Por Gonzalo de León
@GonzaaDeLeon19
Grecia es uno de los países más históricos que existen. Allí nacieron los Juegos Olímpicos y su lengua es la que tiene mayor historia documentada, Además de ostentar el reconocimiento de ser el país “más soleado de Europa” y ser uno de los que más islas tiene.
Pero entre tanta historia y datos curiosos, siempre hay un uruguayo presente que se destaca por sobre los demás. En este caso, es un futbolista. Y es el protagonista de la historia de hoy: Jean Pierre Barrientos.
Este mediocampista, actualmente de 34 años, hizo todas las inferiores en Racing, club con el que debutó en Primera División con 18. En 2011 fue comprado por el Vitória Guimarães de Portugal, pero su llegada al club luso se dio de una forma muy particular y que explica a la perfección el dicho de estar “en el momento justo y el lugar indicado”.
Un 7 de mayo de 2011, los scouters del Guimarães “fueron a ver a un número 10 de Danubio”, pero Jean Pierre afirma: “El 10 que se lució fui yo; metí dos goles, me hicieron un penal y di una asistencia”.
Ese día, Racing, que estaba peleando el descenso, ganó 6-0 en el Parque Roberto. “Al otro día me enteré de que se tiraron más por mí. Terminé jugando la temporada, que el último partido fue contra Peñarol, y viajé a Portugal para firmar”, recordó a FútbolUy.
“Me fui muy joven, sin nada de experiencia, pero, por suerte, me pude adaptar rápido. El fútbol europeo es más dinámico, acá es más físico”, señaló Barrientos, que ganó el primer título de la historia del equipo (Copa de Portugal 2013).
“Es un club increíble”, aseguró. “Hay muchísima diferencia” con Uruguay, como “cincos campos de entrenamiento, gimnasio de última generación, la calidad de la ropa, la nutrición, los doctores”.
Luego de tres años en el club, buscó una salida: “Querían que me quedara por dos o tres años más, pero por un tema contractual decidí no quedarme”. “Estaba en una etapa en la que creía que mi contrato podía aumentar un poquito más y dar un salto a otra liga o a un cuadro más grande,
pero optaron por no dejarme ir”, contó.
Momentos complicados
Y fue en ese momento cuando hubo un “quilombo de empresarios” por el que se le “cayeron una banda de posibilidades” de firmar por otros clubes.
Gustavo Matosas lo llamó para ir a León de México: “Me dijo ‘esperame dos semanas que voy para ahí y te llevo’; le dije que sí”, pero después de eso lo llamó un intermediario contándole que el Deportivo La Coruña, que estaba en la Primera División de España, lo quería.

Jean Pierre Barrientos homenajeado por Vitória Guimarães. Foto: Vitória Guimarães
“Me fui para España, creyendo lo que me había dicho el empresario, que me había hecho una carta”, contó, y agregó: “Estuve dos semanas entrenando, esperando para firmar contrato. Pero pasaba el tiempo y no me llegaba nada, y se me cerró lo de México”.
“Después echaron al técnico y el que trajeron no me quería”, recordó. “Tuve que volver a Guimarães, pero estaba todo mal y me dejaron seis meses clavado”, ahondó.
Y así es como a principios de 2015 le llegó una propuesta del Wisla Cracovia de Polonia, la cual aceptó porque “no tenía de otra”. Jean Pierre fue claro y afirmó que la posibilidad le llegó “por un engaño, por varios manoseos de empresarios”.
El Wisla “es un equipo grande” y en cuanto a infraestructura “fue el mejor” en el que estuvo: “Una locura, una belleza”. Y con respecto a la liga polaca, señaló: “Es bien física, te cagan a patadas. Son todos grandotes, macizos”.
Sin embargo, no todo podía ser color de rosas: “La pasé súper mal. No me pude adaptar por el tema del idioma. Era un país súper diferente a lo que estaba habituado. Son personas súper frías, no les gustan mucho los extranjeros”.
“No tenía ningún latino, español ni portugués para poder comunicarme” dentro del equipo. “Entraba, decía ‘hola’ y me quedaba en un rincón solo. Deseaba que terminara el entrenamiento para irme a mi casa”, comentó.
“En invierno, a las cinco de la tarde, ya estaba de noche y había mucha nieve. No estaba acostumbrado a eso. Tenía dos años y medio de contrato y a los seis meses pedí que por favor me dejaran ir. No quería quedarme más”, relató.
Sobre Cracovia, que es la segunda ciudad más grande y poblada del país, destacó: “Una belleza. No me dio para conocer mucho, pero es muy linda, limpia y segura”.
En ese momento le surgió la posibilidad de llegar a Nacional, que estaba vendiendo a Gastón Pereiro al PSV Eindhoven: “Me querían. La vacante del número 10 era para mí”.
“Me había juntado con Claudio Puig [dirigente] y ya habíamos hablado del contrato, que era muy bueno, pero se fue [Álvaro] Gutiérrez y vino [Gustavo] Munúa, que no me quiso”, recordó, y por esperar se le “cerraron varias puertas”, por lo que volvió a Racing.

Jean Pierre Barrientos jugando para Racing. Foto: Archivo FútbolUy
Jugó un semestre en el Cervecero y emigró a Argentina para jugar en Olimpo de Bahía Blanca, en Primera División. Comenzó teniendo muchos minutos, pero tras siete partidos hubo un cambio de entrenador y de ahí en más no volvió a pisar la cancha.
Por si fuera poco, no le pagaron “ni un mes”: “Jugué seis meses sin recibir ni un peso”.
Tras ese mal paso por el país vecino, emprendió viaje rumbo a Perú, donde estuvo un año y medio entre 2016 y 2017 en Melgar, club con el que ganó el Torneo de Verano y disputó la Copa Libertadores en dos ocasiones.
Afirmó que es “un club súper ordenado” y que nunca tuvo “problemas con nada”. Además, Arequipa “es una ciudad linda” y la comida peruana “es buenísima”.
Le cambió la vida
Después de eso, retornó a Racing: “Cuando salí de Perú, me fui a Uruguay porque mi expareja estaba embarazada y me quería quedar para que naciera ahí”. En este país permaneció un año.
A inicios de 2019, emprendió viaje a Grecia para jugar en AO Xanthi (2019-2020), Volos NPS (2020-2024) y AE Larisa (2024/25).
“Empecé a tener lesiones, jugaba poco. Mi idea era terminar el contrato y no jugar más, estaba cansado”, pero, “de la nada, me llegó un llamado del Xanthi de Grecia”. “Me llamó el gerente deportivo, que me había ido a buscar cuando yo estaba en Guimarães, pero la diferencia económica era muy
alta y no podía irme en ese momento”, recordó.
“Les dije que estaba lesionado y me dijeron que nos les interesaba, que fuera y me recuperara”, contó, y añadió: “Arrancamos para allá y me fue bien en los primeros seis meses y me renovaron, pero el club tuvo serios problemas en la pandemia y le terminaron el contrato a todos”.
La liga griega es “mucho mejor que la polaca” porque “son más técnicos”. Cualquier jugador de la Segunda o Tercera División pueden ir y romperla. El nivel es muy bajo, pero está bien. Me pude adaptar muy bien”, mencionó.
Tras eso, se marchó al Volos NPS, en el que estuvo cuatro años y llegó a ser capitán, pero volvió a tener un traspié: “Sufrí la separación de mi exmujer y estuvo un poco complicado psicológicamente. Mis hijos se vinieron para acá [a Uruguay] y no la estaba pasando muy bien; empecé
a sufrir lesiones”.

Jean Pierre Barrientos jugando para Volos NPS. Foto: Instagram @jeanpbarrientos
Después de terminar contrato, se fue al AE Larisa, de la Segunda División: “La idea era volver a mi nivel y, por suerte, pude jugar. Fuimos campeones invictos y fui el mejor mediocentro de la liga”.
“Es un club un poco complicado. No me pagaron por tres meses, hay mucha mafia”, detalló, y siguió: “No me gustaron las cosas que pasaron y decidí no quedarme” para la próxima temporada.
La categoría de ascenso “es un desastre”: “Los campos llenos de agua, a veces no tenés agua caliente, súper amateur. No le den mucha importancia; la tienen porque reglamentariamente tenés que tener Segunda División, si no la sacarían”.
En Grecia, “todos los equipos tienen un dueño, y todos los dueños hacen y deshacen”. “Hay equipos con presidentes que tienen mucha fuerza en la Federación. Se manejan a la fuerza”, contó.
Y en relación a eso último, recordó una anécdota: “Nunca había visto un partido, y antes de ir justo estaba la final de AEK contra PAOK, y se me dio por mirarla. Anularon un gol y el presidente entró y se le cayó un arma. Es una locura”.
La cultura en Grecia “es diferente a la nuestra, pero es un país increíble, una belleza a cualquier lugar que vas”.
Xanthi, que “antiguamente era una ciudad turca” y se encuentra en la frontera con ese país, “es pequeña. No tenés casi nada, solo un par de cafés. No está buena”. “Hay muchos musulmanes, las mujeres están tapadas”, destacó.
Volos, por su parte, “es la tercera o cuarta más linda de Grecia”. “Tiene costa y montaña, en verano hay playas y en inverno nieve. Es súper linda, no hay mugre, peligro ni delincuencia. De todas las que estuve, es la más linda”, apuntó.
Y Larisa, que está a 40 minutos de Volos, “es pequeña, pero mucho más movida”. “Hay más cafés, discotecas y tiendas. Es un centro grande. El tráfico es una locura, hay más autos que personas”, prosiguió.
Jean Piere aseveró que en Grecia se puede hacer “una diferencia” económica, y “si los presidentes encima te quieren”, mucho mejor. Si algún uruguayo “tiene la chance de ir, que no lo dude”.
Y cerró contando que “todavía no” tiene nada para la próxima temporada: “Estoy hablando con un agente amigo que tengo en Grecia. Estoy evaluando algunas opciones, pero me gustaría volver [a Uruguay] porque estoy hace muchísimos años afuera y tengo ganas de volver”.
Por Gonzalo de León
@GonzaaDeLeon19