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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quedó habilitado para buscar un tercer mandato luego de que la Asamblea Legislativa —dominada por su partido, Nuevas Ideas— aprobara de forma exprés una reforma constitucional que permite la reelección presidencial indefinida.
La medida, adoptada sin estudios previos y en una sola jornada, genera alarma entre organizaciones internacionales como Human Rights Watch (HRW) y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), que advierten sobre un
proceso de concentración de poder que recuerda a las trayectorias de países
como Nicaragua y Venezuela.
Bukele, que en enero de 2024 había afirmado que no aspiraba a una reelección indefinida, no se ha pronunciado tras la reforma. En 2021, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema ya había allanado el camino para que accediera a un segundo mandato consecutivo —algo que
hasta entonces estaba prohibido— y que consiguió en febrero de este año a
pesar de las críticas de la oposición y de organismos internacionales.
Durante su carrera política, Bukele había calificado de dictadores a Juan
Orlando Hernández y a Daniel Ortega por mantenerse en el poder mediante
decisiones judiciales.
Desde Washington, WOLA calificó la reforma como una “flagrante manipulación de la constitución” que habilita reelecciones ilimitadas y extiende el período presidencial a seis años, señalando que esto representa el “desmantelamiento de la democracia”. Juanita
Goebertus, directora de la División de las Américas de HRW, advirtió que el
partido de Bukele “está recorriendo el mismo camino que Venezuela”, usando
su popularidad para acumular poder y “terminar en dictadura”.
El abogado Manuel Zometa opinó que “se ha roto la Constitución” y afirmó que “lo sucedido no tiene un esquema democrático”, ya que el poder “se está desbordando” y la Carta Magna fue convertida en “una ley secundaria más”. La activista Celia Medrano, ex candidata a la
vicepresidencia por el Movimiento Sumar, sostuvo que “no es una sorpresa”
esta reforma, que también suprimió la segunda vuelta electoral y amplió el
período presidencial de cinco a seis años.
Medrano advirtió que quienes alertaron sobre esta deriva autoritaria “no fueron escuchados por una comunidad internacional complaciente” y que en El Salvador “se han cerrado los espacios cívicos”, con una mayoría de la población temerosa de expresar su opinión. La organización Acción
Ciudadana también condenó la reforma, asegurando que su objetivo es “perpetuar
al presidente en el poder” y no empoderar al pueblo ni reducir gastos
públicos.
Con esta habilitación, Bukele, que ya fue el primer presidente reelecto en la etapa democrática del país, podría convertirse en el primero en lograr un tercer mandato consecutivo, algo inédito desde las dictaduras militares.
EFE
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