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Noticias Nacionales

Conmocionante marcha universitaria

todayabril 26, 2024

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Así como para McLuhan el mensaje era el medio, para Milei el odio es la política. La vinculación de dogma y violencia nos retrotrae al oscurantismo del siglo XVIII, conservador y religioso, contra el que se erigieron los filósofos de la Ilustración, entre los que prefiero incluir a Immanuel Kant, a diferencia del juicio de Frederich Nietzsche que le atribuía oscuridad por su estilo literario complejo y la ausencia de mediaciones explicativas. Kant respondería que la inteligencia es mensurable por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar. Independientemente de esta distinción detallista, no deja de ser útil a la discusión sobre la marcha universitaria cuando, en su breve libro sobre la disputa de las facultades, defiende la potestad crítica de la facultad filosófica contra las tres restantes de saberes prácticos de entonces (derecho, medicina y teología), por tener la posibilidad de investigar las doctrinas específicas que ellas deben transmitir de manera dogmática (Der Streit Der Facultatem). Milei no soporta ni una sola incertidumbre, su concepción es que las facultades adoctrinan, razón por la cual imagina que se conforma todo el arco ideológico que valerosamente combate. Lo que Milei considera adoctrinamiento es lo que dos siglos y medio atrás ya Kant le atribuía a la facultad filosófica y la Ilustración como avance y difusión del conocimiento. Algo más de un siglo atrás, los protagonistas de la reforma universitaria del ‘18 en Córdoba sostuvieron que si “en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho a la insurrección”.

También en Córdoba, ahora casi medio siglo atrás, los protagonistas del “Cordobazo”, los gremios más combativos de entonces, sostuvieron una alianza de obreros con estudiantes para enfrentar la represión de la dictadura. La misma que tres años antes había desalojado a la ocupación de 5 facultades de la Universidad de Buenos Aires cuando esa dictadura la intervino, eliminando de este modo el cogobierno. Obligó al éxodo de sus mejores exponentes en la conocida “Noche de los Bastones Largos” del ‘66.

No sostengo que exista una correspondencia mecánica entre aquellos acontecimientos y los que permitieron la marcha de esta semana. Sin embargo, hay tres aproximaciones. Por un lado, el Gobierno de Milei, si bien no es una dictadura, tiene tales rasgos de autoritarismo y violencia represiva que pone en tensión la vigencia de las garantías constitucionales. No obstante, además, las universidades no están intervenidas, ni tampoco la prensa. Por otro, las representaciones gremiales actuales no tienen el perfil combativo ni la incidencia en el mundo laboral cada vez más precarizado e informal de las de buena parte de la década del ‘60. Por último, el movimiento estudiantil actual es mucho más heterogéneo por el incremento exponencial de las universidades, de sus estudiantes y su penetración en la totalidad del territorio nacional. También difiere el CIN más amplio y diversificado ahora respecto al de medio siglo atrás.

Sin embargo, la naturaleza de la amenaza, la intervención de las instituciones universitarias y gremiales interpeló a una magnitud inédita de la población que acudió a un llamado que percibió unitario y aglutinante. La diversidad ideológico-partidaria del CIN y el pluralismo de las principales universidades, la estructuración de un frente intergremial universitario, el acompañamiento de las tres centrales obreras, algunas organizaciones piqueteras y algo más potente aún: el imaginario de movilidad social ascendente que la universidad pública tiene en la sociedad que lleva a que, según el último registro (2022), 2.162.497 adultos estudiaban en las 73 universidades públicas contra 551.330 en las privadas (de excelencia, investigación y extensión, salvo alguna excepción puntual). De las privadas surgieron 4 de los 5 políticos no casualmente conservadores, para usar una expresión liviana, que disputaron la presidencia de la última década: Macri, Scioli, Massa y Milei.

Aunque resulte trillado, algunas mínimas conclusiones provisionales indicarían que sobre esta alianza larval podría profundizarse la resistencia. Sobre todo buscando formas de institucionalización de las coordinaciones arribadas fácticamente. El detalle deberá quedar para una próxima contribución.

A mí me quedará el recuerdo de haber participado de una fiesta colosal, heterogénea, bullanguera y transversal. Festival de abrazos, sorpresas y reencuentros. Oxigenante en la paradójica compresión pulmonar del bienvenido apretujamiento.





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Escrito por hiperactivafm


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