Las
partículas del covid-19 podrían usar una proteína presente en los glóbulos
rojos para diseminarse por el organismo, más allá del sistema respiratorio,
según un estudio realizado por investigadores del Instituto Pasteur de
Montevideo, la Universidad de la República y la Universidad de Buenos Aires.
La
investigación, publicada recientemente en la revista científica Cell Death
and Disease, señala la capacidad del virus para alcanzar tejidos y órganos
distantes mediante la sangre, así como su papel en los casos graves y
multisistémicos de la mencionada enfermedad.
El
virólogo uruguayo Gonzalo Moratorio, destacado
por Nature en 2020 como uno de los diez científicos más relevantes del
mundo y participante en el estudio, aseguró en una entrevista con EFE
que el hallazgo abre la puerta a nuevos tratamientos terapéuticos en pacientes
avanzados de coronavirus.
1/ How does coronaviruses influence systemic physiology beyond the lungs? Our recently paper offers insights into Coronavirus Bloodlust???????. Let’s dive into it.
— Gonzalo Moratorio (@gonzamoratorio) December 9, 2024
De
ratones a humanos
El equipo
científico experimentó con un coronavirus murino, que infecta naturalmente a
ratones y —a diferencia del humano— ataca en primera instancia al hígado, con
el objetivo de estudiar la relación entre el virus y su huésped de forma
natural.
Según
Moratorio, descubrir que las partículas virales del ratón están asociadas a los
glóbulos rojos “fue una primera pista para poder entender cómo el virus puede
llegar a navegar entre tejidos y células y acabar causando —muchas veces—
fallas de tipo multiorgánico o sistémico”.
Para
entender las posibles semejanzas con el coronavirus que afecta a las personas,
se compararon los resultados con datos de autopsias humanas.
“Buscamos
puntos de convergencia, similitudes entre un sistema y otro, para poder
expandir nuestros hallazgos y probar mañana si estos pueden ser efectivos en
virus de relevancia humana”, explica el virólogo.
Una de
las coincidencias fue la presencia de la proteína espícula (spike, en
inglés), objetivo de las vacunas contra el coronavirus, que está ubicada en la
envoltura del virus y permite su unión a receptores específicos en las células
huésped.
Los
investigadores descubrieron que la patología murina se une preferentemente a
hemoproteínas; responsables de transportar oxígeno a todos los órganos, y que
también están presentes en la superficie de las espículas del coronavirus
humano.
Esto
podría facilitar la diseminación de la enfermedad y ser una vía para la
invasión sistémica en todo el organismo, según los investigadores, pues el
virus utiliza células fundamentales en todos los sistemas y órganos para poder
propagarse en sus estados de mayor virulencia.
“Mecanismos
como este pueden replicarse en otros tipos de infección, no necesariamente
asociado a proteínas, pero sí a otros componentes celulares que permiten que el
patógeno pueda diseminarse”, apunta el uruguayo.
Cambio
de paradigma terapéutico
Los
científicos estiman que se puede reducir la gravedad de la enfermedad
dirigiendo el tratamiento directamente a las hemoproteínas.
Estos
resultados abren la puerta a un cambio en el enfoque terapéutico que se centre
en mitigar esta expansión del virus, en lugar de paliar los síntomas de este,
que es lo que se hace hasta ahora.
“Puede
abrir la puerta a terapéuticas nuevas en pacientes que estén entrando en estado
de severidad”, apunta Moratorio.
Este tipo
de descubrimientos, dice el virólogo, sirven para empezar a considerar estos
mecanismos como posibles vías utilizadas por distintos patógenos.
El futuro
de la ciencia latinoamericana
Además de
su contribución científica, Moratorio fue uno de los 16 líderes globales
seleccionados para formar parte del programa World Fellows de la Universidad de
Yale (Estados Unidos) de este año.
En el
marco de la competitiva beca internacional, que incluye a expertos de distintas
disciplinas, el uruguayo dio un discurso en la universidad estadounidense el
pasado 10 de diciembre.
“Haber
sido seleccionado para hablar en Yale representa una oportunidad única de
mostrar cómo desde América Latina podemos contribuir al avance del conocimiento
global”, expresó Moratorio, quien también destacó la importancia de brindar
oportunidades a jóvenes científicos de la región.
El
investigador, que lideró importantes desarrollos en Uruguay durante la
pandemia, reflexionó sobre el papel de la ciencia en la mejora de la calidad de
vida: “No se trata solo de soñar, sino de dar las herramientas para que otros
puedan hacerlo. Desde Uruguay, con recursos limitados, demostramos que es
posible hacer ciencia de impacto mundial”, concluye.
EFE