una de las variables que incidió en que casi instantáneamente a su lanzamiento se convirtiera en un éxito de taquilla.

En Guerra civil no hay moralejas ni torrenciales escenas de violencia. El asunto pasa por poner sobre la mesa varias discusiones sobre cuestiones políticas, pero escenificadas en un futuro no del todo imposible.

Hay, sí, enfrentamientos armados y un extraño estado de cosas en un Estados Unidos sumido en la división. «l «núcleo pasa más por la supervivencia y la reflexión, por la ausencia de moralejas tranquilizadoras, y un virtuosismo audiovisual funcional y coherente con el largo, tortuoso e impredecible camino que recorren tres veteranos fotoperiodistas y una joven aprendiz mientras el mundo –o Estados Unidos, que para Hollywood es lo mismo– se cae a pedazos», escribió Ezequiel Boetti en su reseña publicada en Página 12.

A lo que agregó: «La elección del oficio no es casual, pues permite dos cosas. Por un lado, que ellos –y, con ellos, los espectadores– puedan tener acceso directo y privilegiado a lugares y personajes inalcanzables si fuera ciudadanos silvestres. Por otro, observar los sucesos con atención y una mirada si se quiere ecuánime, despojada de intereses más allá de los propios, incluso cuando sean víctimas directas de lo que ocurre: el país enfrascado en una guerra interna no es otro que el propio, el de la bandera de los bastones horizontales y las estrellas».

Los extremistas están que arden

Sobre esta película, en una entrevista publicada en El Periódico de España, Garland afirmó: «Yo soy una persona de izquierdas, principalmente por lo que pienso acerca del efecto que la economía tiene en las vidas de las personas y de quién debería pagar más impuestos. Pero con Civil War no quiero subrayar divisiones políticas sino estimular conversaciones. Deberíamos escuchar al otro bando en lugar de demonizarlo, porque demonizar al oponente es una forma de justificar el uso de medidas extremas para detenerlo. En cualquier caso, siento que la dicotomía izquierda-derecha ha prescrito; yo prefiero hablar de la oposición entre el centrismo y el extremismo. Esta película aboga por el centro y la moderación frente a los extremos. Y es obvio que los extremistas protestarán contra ella, porque son extremistas».

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Que se haya estrenado en plena campaña electoral en EEUU, le ha generado a Garland cierta incomodidad: «Y no fue la intención inicial; escribí la película hace cuatro años, pero por culpa del covid no pude empezar a rodar hasta dos años después. En estos momentos el frenesí y la histeria son demasiado intensos, y soy consciente de que la película podría ser usada para añadir más leña al fuego».

Y agregó: «En Estados Unidos la izquierda está absolutamente aterrorizada, porque Donald Trump les saca de quicio, y tienen miedo de que Civil War acabe siendo instrumentalizada para respaldar los argumentos de los extremistas de derechas en lugar de los de los centristas. Estoy preocupado».

La crisis del periodismo

En la citada entrevista, Garland también reflexionó sobre uno de los elementos articuladores de la historia de Guerra civil: la práctica periodística.

Sobre este tema, el realizador señaló: «El periodismo es una herramienta esencial para protegernos de la corrupción y el extremismo, y para darse cuenta de lo peligrosa que es su decadencia solo hay que pensar en la investigación que The Washington Post hizo del escándalo ‘Watergate’ en 1972, y que provocó la salida de Richard Nixon de la presidencia de Estados Unidos».

Pero esta práctica, siguió, quizás no logre provocar cambios en la realidad actual: «Creo que la profesión ha sido dañada desde varios frentes. Por un lado, intereses políticos a menudo corruptos han tratado deliberadamente de socavar nuestra fe en la prensa; por otro están las redes sociales, que son altavoz para millones y millones de opiniones incontrolables y a menudo sectarias, y todos sabemos que el griterío fanático llama más la atención que la reflexión mesurada. Además, por último, creo que las grandes empresas de comunicación han abandonado por completo la imparcialidad y se han convertido en máquinas de propaganda, y quienes consumen esa propaganda saben perfectamente que es propaganda. Es normal que la prensa haya perdido credibilidad. Y muy triste».

La ficha

• Guerra Civil (Civil War/Estados Unidos – Reino Unido, 2024)
• Dirección y guion: Alex Garland
• Duración: 109 minutos
• Elenco: Kirsten Dunst, Wagner Moura, Stephen McKinley Henderson, Cailee Spaeny, Jesse Plemons y Nick Offerman.