Donald
Trump celebró este sábado su primer mitin de campaña hacia las elecciones
presidenciales de Estados Unidos desde
que fue víctima de un intento de asesinato, y desestimó las preocupaciones
de que su liderazgo tildado de extremista sea una amenaza para la democracia.
“La
semana pasada recibí un balazo por la democracia”, dijo el expresidente en
medio de la ovación de unos 12.000 espectadores en Grand Rapids, Michigan
(noreste), un “estado fundamental” que ganó en 2016 pero que el actual
presidente, Joe Biden, le arrebató en 2020.
“No soy
en absoluto extremista”, insistió Trump para descartar sus supuestos vínculos
con el “Proyecto 2025”, un manifiesto radical liderado por figuras cercanas a
él que ha sido descrito por sus opositores como una lista de deseos autoritaria
y derechista.
El
candidato republicano apareció
con un vendaje más pequeño que el que le cubrió la oreja en los últimos días,
y fue aclamado por la multitud exactamente una
semana después de sufrir un intento de asesinato a tiros durante un acto de
campaña en Pensilvania.
Trump
prometió “un maremoto monumental” a favor de los republicanos en las próximas
elecciones y se burló de los demócratas “que no saben quién es su candidato”.
El
expresidente busca consolidar su base de seguidores en una región que ha
sufrido una grave desindustrialización en ciudades como Detroit. Antes habló su
compañero de fórmula, el senador J.D. Vance, originario del vecino estado de
Ohio, quien enfiló baterías contra la vicepresidenta Kamala Harris, un nombre
que suena para reemplazar la candidatura de Biden si se decide a renunciar ante
las presiones.
“Serví en
el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos y comencé un negocio. ¿Qué has hecho
además de cobrar un cheque?”, dijo sobre el exsenador de California.
AFP