Laura Raffo enfrenta una nueva derrota política ante el veredicto de las urnas

Esta amplia diferencia le dio al exsecretario de Presidencia toda la potestad de elegir a otra persona para acompañarlo en la fórmula presidencial. Y así fue. La elección fue toda una sorpresa: una figura sin historia dentro del Partido Nacional, que se sumó recién este año a la campaña de esta colectividad histórica.

¿”Laura no está, Laura se fue”?

Seguramente los lectores recordarán aquella canción popular que cantaba el italiano Nek (Filippo Neviani) y que se convirtió en hit hacia fines de los noventa: “Laura no está, Laura se fue / Laura se escapa de mi vida / Y tú, que sí estás, preguntas por qué”, decían los primeros versos.

¿Cuál será el futuro político de Raffo tras una nueva derrota en las urnas, tras su recordado intento de llegar al cargo mayor de la Intendencia de Montevideo?

Todavía es difícil aventurar una respuesta. Sin embargo, más allá del gesto educado, amable, controlado, que mostró en el discurso que dio tras conocerse el resultado, en el comando reinaba la desazón, el desconcierto, la frustración.

“En un mismo barco”

Raffo reconoció la derrota, aceptó que Delgado no la incluyera en la fórmula (algo que se venía venir), valoró el esfuerzo que hicieron los sectores que la apoyaron durante la campaña, y dijo que ahora comienza una etapa en la que hay que trabajar por la unidad partidaria: “A partir de ahora, todos unidos en un mismo barco para poder asegurar un segundo gobierno de coalición, liderado por el Partido Nacional”.

Antes de este resignado discurso, Raffo estuvo reunida a puertas cerradas con varios dirigentes nacionalistas que la apoyaron. Entre ellos estaba el expresidente Lacalle Herrera, el exministro Luis Alberto Heber y algunos pocos más.

De lo que allí discutieron no hay información. Lo que sí se apreció entre los militantes que se hicieron presentes en la sede del comando fue una gran desazón.

Cuando comenzaron a llegar los primeros datos del escrutinio, tanto Raffo como los militantes esperaban llegar al menos al 20 % para estar en condiciones de estar en la fórmula presidencial.

Pero las horas pasaron y el panorama era cada vez menos auspicioso. En ese momento, la cúpula de dirigente se reunió a puertas cerradas y las caras largas, frustradas, se apoderaron de la militancia. Estos es “desmoralizante” se escuchó decir a varios de los presentes.

Cuando el reloj marcó las 23 horas, ya no había vuelta atrás. Raffo salió de la reunión, enfrentó a sus seguidores y aseguró: “Van a contar siempre con mi apoyo y con el de todo el equipo, porque estamos convencidos de este rumbo que marcó el gobierno de Luis Lacalle Pou”. Después, como marca la disciplina, tuvo que ir hasta la sede del Partido Nacional y enfrentar una realidad que rompía los ojos: Delgado iba ha hacer su jugada política. Y la hizo, pero sin Raffo.