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Flavio Perchman, vicepresidente de Nacional, explicó que
mantuvo en la dirección técnica del plantel principal a Pablo Peirano porque
“era lo mejor para el club”. Tras las reuniones que mantuvo junto al presidente
Ricardo Vairo y al dirigente Federico Britos con Sebastián
Eguren, Pablo Vudna y Martín Ligüera, después con los
jugadores Sebastián Coates, Luis Mejía y Mauricio Pereyra,
y luego con el entrenador, se resolvió renovarle la confianza.
“Acá no hay fórmulas que aseguren nada.
Vivimos una época de demasiada intolerancia y ante cualquier frustración la
gente lo único que quiere es una cabeza y que ruede a los leones. Puedo traer
a colación lo del año pasado, cuando era una cacería a Sebastián Taramasco.
Se puso ante la gente que el problema era Taramasco, y no era así”, contó en un
extenso diálogo con el programa Las voces del fútbol de El espectador deportes.
“Nacional en los últimos años ha cambiado
un montón de técnicos y nosotros dijimos que esas cosas no las veíamos bien.
Este año ya llevamos dos entrenadores y no te asegura nada. Nacional en su
momento rajó a Eduardo Domínguez, a Ricardo Zielinski, al Chino Recoba. Pedían
al Guti [Álvaro Gutiérrez], y después los mismos que lo pedían querían que lo
echaran. Hay mil ejemplos”, recordó.
Las razones por las que Peirano se queda
“Hubo un montón de cosas de Peirano que
se hicieron bien. Nadie gana 14 partidos consecutivos en el fútbol uruguayo
si no hay cosas que estén bien hechas. Considero que era mejor el puntaje
que el funcionamiento, pero el puntaje es una realidad y por primera vez un
equipo ganó los siete partidos del Intermedio. Peirano agarró el equipo ocho
puntos debajo de Liverpool y terminamos sacándole nueve al segundo, que hoy son
tres pero no tienen culpa Peirano, Eguren ni la dirigencia”, analizó.
“Yo estaba convencido de que íbamos a
ganar el clásico, pero por un montón de situaciones que se dieron, perdimos muy
bien. Para el club, en lo deportivo, hubo un antes y un después del sábado.
Consideramos que todavía hay chances de ganar todo porque estamos primeros en
la Anual”, sostuvo.
“Entiendo la desazón de la gente y la
frustración. Con Vairo y Britos hicimos lo más difícil, porque lo más fácil
era entregar a Peirano y que todo el mundo se calmara por un rato. No lo
hicimos porque consideramos que todavía estamos a tiempo de revertir esto. El
Clausura se nos pone cuesta arriba y la Anual la lideramos por tres puntos”,
expresó.
“Hay un montón de cosas buenas desde
que llegó Peirano y no queremos tirar todo por la borda. Entiendo el tema
periodístico y el circo que se arma alrededor de esto. Tuvimos una charla con
Pablo y nos dijimos las cosas bastante claras. Confiamos en que esto es
reversible y en que tenemos un gran plantel. Fue un muy mal sábado, pero
las cosas van mutando”, dijo.
El pronóstico de 2-0 y el “póker” de
Aguirre
Cuando le preguntaron si se arrepiente de
haber vaticinado un 2-0, dijo que no. “Yo me presto a un juego periodístico.
Por algo me consultan mucho y da resultado. Me resulta raro que, a los propios
a los que uno les hace el juego, después se preguntan por qué me presto para el
juego. Cuando las cosas van mal, dicen que hablo mucho. Después dicen
que les gusta tenerme como entrevistado”, lamentó.
No tomó
a mal la respuesta a esos dichos de Diego Aguirre, quien aseguró que “esto no
es póker, es fútbol”. “La respuesta del póker la tomo súper bien”,
sostuvo, y agregó: “Todavía no
terminó la partida de póker. Falta dar vuelta alguna carta”. “Para
mal son otras cosas. Esto es fútbol y sigue siendo un deporte. Las desgracias
son otras, como que hayan matado a dos pibes por una bandera y lo que le pasó
al nenito en el Gusanito Manzana. No se puede llevar todo al límite de vida o
muerte con el fútbol. Yo no lo viví así nunca”, dijo, aunque aclaró que sabe
“lo que significa la responsabilidad de estar al frente de Nacional”.
“No aprendimos la lección”
Sobre
el clásico del sábado, consideró que “estaba bien que Peñarol terminara ganando
el primer tiempo, pero era para un 1-0, no para un 2-0”. “El segundo
gol para Nacional fue una puñalada. Te vas al vestuario 0-2, con un estadio
vacío, sin clima, y evidentemente nos costó muchísimo meternos en partido y
generar”, reconoció, y sostuvo que le “sorprendió” el rendimiento de sus
futbolistas.
“En los
primeros 25 minutos era relativamente parejo. Nosotros abusamos del
pelotazo. Con la puesta de [Emanuel] Gularte en lugar de Pedro Milans me
parecía que Peñarol perdía el circuito más importante que tiene, con Milans, Javier
Cabrera y Leo Fernández. Sin embargo, en los dos primeros goles Gularte terminó
siendo importante. Son cosas del fútbol”, dijo.
“Peñarol
mostró una intensidad distinta. Lo grave, más allá del clásico del sábado, es
que el rival repitió un esquema similar al del clásico del Intermedio y que
nosotros no aprendimos la lección de cara a este clásico”, agregó, y
reconoció que “cuesta encontrar rendimientos buenos”, aunque “Emiliano
Ancheta salvó con nota”. “Son cosas que hay que aceptar y tomarlas como
vinieron”, señaló, y dejó una última frase sobre el 3-0 de Peñarol: “La
sacamos barata. Me alivié cuando el último tiro libre no lo pateó Leo Fernández”.
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