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Noticias Nacionales

Heber me preguntó de forma risueña si todavía no me habían matado los narcos

todaymayo 8, 2024

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Esta otra persona era el empresario Alejandro Lourido, cuñado de Andújar, a quien conoció en dicho viaje a Roma junto al financista uruguayo Fernando Inglés , y al canadiense John Pollesel, uno de los directores y accionistas de Boreal Agrominerals en Canadá, quien luego denunciaría a Aguiar por estafa.

«En ese viaje es que yo conozco a este señor, Gonzalo Aguiar, y a las personas que les nombraba. Me son presentados como empresarios uruguayos, y uno de ellos como canadiense, el señor John Pollesel, que son accionistas de Boreal Agrominerals en Canadá. Esta empresa también tenía una pata muy importante en nuestro país, que era Boreal y que vendía cannabis medicinal, pero también estaban vinculados a los agrominerales y a la venta de fertilizantes, entre otras cosas», detalló el diputado .

«Los otros dos uruguayos que estuvieron –Lourido e Inglés– me decían que eran socios de esta compañía aquí en Uruguay pasados ya varios meses, en febrero del año siguiente, estas personas me contactan», comentó Cal en comisión.

El legislador dijo que había «chequeado más o menos si eran quienes decían ser. Algunos tenían vinculaciones políticas, sí. Y efectivamente, si uno ponía los nombres de estas personas en internet, se los veía cortando cintas en el departamento de Salto, en esa planta de cannabis, que era la más grande de Latinoamérica».

«Realmente era algo muy bueno para nuestro país y les daba trabajo a cuatrocientas personas. Incluso ellos me comentaron que también tenían otros proyectos en el departamento de Artigas, donde pensaban abrir una zona franca, y que también tenían proyectos en el departamento de Maldonado, donde pretendían hacer un emprendimiento con el tema de los agrominerales», sostuvo Cal.

Querían comprar un avión y hacer negocios en Colombia

El diputado manifestó que «en el mes de febrero, por mi condición de piloto comercial, tanto de aviones como de helicópteros, me contactan para consultarme si había algún avión con las características que ellos solicitaban para vender en el Uruguay».

Detalló que le preguntaron «si podía darles algún tipo de asesoramiento». «Les dije que por supuesto que sí. Lo he hecho con muchísima gente, con muchísimas empresas, y a cualquiera que me contacte hoy o mañana y me diga que quiere comprar un avión o un helicóptero lo voy a asesorar encantado de la vida», afirmó Cal.

«También me preguntaron si había alguna chance de que yo les estableciera algún contacto con el Ministerio de Agricultura en Colombia. Yo por motivos personales iba a viajar a Colombia a finales de abril. Les dije que sí, que con mucho gusto», indicó el diputado.

Expresó que «es un país que conozco bastante» y donde tiene «muchas amistades». «La primera vez que me subí a un avión –tenía diecinueve años– fue para ir a ese país, e hice muy buenos contactos allá», aseguró el parlamentario

Cal detalló que estuvo «vinculado a varias empresas de allá». «Tuve la posibilidad de llevar vinos uruguayos a Colombia».

También comentó sobre su vínculo político con la exembajadora de Colombia en Uruguay, Carmen Vázquez, que tambiérn había sido ministra se seguridad de ese país.

«Apenas le comenté que había intenciones de una empresa canadiense de ofrecer agrominerales, en un momento en el que, por la guerra en Ucrania, se habían disparado los precios exorbitantemente, inmediatamente dijo que sí. Uno leía los titulares en Colombia y veía que uno de los principales problemas que tenían era el de los fertilizantes».

Cal detalló: «Viajo a Colombia por motivos personales aproximadamente el 20 de abril de 2022 y me acompañan Alejandro Lourido y Fernando Inglés, que eran las personas que había conocido en Roma. Los presento en el Ministerio de Agricultura y tuvieron una reunión con algunas asociaciones de cultivadores de banana, de café y demás».

El diputado aclaró que no estaba acusando «absolutamente de nada» a esas personas, que «también pueden ser víctimas de este señor que decía ser una cosa que no era».

«Terminada esa presentación, se concreta un segundo viaje a Colombia en el que participa el señor Aguiar y a su vez viajan técnicos desde Canadá para hacer una exposición sobre los agrominerales que iban a ofrecer, en primera instancia al Gobierno colombiano y después también a otros sectores de agroindustria», expresó Cal, y añadió que «nada me hacía desconfiar de que esto pudiera formar parte de una maniobra de estafa como la que vivieron los inversores canadienses de Boreal».

Cal: «Creo que las intenciones eran realmente hacer un negocio de agrominerales en Colombia y nada me hace pensar algo distinto».

El diputado explicó que «en la tercera ocasión en que veo a Gonzalo Aguiar en Colombia, ellos ya no estaban en el camino de realizar un negocio. Simplemente compartí un almuerzo con él porque había viajado a Colombia como observador en las elecciones presidenciales y él supo que yo estaba allá. Hasta ese momento absolutamente nada me hacía pensar que podía haber algo extraño. Había sido una persona muy correcta, muy educada, muy respetuosa», aseguró.

La reunión en La Maison que cambió todo

La última reunión entre Cal y Aguiar fue en la casona de este último a fines de junio de 2022.

«Este señor me invita a tomar un café a su casa. Yo voy y noto realmente una presencia de seguridad que salía de lo común», advirtió Cal. Expresó que «si bien las veces que había ido anteriormente a su casa vi seguridad, en esta oportunidad rompía los ojos. Había al menos 5, 6 o 7 personas de seguridad en la famosa mansión».

«Después de que entro a la casa, en la puerta principal me abre un señor, que no sé de dónde era –por el acento parecía mexicano o de Centroamérica–, con un arma en la cintura, detalló.

Cal prosiguió el relató comentando que «al entrar a la casa, a la izquierda, había una mesa bastante grande, en la cual había al menos 4, 5 o 6 armas de un calibre importante, con apariencia de armas de guerra» que le «llamaron la atención».

El viaje a Paraguay

«La verdad es que en ese momento ya estaba bastante incómodo y cuando entro al escritorio del hombre, lo vi bastante alterado», expresó Cal. Él inmediatamente me dice: «¡Qué bueno que pudiste venir! Quería tomar un café contigo. Te tengo que pedir un favor».

Aguiar le preguntó: «¿Vos no me podrás acompañar a Paraguay la semana que viene? Porque el negocio de los agrominerales en Colombia no salió y quiero ver si podemos ofrecer… «. A lo que Cal le constestó: «Mirá, disculpá. Yo no soy lobbyista. No me dedico a vender».

«Te acompañé en su momento porque te presentaron personas que entendí que eran de confianza y que tenían la buena intención de que una empresa que estaba instalada en el Uruguay… ». Le digo: «Te agradezco. No lo tomes a mal». Y realmente sí, se lo tomó a mal. Me habló en un tono bastante agraviante», realtó Cal.

El diputado explicó que «si bien era frecuente que hiciera ostentación de sus vinculaciones políticas, debo reconocer que lo hizo un poco más. En esa oportunidad dijo:

«No, pero ustedes no tienen idea de quién soy yo porque ustedes son nuevos, pero yo acá financio campañas políticas y después me van a necesitar. Yo te estoy pidiendo un favor. ¿Me vas a decir que te cuesta mucho acompañarme a Paraguay?».

A eso Cal dijo responderle: «Mirá, no lo tomes a mal, y si querés tomarlo a mal, tomalo a mal, pero la verdad es que no. Yo no te voy a acompañar a ningún lado». Y me fui. No debo haber estado en esa casa en esa oportunidad más de diez minutos, desde que llegué hasta que me fui.

«Una de las cosas que él dijo en esa oportunidad es que a él lo cuidaba la policía también», apuntó el diputado en la comisión.

Aguiar le dijo: «Mirá que ustedes no tienen ni idea de quién soy yo, pero de los que están acá afuera, al menos de los que están ahora, dos o tres son policías», «como queriendo ostentar algo, como queriendo impresionarme», expresó Cal.

Cal: «Primero me abrió la puerta un tipo con un arma en la cintura, después había cinco ametralladoras arriba de una mesa, luego me invita a ir a Paraguay y después me dice que dos o tres de los que estaban afuera eran policías en actividad que lo protegían a él».

Luego de la trunca reunión «se podrán imaginar que me fui bastante nervioso para mi casa y entendí que no estaba bien que yo me quedara con esa información. Entonces fui y lo hablé con el jefe de policía de ese momento, con Julio Pioli», detalló el legislador.

Las fuerzas parapoliciales de Aguiar

Días después ocurre un suceso en Montevideo que «pasó más desapercibido de lo habitual» que Cal entiende «fue la confirmación de que efectivamente a este señor lo estaban custodiando policías en actividad».

«Al señor se lo detiene en un auto de alta gama que tenía una escolta atrás, y luego venía la policía persiguiéndolo. Entre quienes ocupaban ese auto que escoltaba al señor Aguiar, había algún policía en actividad», recordó Cal.

Cal advirtió que «las primeras crónicas de los noticieros decían que en los vehículos, además de armas, había droga, y eso lo pueden comprobar. Después la versión empezó, con el pasar de las horas, a ser más leve. Ya no había droga y las armas estaban en regla».

Luego hizo mención a que «una de las armas encontradas era de un policía que hacía de custodia a Aguiar». «Era un policía corriendo a otro policía».

«Algunas versiones dicen que los algunos de los policías que participaron en ese operativo después terminaron siendo parte de su seguridad». Toda esta situación «llamó la atención» del diputado que manifestó que le pareció raro que este «hecho tan extraño» pasara «desapercibido».

Cal comentó que tuvo que pasar muchas veces, para ir al Aeropuerto El Jagüel, por enfrente a la casa de Aguiar, «y no una, ni dos, ni tres, sino que varias veces vi gente armada con ametralladoras en la vereda de esa casa». «Claramente algo había sucedido en esa casa, o algo había cambiado», concluyó.

«En los primeros días de diciembre de 2022 ya era algo que rompía los ojos la situación en Maldonado con este señor. Y hablo por segunda vez con el jefe de policía (Julio Pioli)», explicó.

Cal sostuvo que «ya ahí se sabía que en lo que yo le había advertido meses atrás algo de cierto había, porque sí me había enterado de que había una investigación administrativa en curso por lo que había sucedido acá en Montevideo y porque se había comprobado que efectivamente había policías en actividad trabajando con este señor».

«Yo no recuerdo si uno, dos o tres días después de que hablo por segunda vez con el jefe de policía, es que recibo el audio que a mí me gustaría que ustedes pudieran escuchar», detalló el diputado.

La amenaza de Aguiar

«Bo, Seba, dejate de hacer denuncias. Estás quedando pegado, muchacho. Si tenés algún problema conmigo o algo, vení y hablamos acá, de cara, como hombres. Tenemos, los dos, pelos en los huevos, ¿no? Dejate de hacer denuncias, bo, porque la verdad que no te queda. ¿Ta? De frente y mano, bo. Te estoy hablando bien, como caballero. ¿Tenés algún problema conmigo? Venís y me lo decís en la cara, pero no estando denunciando a la gente, bo, y todavía sin razón. ¿Dale? Mirá que sabés donde vivo, así que cuando quieras y donde quieras, papá».

«Después de haber hecho una denuncia al jefe de policía y de que uno, dos o tres días después a mí me llegue un audio como este, realmente sentí un estado de indefensión importante», expresó Cal.

«El 24 de enero del 2023, un poco más de un mes después, le había pedido una reunión al entonces ministro Heber para comunicarle esta situación, que ya había pasado de castaño oscuro. Ahí ya se había dado esta situación que se ha hecho pública últimamente, del vínculo que decía tener –yo no sabía si era cierto o no– el hoy ministro del Interior. Además, se habían hecho públicas fotografías del casamiento donde se veía al actual ministro del Interior», comentó.

«Se podrán imaginar que esa situación me ponía cada vez más intranquilo», advirtió el legislador.

«Entonces fue que recurrí en enero del año 2023 al ministro del Interior Heber para manifestarle esta situación. Es verdad que no lo hice por escrito. Unos días después vuelvo a hablar con Heber y me dice que me quede tranquilo, que es verdad que Martinelli estuvo en ese casamiento, pero que no me preocupe que no va a pasar nada», detalló Cal. «Entonces, le pregunto al ministro: ¿Vos le comentaste a Martinelli que yo te dije esto?…».

«Yo me sentí doblemente expuesto. Dicho esto, entendí que debía ir un escalón más arriba y en febrero de ese año fue que pude conseguir una reunión con Álvaro Delgado, a quien también le hice saber de esta situación. Él me agradeció y me retiré», explicó.

El extraño robo en La Maison

Cal recordó el copamiento de La Maison. «Yo, que estuve ahí, en esa casa, les puedo decir que nadie puede creer que cuatro desgraciados con dos revólveres viejos podían entrar a coparla. Nadie con dos dedos de frente podía pensar eso», sospechó.

«Cuando se da esa situación, aproximadamente a fines de febrero del año 2023 , llamo nuevamente al ministro Heber y le digo:

«Ministro; supongo que usted ya está enterado de que la mansión que fue copada es la residencia de la persona de la que fui a hablar con usted el mes pasado». A esto Heber le contesta: «La verdad es que no lo sabía; me estoy enterando por vos».

«Me demostraba una vez más una falta de comunicación en los principales mandos donde ya había denunciado una situación que para mí era tremendamente alarmante», apuntó Cal.

El Jefe de Policía todavía era Pioli. Aunque pocos días después se dicidió su relevo.

Ante el cambio de mando Heber le expresó: «Espero que ahora estés más tranquilo».

La temeraria pregunta de Heber en Laguna del Sauce

Un día Cal aterrizó en Laguna del Sauce y unos minutos después aterrizó el helicóptero de la Policía en el que venía el ministro Heber y otras autoridades del Ministerio del Interior. «Creo que también venía Martinelli», sostuvo Cal.

«Se vino una tormenta muy grande, yo estaba por tirar paracaidistas, no pude tirarlos y tuve que aterrizar con los paracaidistas en Laguna del Sauce. Habíamos salido del aeropuerto El Jagüel», detalló el diputado.

En esa ocasión, «el ministro no tuvo mejor idea que hacerme un chiste cuando nos encontramos en el aeropuerto. De forma muy jocosa y risueña me preguntó, delante de la gente, si todavía no me habían matado los narcos». Le hice saber que no, que por ahora no, pero que cualquier cosa se iba a enterar.

La alerta de Cal sobre la infiltración del narcotráfico en la política uruguaya

Para finalizar Cal enfatizó que su situación vivida «debe ser un llamado de atención de que tal vez Uruguay no está tan lejos de convertirse en un país como Ecuador».

«Creo que tenemos que ser un poquito más desconfiados y no podemos abrirle las puertas al primero que aparece con plata y dice ser un gran empresario», advirtió.

Señaló que «cuando un legislador se acerca a denunciar una situación, hay que escucharlo; creo que cualquier persona que se acerque a denunciar una situación debe ser escuchada».

«Quiero creer que el narcotráfico no se metió en la política, pero va a intentar meterse y va a hacer un esfuerzo supremo por lograrlo», dijo.

Tal vez en esas cenas (de recaudación), «cuando faltan 200 o 300 tickets por vender y aparece un milagroso lobbyista que dice «No te preocupes, yo me encargo de vender esos 200 o 300 tickets a mil dólares cada uno para darte una mano, porque quiero apoyarte», inconscientemente, el político está recibiendo USD 200.000 o USD 300.000 de colaboración del narcotráfico y no lo sabe«, alertó Cal.

«En algún momento después van a ir a golpearle la puerta», sentenció.





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Escrito por hiperactivafm


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