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Noticias Nacionales

¿por qué hay más homicidios en la cárcel que en las calles de Uruguay?

todayjunio 22, 2025

Fondo



“Es llamativo, pero las cárceles deberían ser los lugares más seguros porque existen para privar de su libertad a los delincuentes y brindar seguridad a la sociedad en general, y sin embargo, ocurre todo lo contrario”, explicó el profesor.

Uruguay ocupa porcentualmente el décimo puesto en el mundo entre los países con más presos: 408 cada 100.000 habitantes y en las primeras dos décadas de este siglo, el volumen de la población penitenciaria se triplicó: en 2022 se llegó a un promedio anual de 14.409 personas, según reporta el informe de 2022 de la oficina del Comisionado Parlamentario para el Sistema Penitenciario.

Ese volumen de presos agrava la situación. “El diagnóstico es muy malo, viene de hace muchos años y ningún gobierno ha podido lidiar con eso”, consideró Tenembaum

“Desde el punto de vista discursivo, todos los gobiernos se han planteado hacer algún tipo de plan, se realizaron reformas, ni que hablar, pero ninguna ha tenido éxito”, agregó.

La superpoblación es parte del problema, pero el mayor peligro es la falta de seguridad interna. “No se ha conseguido tener un lugar más o menos digno donde dormir, donde estar y hacer un proceso de desistimiento delictivo. En síntesis, un lugar de seguridad y no de crimen”.

“Por una parte, existe un sistema penitenciario gigante, que sigue creciendo en relación con la población y que, a veces, responde a un populismo penal, al considerar que todos los que cometen delitos deben ser encarcelados·, opinó tiempo atrás la diputada Bettiana Díaz . “Lo que nosotros decimos es que parte de la solución también es que no haya pena desproporcionada en algunos delitos”, reflexionó.

En la ronda de opiniones ante la prensa, también sumó su criterio desde la academia, el doctor en Criminología por la Universidad de Cambridge Nicolás Trajtenberg quien coincidió en que en Uruguay encarcela a “muchísima gente innecesariamente”, lo que genera “problemas serios: violencia intracarcelaria, violación de derechos humanos y falta de recursos”.

Esto echa por tierra toda posibilidad real de resocialización. El análisis que a principio de año hizo desde el gobierno el especialista en políticas públicas de seguridad, Diego Sanjurjo, así lo confirma: “Siete de cada diez personas que pasan por la cárcel vuelven a ser detenidas por haber cometido un nuevo delito dentro de los siguientes cinco años. Eso significa que nuestro sistema penitenciario sólo resocializa a tres de cada diez penados y que la mayor parte de los delitos actuales los cometen personas que han pasado ya por el sistema penitenciario. Es decir, no sólo no es una solución, sino que además causa delincuencia”.

¿Qué hace falta?

El diagnóstico está más que claro y con abundante literatura por parte de la academia, pero ¿qué se necesita para salir de esta situación cada día más dramática?

“Se necesitan recursos, se necesita un plan a muy largo plazo y se necesita compromiso de Estado, de voluntad y de recursos”, explicó Gabriel Tenembaum a Caras y Caretas.

“Hay muchas cosas para pensar dentro de la cárcel y sobre todo muchas cosas para hacer, pero también hay una realidad. Si el país no crece, económicamente no habrá recursos para distribuir, porque hay otras prioridades, desde lo social y desde lo económico, mucho antes que eso. Por eso hay que pensarlo como un diseño a largo plazo y definir qué cárceles queremos, cuáles son las mejores cárceles para la rehabilitación, la inserción social y el desistimiento delictivo”, señaló.

El investigador mencionó como una buena señal el acuerdo político que se logró el año pasado entre los distintos sectores sobre el diagnóstico expuesto en el llamado “Libro Blanco de Reforma Penitenciaria”, que propone que la reinserción social sea la meta que oriente el diseño y funcionamiento del sistema carcelario.

Universidades del delito

Para Tenembaum, la falta de reincersión y el crecimiento de la criminalidad de los presos es un asunto de fondo que está siendo cada día más grave en todos los países latinoamericanos y que Uruguay no puede desatender.

“Las condiciones que tenemos actualmente en las cárceles permiten la organización delictiva de los privados de libertad que se empiezan a constituir como grupos criminales cada día más importantes. Son varios los ejemplos, en Brasil con el primer Comando de la Capital o el Comando Vermelho, grandes organizaciones criminales que surgen en las cárceles. También tenemos el Tren de Aragua, producto de la migración venezolana, que también surge en la cárcel. Y en Uruguay no se puede ignorar el devenir de Marcet, ¿Quién era Marcet antes de entrar a la cárcel? ¿Quién fue Marcet después de la cárcel? Esto nos muestra un grave problema que exige tener urgente una visión estratégica porque las cosas pueden ser mucho peor de las que tenemos”, concluyó.





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Escrito por hiperactivafm


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