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Barcelona
le ganó al Real Madrid 3-2, de atrás y en alargue, este sábado en la final de
la Copa del Rey, disputada en el estadio sevillista de La Cartuja, por lo que
conquistó su 32º título luego de tres años sin lograrlo.
En los
minutos finales del que fue un partidazo, caldeado y con todos los condimentos
en la previa y en el transcurso del espectáculo, se dio un hecho particular que
podría costarle muy caro a uno de los titulares de la defensa merengue.
Molesto
por una falta que el árbitro Ricardo de Burgos Bengoetxea le pitó al francés
Kylian Mbappé, el zaguero alemán Antonio Rudiger se levantó del banco de
suplentes (donde estaba sentado desde su salida por lesión a los 111’), insultó
al juez y le tiró un pedazo de hielo que sacó de la bolsa que tenía en su
rodilla.
De
Burgos Bengoetxea expulsó a Rudiger, al igual que al lateral Lucas Vázquez, y
el reglamento establece que por “tentativa de agresión al árbitro o incitar a
otras personas para que le cause daño” la pena máxima prevista es de 30
partidos. Luego, el alemán se desacató.
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