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todayabril 26, 2024
“Lo único que voy a declarar es que no tengo nada que ver y que la persona fallecida era un amigo mío”, declaró Ángel Varchetta, el hombre de 75 años detenido por la Policía de la Ciudad y procesado como el supuesto autor material del crimen de David Argentino Ojalvo (95), el empresario y experto en perros que fue asesinado a golpes en su departamento del barrio porteño de Balvanera.
Ambos, acusado y víctima, eran miembros de la Federación Cinológica Argentina. Se conocían bien.
Lo cierto es que si eran amigos o no, fue un detalle que no fue tenido en cuenta por el juez Alfredo Godoy, quien luego de la detención, procesó al presunto asesino con prisión preventiva y le imputó el delito de homicidio doblemente agravado por alevosía y criminis causa, en concurso real con robo, ya que Varchetta le habría sustraído varios anillos a Ojalvo luego de matarlo a golpes.
El cadáver del jubilado , quien además era contador público e integrante del directorio de una firma dedicada al negocio del turismo junto a una sobrina, fue descubierto la mañana del martes 26 de marzo pasado. Estaba cubierto por sábanas y una toalla, en medio de un ambiente visiblemente revuelto. El SAME constató que el cadáver presentaba varios golpes en el cuerpo.
Sin embargo, los detalles que reveló la autopsia son todavía peores y de acuerdo con la investigación a cargo del secretario Karim Chaban, Varchetta planificó el crimen y se aprovechó de que se conocían para concretar su objetivo. Según la reconstrucción que se hizo en auto de procesamiento -al que accedió Infobae– Ojalvo le abrió la puerta al homicida y lo dejó entrar. Antes de ingresar al departamento se puso barbijo negro.
Llevaba consigo una mochila y un barreta de metal en unas de sus manos. Pese a eso, el empresario no sospechó y lo dejó entrar a su casa. Creen que la reunión estaba pactada de antemano.
“Ya dentro del departamento, estando Ojalvo en confianza, se sentó en una silla de la mesa del comedor emplazada en el living de la vivienda, mientras que Varchetta se posicionó por detrás de él y le asestó varios golpes en la nuca con el bastón que había llevado”, indica el procesamiento. La golpiza causó “serios traumatismos que le ocasionaron fracturas múltiples en el cráneo y a nivel de la columna cervical; lesiones que desencadenaron una hemorragia interna y le provocaron la muerte”.
Los médicos descubrieron en el cuerpo de Ojalvo una hemorragia interna, constataron múltiples traumatismos que se resumen en una “fractura estallido del cráneo, contusiones cerebrales con hemorragia encefálica, fracturas cervicales y equimosis y excoriaciones” en el rostro.
Luego de supuestamente asesinarlo, Varchetta tomó del cuerpo de su colega los dos anillos de oro macizo que usaba en sus dedos anulares, uno de ellos con un brillante engarzado y otro con dibujos con formas geométricas. También se llevó un reloj de imitación de oro y una pulsera de plata con dorado que también tenía colocados, “para inmediatamente después limpiarse los restos de sangre en la bacha de la cocina y el lavatorio del baño”.
Tuvo el tiempo de limpiar la barreta que presuntamente empleó para concretar el hecho y después arrojó las toallas y la sábana que usó para quitarse la sangre sobre el cuerpo de la víctima, quien había quedado tendida en el piso del living. En la escena, los investigadores no encontraron huellas que resultaran útiles para ser cotejadas, lo que hizo suponer que el Varchetta usó un par de guantes, que luego fueron observados cuando salió de la escena del crimen.
“La data de la muerte ha sido pericialmente estimada como ocurrida alrededor de las 15.30 horas (del 25 de marzo). Esto es dieciocho minutos después de que Varchetta ingresara a la vivienda del fallecido y veintinueve minutos antes de su salida del lugar”, agrega el documento.
También descubrieron que no fue maniatado o inmovilizado. No presentó signos de defensa, lo que indicó que fue atacado a traición y sin que se diera cuenta. “Puede presumirse que Varchetta produjo primero la muerte de Ojalvo y luego procedió a la revisión del lugar en busca de los elementos de valor”, agrega la investigación. “Es posible afirmar ello también debido a que la mecánica del hecho indica que los golpes propinados a Ojalvo por el autor, fueron producidos por detrás, desde su espalda, sin posibilidad alguna de ejercer una defensa”, resaltó.
Varchetta fue indagado por el juez y dijo una breves palabras. Básicamente, negó la autoría del crimen y explicó por qué se encontraba en la zona al momento del hecho. Además, usó como argumento la supuesta amistad que lo unía a Ojalvo, un vínculo que al parecer nació dentro de su actividad dentro de la entidad canina. Ambos se desempeñaban como jueces en competencias y eran expertos en las materia.
“Yo no tengo absolutamente nada que ver. Los lunes, martes, miércoles y jueves ando por el centro. El lunes por la tarde tenía que encontrarme con mi hermano, quería hablar con él de algo particular y anduve por la zona viendo si lo encontraba porque él suele andar por ahí”, dijo.
“Yo siempre paro el auto en Libertad y Perón, ahí hay un bar al que voy hace años, de 15.00 a 16.00 horas, como un sándwich de jamón crudo y huevo duro, con una gaseosa, y tipo 16.30 me voy. El lunes 25 de marzo hice eso y el miércoles siguiente también”, concluyó.
Eso fue lo único que explicó. Después, se negó a responder preguntas del Tribunal.
El móvil del crimen, según confirmaron investigadores a Infobae, sería un problema de dinero entre la víctima y su asesino. Sin embargo, durante la investigación se descubrió que Varchetta tenía supuestas deudas. Al parecer, no sólo le debía dinero a su colega. Varios documentos certifican que el juez canino preso debía importantes cantidades. Si bien no constituyen -por ahora- como parte del móvil, sí fueron tenidos en cuenta como elemento para entender el contexto del asesinato.
“Se han corroborado los problemas económico-financieros que Varchetta poseía al momento de cometer” el crimen, señala el procesamiento. Por ejemplo, en el ámbito de la justicia comercial, el italiano fue demandado por una deuda de USD 17.800 que no pudo cancelar y por la cual se lo notificó.
Asimismo, en el ámbito de la justicia Civil, convocaron al remate de un inmueble a su nombre ubicado en la localidad de Ramos Mejía, partido de La Matanza, tras una demanda por otra deuda. De hecho, recientemente se actualizó el precio de base de la propiedad para la subasta, algo que le fue notificado al imputado el 20 de marzo, cinco días antes del crimen.
Además, se secuestraron del interior de su automóvil, cuando lo detuvieron, múltiples recibos de pago que dan cuenta de la deuda que mantenía con entidades financieras. Se incautó también un pagaré por USD 4.500 en favor de una persona, cuyo nombre de pila coincidía con el de un vecino suyo, al que casualmente le encontraron las llaves de una casa propiedad de Varchetta, que también fue allanada.
Las sobrinas de Ojalvo declararon que.“Varchetta se dedicaba al juego y que a raíz de eso tenía muchas deudas con gente de la Federación e incluso con David”, declaró una de ellas.
Written by: hiperactivafm
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