El
Gobierno argentino lanzó este miércoles un conjunto de medidas que incluye un
tipo de cambio diferencial para incentivar las exportaciones agropecuarias,
encarar los efectos de la sequía y fomentar la liquidación de divisas ante la
escasez de reservas que sufre el país.
Las tres medidas
anunciadas pretenden “fortalecer” al sector agroexportador y también las
reservas y la moneda, “tan importante en momentos de incertidumbre y
volatilidad a nivel global y local”, dijo el ministro de Economía, Sergio
Massa, en un acto rodeado de funcionarios de su cartera y representantes de las
cámaras sectoriales.
Las
medidas se lanzan para mitigar los efectos adversos en las reservas por el
severo impacto de la sequía que sufre Argentina y que, según cálculos privados,
implicará para el país pérdidas de ingresos por unos 20.000 millones de dólares
este año, que ahonda las limitaciones del Banco Central para afrontar la
creciente demanda de divisas en la plaza cambiaria y para pagar importaciones.
El
ministro lanzó un tipo de cambio fijo de 300 pesos -superior al mayorista
oficial de 210,78- que regirá para el sector productor de soja y sus derivados
entre el 8 de abril y el 31 de mayo próximos.
En este
tipo de cambio incorporó a los productos de economías regionales -como yerba,
te, frutas, maní- desde el 8 de abril hasta el 30 de agosto próximos, que se
irán incorporando en la medida que se comprometan a sostener el empleo y que
participen del programa de control de precios internos del Gobierno
garantizando el volumen y el abastecimiento.
Argentina
ya había puesto en marcha el año pasado, en dos ocasiones, un tipo de cambio
diferencial para incentivar la liquidación de exportaciones de soja a un valor
más conveniente que el tipo de cambio oficial mayorista que se aplica al
comercio exterior.
Este
denominado “dólar soja” le ayudó a Argentina a cumplir en 2022 con las
exigentes metas pactadas hace un año con el Fondo Monetario Internacional (FMI)
en materia de acumulación de reservas monetarias.
Pero
actualmente, las reservas monetarias se ven bajo presión por el impacto de la
sequía, al punto que el FMI flexibilizó las metas de reservas para 2023,
mientras el mercado cambiario y el régimen para importar están atravesados por
múltiples restricciones.
Otra
medida anunciada este miércoles está enfocada a los exportadores que no han
cumplido con liquidar unos 3.700 millones de dólares en los plazos previstos
por las normas locales.
Massa
indicó que se les dará 30 días para regularizar su situación, plazo tras el
cual serán sancionados con la imposibilidad de comerciar.
El
ministro también informó de que se facilitará el acceso a los “beneficios de la
emergencia” a unos 69.000 productores agropecuarios dañados por la sequía, algo
que incluye suspender las ejecuciones fiscales, bancarias y las percepciones de
adelantos de impuestos.
EFE
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