Montevideo Portal
El exdirector de la Biblioteca Nacional del Uruguay (BNU) durante la gestión del presidente Luis Lacalle Pou, Valentín Trujillo, rebatió a través de un texto, al que accedió Montevideo Portal, los argumentos de la actual directora de la institución, Rocío Schiappapietra, quien en rueda de prensa el pasado 26 de mayo anunció el cierre del lugar por tiempo indeterminado.
Trujillo se refirió, en primer lugar, a la alusión a que la infraestructura patrimonial del edificio se encuentra “en estado crítico”.
En este sentido, indicó que “no es verdad” que haya “inundaciones frecuentes”. En cuanto a los “depósitos saturados”, contestó: “Como nuestra administración se encontró con esa situación, se gestionó la creación de un anexo en coordinación con la Dirección Nacional de Cultura. Se trata del Espacio Manuel Espínola Gómez en la calle Paraguay, que permitirá desagotar espacios y ganar cientos de metros cuadrados”.
Así, Trujillo indicó que “se dejó presupuesto asignado para esa mudanza, que era un reclamo de más de 50 años de parte de la BNU”.
Con respecto a la climatización, el escritor dijo que “existe un sistema de ventilación aire central con temperatura y humedad constante en los depósitos y deshumidificadores”. “En el Archivo Literario, además, existe un sistema de aire controlado y dos bóvedas blindadas para la unidad de Materiales Especiales”, agregó.
Habló, asimismo, de los “hundimientos estructurales”. “Como en todo edificio antiguo, puede existir algún hundimiento por el piso de los papeles o libros, pero eso no compromete la estructura edilicia, ni las colecciones, ni la seguridad de visitantes y funcionarios”, expresó.
En otro pasaje admite que “la Biblioteca Nacional no cuenta con sistema de detección de incendios”, algo que, recordó, “lamentablemente ocurre en buena parte de los edificios públicos”. “Nunca tuvo habilitación de Bomberos, algo que no ha impedido su funcionamiento. Sin perjuicio de eso, existen sistemas de seguridad específicos anti fuegos”, sumó.
En cuanto al control de plagas, Trujillo dijo que “se realiza la fumigación anual tal como está prevista”.
En referencia a la Biblioteca de Estudios Latinoamericanos de Pittsburg explicó que “fue gestionada durante la administración 2020-2025 y llegó al país en marzo de este año, ya con la nueva Dirección al frente de la Biblioteca”: “La posibilidad de contar con el anexo que se gestionó permite solucionar este tema, sin perjuicio de que son las actuales autoridades quienes pueden definir su destino”.
“Al 28 de febrero de 2025 estaba en perfectas condiciones. El hundimiento que había en la galería de entrada se reparó en la refacción de la fachada, una obra que se inició en la administración 2020-2025, con presupuesto asignado para su realización. También durante la administración 2020-2025 se recuperó el montacargas que estaba roto desde la gestión anterior e impedía el acceso de a determinadas colecciones”, manifestó.
Aludió también a los libros y revistas con hongos: “La limpieza de la colección se realiza de forma anual siguiendo los estándares correspondientes”.
Luego habló de que su administración detectó que la situación de la salida de emergencia a calle Guayabos y que esta “fue una de las causas” que los “llevó a gestionar con urgencia el espacio anexo en la calle Paraguay”.
En materia de “personal insuficiente y desorganizado” realizó un extenso punteo con los siguientes puntos:
- Estructura deficiente: La ausencia de personal es un reclamo en todo el sector público y nadie cierra sus puertas por eso. La Biblioteca continuó funcionando a pesar de que se jubiló gente y en ningún momento se puso esa situación como excusa para cerrar.
- Sala infantil: Se decidió priorizar las visitas infantiles guiadas a colegios y escuelas, y creación y apertura de una biblioteca infantil en el Centro Cívico Aparicio Saravia en el barrio Casavalle. Además, durante las vacaciones de julio y setiembre hubo extensión para niños y adolescentes.
- Jubilaciones no cubiertas: Ante esa situación compleja y urgente, se apeló a alternativas que permitieron subsanar la situación, como lo fueron pases en comisión y funcionarios en régimen de horas docentes.
- Organigrama vigente: Que el organigrama sea de la década del 80 no impide que la Dirección organice las unidades a un criterio de planificación. Una eventual reforma del organigrama se puede realizar con la Biblioteca abierta.
- Atención al público: Durante la pandemia, por razones sanitarias, se limitó al público, a pesar de que se activaron mecanismos vía correo electrónico para atender solicitudes de Uruguay del exterior. Con la reapertura pospandemia, se fue recuperando el horario habitual.
- Taller de digitalización: En convenios con intendencias se logró que personal de otras dependencias públicas trabajaran en proyectos de digitalización. Por ejemplo, el proyecto digitalización de prensa del interior tiene 48 funcionarios en todo el país.
- Ausencia de Archivóloga: Se jubiló una y la suplente se retiró por motivos personales. Esto no impidió el funcionamiento de la Biblioteca, ni de los archivos, ni implicaría un cierre de la institución.
En cuanto a los “servicios digitales” planteó:
- Navegadores: No es correcto decir que solo se pueda entrar a la página web por Firefox. Se puede ingresar por Chrome.
- Correo institucional: Al 28 de febrero de 2025 no había problemas de funcionamiento. La consulta, en todo caso, debe trasladarse a Gub.uy.
- Equipo informático mínimo: No es cierto. Se compraron equipos todos los años, tal como está establecido en las memorias anuales y en el Presupuesto. Eso nunca llevó a que se planteara el cierre de la Biblioteca.
- Digitalización: Este punto fue respondido antes.
- Sitio web: Se potenció, como nunca, gracias a reformas que permitieron la incorporación de colecciones y digitalizaciones. Eso fue acompañado de un plan de comunicación innovador, con una activa presencia en redes sociales. De esta forma, la opinión pública pudo saber día a día lo que sucedía en la Biblioteca Nacional.
- Catálogo digital y ficheros: No es cierto que el catálogo digital solo alcanza al 2013, incluye siglos XIX y XX. Las fichas se mantienen y están para ser consultadas. Son parte del patrimonio de la institución y uno de los elementos que llama la atención a los niños durante las visitas.
Los ítems finales aludieron a las “irregularidades” y al “déficit presupuestal” puestos sobre la mesa por Schiappapietra.
“La directora habla de robo, lo que no es verdad. Si está en conocimiento de un presunto delito, está en obligación de denunciarlo. Durante la elaboración de un libro publicado por Biblioteca Nacional se traspapelaron once documentos que no han salido de la institución, tal como informó la investigadora que llevó adelante ese trabajo. Además, todas esas cartas están digitalizadas, por lo que su contenido se encuentra disponible”, dijo sobre el presunto robo de documentos.
Por otro lado, en referencia al “robo frustrado de una foto”, dijo que “no fue una casa de remates que advirtió la situación, sino al revés: la Biblioteca Nacional, enterada de la situación, fue quien recuperó ese material e hizo la denuncia correspondiente en Delitos Complejos”.
Al final afirmó que “la situación financiera de la Biblioteca no impide su funcionamiento”. “Los gastos y servicios básicos para el 2025 están cubiertos”, dijo y sumó que “en 2026 entrará en vigor el nuevo Presupuesto”.
Para Trujillo los servicios fumigación y limpieza “se realizan de acuerdo a lo previsto”. Y “una persona es la encargada de coordinar a los equipos de limpieza, vigilancia y mantenimiento”. “No es ella que hace todo”, aclaró.
“Es falso”, subrayó, que las “actividades culturales” estén “en riesgo”. “Sin ir más lejos, el 26 de mayo se hizo la conferencia por el Día del libro y nadie corrió ningún riesgo. Días antes, un programa de radio salió en vivo con fonoplatea. Además, si se mira la cuenta de Instagram de la Biblioteca, ha habido actividad de marzo a la fecha y se anunciaba que estaba abierta la agenda para visitas escolares hasta junio. Lo mismo sucedió con obras de teatro que estaban en cartel y que ya estaban agendadas. También en las redes de la biblioteca hay imágenes de visitas de escolares y de autoridades extranjeras en distintos espacios de la institución, cuya imagen no condice con el estado que se denuncia”, escribió.
“Como exdirector de la Biblioteca Nacional siempre estaré abierto a que se mejore la institución. Acá no hay ningún plan previsto más allá del cierre, como las propias autoridades lo reconocieron. Nada de lo planteado por la actual Dirección justifica una medida de ese tenor”, opinó.
Con respecto a los planteos gremiales, indicó que “durante los años que dirigí la Biblioteca Nacional, el diálogo fue fluido y los reclamos eran por espacio (se gestionó el anexo) y por solicitudes de más personal (que se gestionaron con las herramientas disponibles). El gremio nunca planteó que fuera necesario un cierre y tampoco hizo referencia a riesgo edilicio ni sanitario”, finalizó.
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