LA HISTORIA LOCAL | El Bocón

Por: Prof.  Mag. Luis Fortunato PACHECO FERNÁNDEZ.

Estamos acostumbrados a las generalizaciones de la Historia Universal, centrada en Europa y Estados Unidos respecto del resto del mundo; una desestructurada Historia Americana o de Hispanoamérica que no termina de resolver su identidad; Historias nacionales, nacidas del debate parlamentario, la prenda, la política, la ideología, los grandes personajes. ¿Dónde están los historiadores profesionales?

Si queremos investigar la historia local, que hace a cada uno de los pagos de nuestro país; a la historia institucional y a la historia social nos encontramos con problemas:

En el Registro de Estado Civil local, el funcionario no tiene acceso a un sistema informático y busca en registros manuscritos y hace la fotocopia del documento solicitado, por el cual cobra. No hay acceso digital.

En la Biblioteca Pública, el funcionario responde que no tiene conexión de wi fi para acceder a otros fondos documentales y los que tiene no están clasificados ni adecuadamente conservados.

En la Biblioteca del Liceo responden que el servicio es solo para alumnos y profesores, no para el público!!! Y que los fondos documentales son propiedad del Estado, cualquier investigación debe ser autorizada por un tribunal de inspectores en Montevideo, un trámite que exige un año con suerte y que la producción será propiedad del Consejo. La más insólita respuesta de una directora: usted aquí es profesor y no es investigador.

En páginas de Facebook, se replican hasta el cansancio las mismas páginas de Aníbal Barrios Pintos, se plagian sin misericordia trabajos ajenos y se publican fotos sin información alguna. Cuando se logra publicar un libro sobre algún tema local, el público no compra el libro,  hay indiferencia absoluta, las instituciones no convocan – Casa de la Cultura, Instituto Normal, Liceo, Comisión de Patrimonio, Comité Patriótico – que a veces desconocen su propia historia.

Los archivos están cerrados, mal conservados, ignorados y destruidos por limpieza sin ninguna forma de clasificación previa. Otros archivos están centralizados en Montevideo ¿quiénes tienen tiempo de viajar a la Biblioteca Nacional o al Archivo General de la Nación? Así se pierde la historia local, institucional y biográfica.

El extremo es cuando en una maniobra administrativa, con mucho de astucia, no poca ignorancia y mala fe, por ley se asigna a un Liceo un nombre y un homenaje desmedido a sus méritos y aprobado por ley, sin que nadie se oponga.

Estamos en problemas cuando los profesores de historia no hablan de historia solo de las exigencias administrativas de una autoridad centralizada, burocrática y autorizada y en la institución no se presentan libros, no se convocan debates ni se fomenta la investigación.

El Liceo cumplió 100 años, la Escuela Industrial 80 años y el Instituto Normal 75 años. Los aniversarios se deslizan entre la ignorancia y la indiferencia. El Museo local responde que no necesita donaciones de colecciones privadas, las que ni cataloga ni tasa, solo las rechaza y conserva las mismas piezas donadas hace décadas, en el mismo lugar y ubicación desde 1970.

Así desaparecen o se venden a poco precio colecciones privadas de todo tipo. No hay interés en conservar lo que no se conoce.

Por otra parte se da trámite sin consulta de experto a cualquier amontonamiento de piedras que de forma arbitraria y supersticiosa, políticamente correcta, son yacimientos indígenas. Convocan un arqueólogo, realiza el estudio y resuelve mediante pruebas de indudable resultado que es una cantera del siglo XVIII y no un yacimiento indígena.

¿Cuáles son las soluciones?

Crear un fondo documental departamental digital que permita el acceso libre a colecciones de prensa, libros agotados, publicaciones oficiales, libros parroquiales, actas de clubes, asociaciones, memorias anuales, libros de novedades o de diario, archivos de órganos como la Jefatura Política, legajos históricos de funcionarios, Junta Económico Administrativa.

Crear un equipo de profesionales formados en Historia, Archivología, Arqueología y otras especialidades, particularmente en tecnología de las comunicaciones; evitando designar aficionados sin preparación alguna. Este equipo se integrará y comunicará en red nacional institucional: Biblioteca Nacional, Archivo General de la Nación, Estudios Históricos del Ejército, Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, Museos, Universidad de la República, instituciones privadas interesadas en la conservación y divulgación del contenido histórico.

Recibir donaciones, clasificar, avaluar, tasar, las piezas materiales, bibliográficas, documentales, fotográficas y objetos en general que sean ofrecidas.

Crear una red local de instituciones que hagan sus aportes a la digitalización de un archivo de fuentes departamental y reciban capacitación para la custodia y conservación de originales.

Las instituciones públicas como Liceos, Escuelas, Escuelas Industriales, Casa de la Cultura, Clubes sociales, asociaciones privadas, coordinarán sus esfuerzos para brindar público, espacios y tiempos para ponencias de investigadores locales, actuando como animadores.

Todas las bibliotecas públicas estarán abiertas al público y no serán necesarios expedientes de autorización para acceder a materiales históricos por haber caducado el órgano que los generó o haber fallecido las personas, tema de la investigación histórica biográfica.

Por otra parte, el presente no es un accidente de circunstancias por lo tanto el estudiante debe entender que es el resultado de un proceso de decisiones implementadas por hombres con ideas y contextos diferentes; lo único permanente en la historia es el cambio.

Y la formación en historia de nuestros jóvenes no debe perder tiempo en cuestiones que no tienen retroactividad ni ejercicios contra fácticos, absolutamente estériles, sino vislumbrar los futuros posibles. Un estudiante que en 2024 tiene 14 años y nació en 2010  tiene una expectativa de vida hasta 2094. ¿Cómo será esta ciudad, el Uruguay y el mundo del año 2094?