Ana Prada: “Tengo la libertad de componer sin temor a lo que nazca”

Por Tito Espinosa|

Ana Prada, la sanducera este próximo sábado 3 de agosto, desde las 20:00 horas, se estará presentando en el Teatro Escayola. Cantautora de profesión como también psicóloga, en su carrera ha colaborado con numerosos artistas nacionales e internacionales.  Hasta la fecha tiene cuatro discos publicados como solista, su más reciente trabajo discográfico es de 2022 de nombre “No”, el cual tuvo excelentes críticas y una notable colaboración con Natalio Oreiro en la canción “No hay verdades”.  Es la segunda vez que se presenta en Tacuarembó,luego de mucho años, y se muestra entusiasmada de estar en nuestras tierras, abriendo la temporada inaugural del Teatro Escayola.

-Gracias por atender la llamada, ya falta poco para tu show en el Teatro Escayola.

Estoy muy feliz. Me dijeron que el Teatro Escayola estuvo cerrado por muchos años y que es un lugar histórico. Hace poco pude verlo por una video llamada para Instagram y la verdad que es una belleza. Nosotros en Paysandú tenemos el Teatro Florencia Sánchez, que si bien estuvo unos años cerrado, es un lugar precioso que se ha ido reinaugurando junto a otros en el interior del país. El teatro atrae toda una vida a su alrededor, te cambia una ciudad totalmente, y sobre todo, genera oportunidades de traer artistas de otros lados y también los locales. Tacuarembó se merece un lugar de excelencia porque ha sido un núcleo fermentario cultural muy importante, en nuestra música popular y folklórica.

Que es la música que tú has explorado en tu trabajo artístico…

Sí, fue una cosa que se me dio sin buscarlo. Soy de Paysandú, en realidad, y vengo escuchando todo tipo de música de tierra adentro. Incluso mi padre con sus amigos cantando Los Olimareños, Zitarrosa, Viglietti, Anibal Sampayo y mucho folklore argentino porque nosotros por la frontera tenemos influencia de esa música: el chamamé, la charanga, chamarrita, etc. Mi padre me influenció mucho, él era ingeniero agrónomo, nada que ver, pero era músico. La música siempre estuvo en mi vida, pero nunca para dedicarme a ello.

-Claro, porque tu te fuiste a Montevideo a estudiar Psicología, una carrera profesional.

Tu lo dijiste perfecto, tenía que estudiar una carrera profesional. Cómo ser músico no fuera también una carrera profesional. En aquel entonces, era la salida que había, no existía eso que hay hoy de las universidades en el interior del país. Era como decía la canción “Morir en la capital”, y así fue que me vine, estudié y cumplí. Pero, siempre con la música en paralelo, con la guitarra, cantando con mi primo Daniel Drexler.

-Tienes trabajos con un montón de artistas, que algunos vienen de otros géneros como el rock o pop/rock. ¿Esa mezcla de estilos te abrió paso para configurarlo con la música popular?

Totalmente. Yo analizo que vengo del interior y he escuchado música de todo tipo. Con el cuarteto La Otra era de música urbana, candombe beat, canté mucho años con Ruben Rada con ese funky/rock. Entonces, mi influencia ha sido diversa porque estaba cantando otras cosas, y no folclore. De hecho, no hago folklore puro, yo lo que hago son canciones que a veces tiene un aire de zamba o chacarera. Yo he tenido la libertad de hacer la música, la letra y después darme cuenta qué es. Tengo la libertad de componer sin temor a lo que nazca. Y también tengo la libertad de no encerrarme en un género en particular.

-Por los nombres de tus álbumes es como una música más personal, más íntima.

Creo que hay de todo. Hay un disco que saqué de versiones, más de electrónica, otro con Teresa Parodi, ese sí más folklórico. Pero mi canción es eso; primero la letra, el sentimiento, la emoción y que te pide determinado estilo que naturalmente la melodía le lleva para otro lado. Por ejemplo, en este último disco que se llama “No”,  hice una canción con Natalia Oreiro que es una especie de balada rock.

-¿Es la primera vez que venís a Tacuarembó?

Estuve en un festival grande con toda la banda hace mucho tiempo, era verano y hacía mucho calor. Era un festival enorme donde creo que cerraba La Vela Puerca, de ese estilo. Después no he ido más, conozco poco y nada de Tacuarembó. Voy a viajar el día anterior y está programado con un asadito de por medio con otros músicos de allá, y eso es lo más lindo, intercambiar.

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