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Noticias Nacionales

A 81 años del levantamiento del Gueto de Varsovia

todaymayo 4, 2024

Fondo


Todos los días cientos de mujeres, los ancianos y los niños eran trasladados a un campo de concentración en Treblinka, a escasos 400 kilómetros de Varsovia, para ser asesinados en las cámaras de gas.

A los más jóvenes y fuertes se les sometía a un extenuante régimen de trabajos forzados hasta que las enfermedades y el agotamiento los volvían inútiles y también eran llevados a la muerte en esa terrible política de exterminio racial.

El odio nazi era el odio al proletariado de Europa y en este caso de Polonia, era el odio contra los judíos y también los gitanos y otras minorías raciales.

Pero los judíos eran comunistas, socialistas, anarquistas, masones y liberales, y todos ellos resistían como podían. También había judíos ricos que colaboraban con los nazis, traicionaban y delataban a sus pares en el gueto, y banqueros judíos que se sentaban en Berlín en la mesa de generales nazis.

La solidaridad en el martirio hizo que se forjaran diversas formas de resistencia cultural de forma clandestina a veces algo más que testimoniales.

No obstante, a fines de 1942, la historia recuerda que con algunos miles de sobrevivientes se constituyó una “organización de combatientes judíos”, cuyo líder era un joven llamado Mordechai Anielewicz.

En las difíciles condiciones en el gueto surgió ese movimiento de resistencia judía que organizó actividades clandestinas, como la creación de redes de ayuda, la producción de armas improvisadas y la formación de grupos de combate.

La planificación del levantamiento fue llevada a cabo por varias organizaciones judías de resistencia, incluida la Organización Militar Judía (OB) y la Organización Combatiente Judía (ZW).

A través de boletines clandestinos hicieron un llamado a la resistencia: “Antes de perecer a manos de los verdugos nazis, preferimos caer dignamente en la lucha contra ellos”. En enero de 1943 se produjeron las primeras revueltas con las pocas armas que pudieron conseguir del exterior.

El 19 de abril de ese año -en vísperas de la Pascua judía- los mandos alemanes resolvieron aniquilar totalmente el gueto. Sorpresivamente, los combatientes repelieron en un combate desigual a la maquinaria bélica alemana y resistieron seis semanas con armas improvisadas y utilizando técnicas de guerra de guerrillas con el convencimiento de que se podía infligir a los nazis una derrota moral, aunque la victoria militar no se pudiera lograr.

Con miles de muchachos y muchachas exterminados y otros miles enviados a campos de concentración, dieron al mundo una lección de dignidad humana y lucha por la justicia aun en condiciones desiguales, e inspiraron el levantamiento en otros guetos.

Mordechai Anielewicz, comandante de lo que podríamos llamar una “insurrección”, tenía apenas 23 años, y desde muy joven se involucró en la lucha de resistencia judía contra la ocupación nazi. Emergió en el gueto como uno de los líderes principales de la resistencia y antes de caer en manos de los alemanes se quitó la vida, en los últimos días de mayo de 1943, muriendo junto a su joven pareja, Mira Fuchrer, y un grupo de sus compañeros en un bunker situado en Mila 80, en el mismo corazón del gueto.

En varias ocasiones he recordado la fantástica hazaña de los jóvenes que protagonizaron el levantamiento del gueto de Varsovia y particularmente de su héroe simbólico, Mordechai Anielewicz, quien pertenecia a un movimiento sionista Hashomer Hatzair. He estado allí en el monumento que se erige en el bunker destruido, en el gueto y en los campos de concentración de Auschwitz y Treblinka en donde se confinó, torturó y asesinó a miles, tal vez decenas de miles de víctimas del Holocausto.

Creo que este 81 aniversario es un buen momento para recordar este valiente sacrificio de aquellos jóvenes judíos que murieron dando un ejemplo de humanismo, valentía y dignidad.

Lo es para que todos, judíos, cristianos, musulmanes, semitas y no semitas, religiosos y ateos reflexionemos sobre sobre el derecho de todos los pueblos a tener su lugar en el mundo, la importancia de que los conflictos se resuelvan en paz y el valor de los derechos humanos, particularmente de los vencidos, los más indefensos y los más necesitados.

Los acontecimientos que están ocurriendo hoy mismo en Medio Oriente y la terrible matanza que ha sufrido el pueblo palestino que vive en Gaza, es un triste motivo para recordar a aquellos jóvenes judíos que murieron defendiendo a su pueblo y a toda la humanidad.





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Escrito por hiperactivafm


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