La Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA), el tipo de cáncer de
la sangre en el que la médula ósea produce una gran cantidad de glóbulos
blancos anormales, puede curarse si existe una detección temprana y se puede
concluir con el tratamiento, aseguró a EFE Max Saráchaga, director médico de
Amgen México.
Este tipo de leucemia tiene como principales pacientes a los
niños de entre uno y cuatro años, de los cuáles, por lo menos en México, el 70
% de casos son curables, afirmó el directivo farmacéutico durante una charla
con motivo del Mes del Cáncer Hematológico.
“En niños, hoy se pueden curar la mayor parte de casos. Por
ejemplo, en México se curan alrededor del 70 % de los niños. En países con más
recursos, como en Estados Unidos o Canadá o los europeos, se curan hasta el 90
%”, aseguró Saráchaga.
Aunque sean menos casos, este tipo de cáncer también se
empieza a diagnosticar a partir de los cincuenta años y, a diferencia de los
niños, la posibilidad de curación disminuye por dos razones fundamentales:
porque tienden a ser cánceres o tumores más agresivos y porque los adultos
después de los cincuenta años no toleran la intensidad del tratamiento que sí
toleran los niños.
Un tratamiento efectivo
La cura de esta patología oncológica, como de muchas otras,
está estrechamente relacionada con la detección temprana. En ese caso cuando se
presentan infecciones recurrentes, anemia, malestar general, poca energía,
decaimiento o sangrados sin que haya habido un golpe o un traumatismo
importante, ya son signo de alerta.
Lo más importante es “iniciar el tratamiento lo antes
posible una vez detectado el problema (…), esto es un reto para los sistemas
sanitarios en países latinoamericanos, donde aún no estamos a la par de
economías más avanzadas”, reflexiona.
Los tratamientos se dividen en tres fases, tanto en niños
como en adultos.
La primera es la inducción, que tarda aproximadamente dos
meses; después está la solidación, que son varios meses de tratamiento. Y,
finalmente el mantenimiento, lo que hace que el tratamiento dure de dos a tres
años, para que posteriormente los pacientes entren en la fase de remisión, es
decir, que la enfermedad desaparezca.
Los tratamientos han cambiado y han evolucionado. Para el
caso de la LLA, existe un medicamento que es un anticuerpo biespecífico, una
proteína que junta dentro del organismo del paciente las células tumorales de
esta enfermedad con unos glóbulos blancos que se llaman linfocitos T y que
destruyen al tumor.
“Tenemos la infraestructura y el personal médico adecuado,
no en suficiente número como quisiéramos en Latinoamérica, pero ya tenemos
tratamientos que son capaces de curar a estos pacientes”, asevera Saráchaga.
Los retos de América Latina
El tratamiento de la LLA requiere un equipo
multidisciplinario, con hematólogos y otros especialistas.
Esto representa un reto en América Latina, porque hay
pacientes que viven muy lejos de las grandes capitales, lo que los obliga
muchas veces a dejar los tratamientos para la cura de la leucemia, que si no es
tratada de manera urgente, es mortal.
«Es una enfermedad agresiva, mortal si no se inicia el
manejo de inmediato”, comentó.
México registra 5.000 nuevos casos de leucemia anualmente en
menores de diecinueve años y alrededor de tres de cada cuatro casos
diagnosticados con LLA.
En el caso de Colombia, durante el 2023, hubo un aumento del
37 % en casos de pacientes menores de dieciocho años con esta enfermedad;
mientras que en Perú anualmente se diagnostica de cáncer a unos 1.300 niños, de
los cuales, la leucemia constituye uno de cada tres casos.
Con información de EFE