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Noticias Nacionales

No romper con el FA nos llevó a tener costos que pagamos gustosos

todayjunio 8, 2024

Fondo


Calificó el proceso como un camino profundamente frenteamplista y seregnista, esa es la definición que yo daría desde el punto de vista político. Hay que ponerse en el contexto en que nació Asamblea Uruguay en 1994, con un líder como Danilo que tenía una trayectoria independiente y en el medio de dos procesos que son muy importantes para entender: la caída del muro Berlín y los efectos en lo que era el espacio comunista en el mundo y Uruguay, y el propio quiebre del Frente Amplio cuando el Nuevo Espacio se parte y el Partido Demócrata Cristiano se abre en 1999. Eso era algo muy traumático. A su vez, en el Frente había otro debate que no tenía el mismo cruce, pero que sí estaba instalado, que era el tema del post-frentismo.

Algunos entendían que había que ir hacia una etapa superior del Frente Amplio, que era el Encuentro Progresista que nació en el 94, y otros entendíamos que el Frente Amplio era la mayor expresión de la izquierda. Reivindicabamos al Frente Amplio como tal y sí hablábamos de una política de acumulación de la izquierda, que era el Encuentro Progresista, ese era el contexto.

Como consecuencia de eso, nosotros teníamos la idea que el Frente Amplio debía renovarse desde el punto de vista ideológico y programático, porque ya en la segunda mitad de los 90 que comenzaba, había que cambiar concepciones que venían de otras épocas, pero renovarlas por un determinado camino, que era el de la unidad de la acción.

Ese era un camino que a lo largo de todos los años de Asamblea Uruguay, fue nuestra propia forma y encare de hacer política desde el Frente Amplio. Eso nos trajo cosas muy buenas y también dolores de cabeza.

Creo que ayudamos a colaborar con la renovación programática e ideológica del Frente, pero al mismo tiempo pagamos precios por ese tema, pagó Danilo y pagó Asamblea Uruguay, en la discusión interna y sobre temas del país.

Un ejemplo es la reforma constitucional de 1996. Allí, Seregni, Asamblea Uruguay y en parte la Vertiente Artiguista, nos alineamos para cambiar la Constitución porque había cosas que venían del pasado. Se eliminaba la cooperativa de votos en Diputados, se terminaba la multiplicidad de candidaturas a la presidencia, se exigían elecciones internas para obtener candidaturas únicas y simultáneas, se separaban las elecciones nacionales de las departamentales, había mucho. Obviamente pagabas un precio, que era el balotaje.

Eso en su momento en el Frente Amplio no fue comprendido en los términos que nosotros lo mirábamos, y pagamos un precio político muy alto en el partido.

Y así podría poner otros ejemplos de cuando fuimos gobierno, de cuestiones que tuvimos que liderar no sólos, pero sí impulsar en los gobiernos de Tabaré Vázquez fundamentalmente, e implicaba que hubiera resistencias a eso.

El no romper con el Frente, el ser consecuentes y entender que la unidad de acción es ideológica, también nos llevó a tener costos que los pagamos gustosos, en los términos en que sirvió para que el Frente Amplio acumulara en esta dirección. Si uno mirá en retrospectiva, en estos 30 años creo que hubo un aporte importante para la izquierda.

¿Qué perdió el Frente Amplio y particularmente Asamblea Uruguay con el fallecimiento de Astori? Más allá de lo meramente humano.

El frente tiene una tríada de los últimos años, que fueron los tres grandes motores para ganar las elecciones: Astori, Vázquez y Mujica. Ellos fueron la explicación fundamental de la acumulación para ganar las elecciones nacionales y para gobernar.

Creo que Uruguay pierde un hombre con visión de estadista, que puso en las políticas públicas los intereses generales y de las personas más vulneradas por encima de otros y que, paradójicamente, impulsó las reformas más radicales del país. Pierde un referente el país y la izquierda en general, más allá de lo sectorial.

¿Cómo es entonces el desafío de llevar adelante esta campaña electoral sin Astori?

Depende desde donde uno se lo plantee. Por ejemplo, yo no creo que Mujica tenga heredero político. Tampoco creo que Tabaré lo haya tenido y no lo va a tener Danilo. Lo que hay es un legado de ideas de conducción y visión de la izquierda. En ese legado uno tiene que construir un espacio político, que en este caso es Asamblea Uruguay, sostenerlo y hacer una política de acumulación que es Convocatoria Seregnista.

El último acto en el Galpón, que se llenó como hace 30 años y fue el primero sin Danilo, marcó que hay una vigencia del pensamiento y que hay gente que adhiere a una concepción astorista de la izquierda.

¿Cómo fue el proceso de decidir dejar de apoyar la precandidatura de Mario Bergara y pasar a apoyar a Yamandú Orsi? Se manejaba un piso de intención de voto en las encuestas que nunca se alcanzó. Los sectores Plataforma y Magnolia se bajan, y un mes más tarde Asamblea Uruguay ratifica la decisión de Convocatoria Seregnista de no continuar con la precandidatura de Bergara.

Fue un proceso que tuvo etapas. En Convocatoria Seregnista había un debate que era el siguiente: entendíamos que para que el Frente ganara las elecciones, tiene que haber un espacio seregnista y astorista fuerte, que es clave para que la izquierda gane. Había más de una visión de cómo se podía fortalecer este espacio. Una serie de compañeros entendían que era mediante una candidatura propia y otros entendían que no había condiciones para que esta sea presentada, porque la unificación de la candidatura del espacio político que votó disperso en 19 listas distintas, unificarlo bajo un mismo espacio político requería más tiempo.

Como eso se dio como un debate interno, fuimos a un camino que era el de seguir con la candidatura y evaluar cómo evolucionaba.

Los compañeros de Magnolia y Plataforma entendieron que ese camino se había agotado antes, y algunos seguimos de largo más tiempo, cuando ya con una cercanía mayor a la elección y con más elementos políticos sobre la mesa, entendimos que la polarización era un proceso creciente y absolutamente imparable y para ello teníamos que optar, y ese fue el camino. Entendimos que la candidatura de Orsi era el espacio donde nosotros podíamos aportar una visión que creo que va a ayudar en la elección interna.

En el acto por los 30 años de Asamblea Uruguay dijiste que el sector nació para “ser la alternativa al neoliberalismo de los 90”. ¿Crees que hoy por hoy siguen posicionándose de esa manera? ¿Una alternativa al neoliberalismo de esta época?

Si, lo que hay ahora es un neoliberalismo 2.0. Con Lacalle padre era la privatización de las empresas públicas y la desindustrialización del país. Con Lacalle hijo, los malla oro son los que tienen que privilegiarse porque son los que mueven la economía. Es como un aprendizaje que tuvo su padre, pero la esencia es recortar los espacios del estado, aplicar las mismas políticas clientelares y al mismo tiempo, privilegiar a un sector de la economía y postergar al resto. Pero veo más fuerte ahora el herrerismo que cuando estaba el propio Lacalle y más débiles a sus socios, al Partido Colorado y al propio Cabildo Abierto.

¿Cree que en un eventual gobierno de Frente Amplio alguien de la izquierda seregnista tendría que ocuparse del ministerio de Economía como hizo Astori?

No sé si con la titularidad, pero es claro que el astoribergarismo, como dijo Manini Ríos, tiene que jugar un rol fundamental en la conducción de un gobierno de izquierda en materia económica y en otras políticas públicas.

¿Cómo ve el escenario en Canelones para las próximas elecciones departamentales? Orsi no puede ser candidato y ya se adelantó que habrá coalición departamental.

Creo que el Frente Amplio tiene un peso político grande en el departamento como para poder ganar las elecciones en las departamentales de mayo del 2025. Obviamente la coalición va a dar una disputa mayor que presentándose separada, pero el Frente está preparado para poder ganar las elecciones departamentales. Por supuesto que está la elección nacional antes y esa es la clave.

¿Ya están manejando algún nombre para que sea candidato a intendente?

Definiciones no. Hay una serie de compañeras y compañeros que pueden ser candidatos a intendente por el Frente Amplio, pero me parece que primero hay que ganar la elección nacional y después pensar en la departamental. Lo cual no quiere decir que no trabajemos con un programa de Canelones nuevo y para promover figuras. Lo que no hay que hacer es tomarse a la ligera la elección departamental.

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José Carlos Mahía, senador del Frente Amplio.

José Carlos Mahía, senador del Frente Amplio.

Foto: Meri Parrado





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Escrito por hiperactivafm


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