Años de acoso y agresiones a una familia pobre: el caso de aporofobia que escandaliza España

Dos hombres han sido detenidos en el municipio madrileño de Torres de la Alameda, de 7.700 habitantes, acusados de un delito de odio cometido contra una madre y su hijo, vecinos de la misma localidad, de manera reiterada.

Los hechos se destaparon a principios de junio, cuando agentes de la Guardia Civil acudieron al domicilio de las víctimas por un aviso de incendio en la vivienda y conocieron que las llamas habían sido causadas por terceras personas.

El comunicado difundido por el instituto armado refiere que los actos de hostigamiento y acoso llevarían tiempo produciéndose y la investigación, ayudada de la instalación de cámaras en la calle donde residen las víctimas, llevó hasta dos hombres jóvenes.

Entre los actos que se pudieron acreditar se encuentra un episodio en el que, desde el exterior de la vivienda, los dos individuos rociaron lejía en la cara de los dos habitantes del inmueble, ocasionando lesiones en un ojo a uno de ellos.

También se constató que acudieron en horario nocturno y lanzaron botellas de cristal tanto al interior de la vivienda como contra una de las personas en plena calle con el objetivo de agredirlas.

Los dos hombres están acusados del delito de odio por aporofobia, tres crímenes más de lesiones y un delito de daños. De momento, han quedado en libertad con cargos y sobre ellos pesa una orden de alejamiento tanto de la vivienda como de las víctimas.

Décadas de acoso

El comienzo del proceso penal ha sido posible gracias a la actuación de oficio de la Guardia Civil, que debido a las sospechas que albergaban y a una autorización judicial pudo iniciar la investigación.

La aporofobia se define como el odio o rechazo a los pobres y en España entró en el Código Penal en el año 2021, como un agravante de los delitos de odio. Se trata de un sentimiento o ideología que está detrás, por ejemplo, de las agresiones a los ‘sintecho’ solo por el hecho de serlo.

La aporofobia parece ser lo que está detrás del acoso que llevan sufriendo durante décadas esta madre y su hijo, ambos en situación de extrema vulnerabilidad y pobreza.

Como refiere El País, el estado de la vivienda da cuenta del acoso continuado: una puerta de entrada con numerosas abolladuras, cristales rotos, cartones en las ventanas, señales de incendio y una pegatina que dice ‘Púa gordo, piojoso, hijodeputa’, referida al fallecido marido de la mujer y padre de su hijo.

La mujer tiene una discapacidad física y ni ella ni su hijo han trabajado nunca. Ella pasó de cuidar de su madre hasta que falleció a hacerlo de su hijo. Son dos personas pobres, que viven en una casa de su propiedad y que no son migrantes ni pertenecen a ningún colectivo o etnia minoritaria.

Los vecinos refieren ataques y molestias a esta familia desde hace al menos 30 años sin ningún tipo de motivo. Dicen que comenzó como un juego de niños, que se acercaban al domicilio a molestar, pero que en los últimos años son veinteañeros los que escudados en la noche acuden a realizar actos mucho más graves.

A pesar de todo, las víctimas nunca habían denunciado, no se sabe si porque habían normalizado la situación o por miedo a mayores represalias.

Aunque en 2024, los delitos de odio en conjunto descendieron un 13,8 % en España, en el caso de la aporofobia, aumentaron en esos 12 meses un 33,3 %, según el último informe del Ministerio del Interior.