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Noticias Nacionales

Asomo ontológico a Javier Milei

todayagosto 16, 2024

Fondo


El ascenso de un outsider

¿De dónde sale Javier Milei? La respuesta fácil es de TikTok y de la red X, pero la verdad es que, como no somos tributarios de la “teoría de la aguja hipodérmica”, podemos aceptar que los medios y el algoritmo construyen realidad social como un actor más pero no el único, y sostenemos, además, que no determinan la realidad social.

Es claro que hay nuevos consumos culturales y nuevas gramáticas comunicacionales que han superado la gramática de la política tradicional y que estos fenómenos por marketing, o por sponsoreo de los propios dueños de las redes sociales, han podido utilizarlos nuevos actores de la política con delectación.

Pero tenemos que señalar que un personaje como Javier Milei es posible en Argentina porque durante casi toda la última década el pueblo fue sometido por quienes se apropiaron de la gestión de la política, con gobiernos de distinto signo (neoliberal conservador del macrismo o neoliberal progresista del albertismo–kirchnerismo) a un arrebato de la producción social de su vida; estigmatizándolo, persiguiéndolo, impugnando sus propios registros de existencia y sus repertorios políticos y organizacionales, pero sobre todo sometiéndolo a una creciente pauperización de su vida.

Esta responsabilidad del sector político dominante en la producción social y política, con la consecuente cristalización de lo popular en la subalternización, profundizó la tendencia, propia de la democracia liberal, de enajenación del sistema político formal institucional respecto de la producción política e histórica de todo lo popular. Se distancia la política formal relacionada con la gestión estatal de la vida cotidiana de los sectores populares.

La crisis de representación

La promesa democrática, recurrentemente defraudada, llega al paroxismo del desengaño cuando a la refundación neoliberal de Macri se le opone, con la ilusión de que se estaba entronando su desbaratamiento, una consolidación y profundización neoliberal. Se profanó el contrato electoral; nada de lo mínimo que se esperaba fue cumpliéndose, y comienza un acelerado proceso que pivotea entre la justificación oficial de los condicionantes que afianzó el posibilismo, y la construcción de un relato dominante sobre una realidad que no tiene que ver con lo experiencial del pueblo, señalando los índices positivos de la macroeconomía que se vuelven obscenos, casi burlescos. Un relato que pondera la construcción de derechos consagrados que no se perciben en la vida cotidiana como plausibles ante la miseria consuetudinaria.

Javier Milei es la expresión de una crisis profunda de representación. De esa crisis de defraudación y frustración recurrente y creciente.

Fundamentalmente en el último lustro, con la fondomonetarización de la economía, la pobreza creció exponencialmente, lo mismo que la desocupación, fagocitando los horizontes de expectativas que venía ofreciendo el kirchnerismo a nuestro pueblo, como expresión hegemónica del campo nacional y popular.

En un proceso acelerado de transformismo, la dirigencia política del campo nacional y popular se funcionalizó a la lógica de la gobernabilidad deplorando y menospreciando las heridas sociales, culturales y doctrinarias que semejante orientación política provoca.

El rol invertido. Cuando la derecha es de izquierda y viceversa

En nuestra América, hoy, los movimientos sociales como los partidos de izquierda en general están comprometidos con la gobernabilidad y se amparan en la reivindicación de los valores demoliberales para sostener sus políticas.

Con un entusiasmo que persiste más allá de lo razonable y fundado en experiencias históricas que permitieron avanzar en los procesos políticos pero con el límite objetivo del propio sistema, siguen ponderando el escenario demoliberal, el estado de derecho burgués y fundamentalmente la gobernabilidad, como valores en los cuales enancarse para avanzar en sus reivindicaciones.

¡No se puede ser subversivo si se pondera la gobernabilidad!

El clásico rol de la derecha y el conservadurismo en cuanto defensores del statu quo, lo está protagonizando hoy la izquierda. Y viceversa.

Entre el apego al llamado Estado de derecho y la reivindicación de los poderes judiciales burgueses como árbitros legítimos para dirimir cuestiones, se arma una verdadera ensalada conceptual de penetración ideológica que ha vuelto a la izquierda en principal adalid de esta defensa sistémica. Pero que, además, con el fanatismo propio de los conversos, produce que la misma izquierda impugne prácticas populares y de organización subversiva. En concreto la izquierda formal se vuelve policía de la organización revolucionaria en desarrollo y en acción.

La derecha no tiene empacho en forzar los límites de la democracia o del parlamentarismo y de la gobernabilidad para llevar adelante sus objetivos. Su acción se vuelve disruptiva para el statu quo. La izquierda asustada se vuelve principal defensora de los dispositivos que operan la desigualdad y la dominación. Por ello la derecha capta y expresa el descontento.

La fenomenología política nos permite entender cómo las emociones colectivas, como el miedo, la ira y la frustración, han sido canalizadas en un movimiento que desafía las estructuras tradicionales del poder. Milei ha sabido leer y articular estas emociones, construyendo un relato que promete no solo un cambio de políticas, sino una transformación radical del orden social y económico.

Desde una perspectiva fenomenológica, el fenómeno Milei puede interpretarse como una manifestación de las tensiones subyacentes en la sociedad argentina y, por extensión, en la región. Su liderazgo encarna una respuesta visceral al fracaso percibido del Estado y la política, en garantizar el bienestar y la seguridad de sus ciudadanos. En este sentido, Milei no es solo un producto de la crisis de representación, sino también un síntoma de la crisis del sentido nacional.

¿Quiénes sostienen al loco? E l apoyo de las corporaciones

El singular personaje que gobierna la Argentina se autodefine como el primer presidente liberal libertario de la historia del mundo. Con una precariedad notable en cuanto a conocimiento de la geopolítica y los movimientos tectónicos que se vienen produciendo en el mundo a nivel geoeconomía, cultiva una alineación automática con Estados Unidos e Israel, a pesar de que no fue la variable electoral a la que apostaron ni la Embajada norteamericana ni el Gobierno de Israel.

Es la punta de un iceberg desde el cual distintas corporaciones empresarias han tomado el poder del país y empiezan una transformación jurídico política que les permita acrecentar su margen de ganancias, saqueo y depredación.

El empresario Eduardo Eurnekián, una de las cabezas del lobby armenio americano, jefe de la Corporación América que extiende sus intereses en la industria aeroportuaria (aeropuertos y terminales de cargas aéreas en Suramérica y 50 países), agroindustrias (Unitec Bio), energía, infraestructura (Helport) y servicios financieros (Converse Bank); se ha convertido en uno de los pilares evidentes del nuevo Gobierno. El empresario de origen armenio es una de las principales llaves del Gobierno con el Estado profundo norteamericano.

El fondo de inversiones del americano israelí Larry Finkelstein, además de poseer títulos de deuda argentina, también tiene acciones en YPF, Bunge, Glencore y Livent, entre otras. Tiene activos energéticos, alimenticios y mineros, los tres elementos que necesita el mundo para su desarrollo. La conexión entre Javier Milei y BlackRock se da a través de Darío Epstein, representante de este fondo en la empresa Pampa Energía.

Para no confundir, no se trata de que Milei es un hombre de BlackRock, porque la corporación tiene agentes en todos los partidos, tiene intereses y apuestas múltiples, simultáneas, y probablemente algunas antitéticas. Lo que decimos es que claramente BlackRock aprovecha el liberalismo radical del presidente argentino.

Patricia Bullrich, excandidata presidencial del macrismo, en la cartera de Seguridad que ya ocupó durante el macrismo, cuenta con el aval del otro socio idealizado por Milei: el Gobierno del Estado de Israel. Luis Caputo y Sturzenegger se debaten en su aplicación, uno para fugar divisas y reservas, el otro para demoler lo que queda de estatalidad.

La derecha pretoriana asociada a la vicepresidente Victoria Villarruel va avanzando con paciencia e inteligencia en la consolidación de nuevos sentidos y en una megaoperación de impunidad de los genocidas.

El desembarco de Elon Musk y del supermillonario mexicano Carlos Slim en las áreas estratégicas de desarrollo científico tecnológico, de economía del conocimiento e inteligencia artificial, son otra de las patas visibles donde pivotea Milei.

La entrega lisa y llana de YPF (el petróleo y el gas argentinos) a Paolo Rocca (Techint) para preparar su reprivatización, desplazó al “Señor del Petróleo”, que llegó importado a Argentina por Cristina Kirchner, Miguel Galuccio, del poder omnímodo que venía teniendo en la vigorosa y estratégica área.

Otras concesiones como la entrega de la minería a través de la designación de Luis Lucero a las propias empresas mineras y sus bufetes de abogados, dan cuenta de una suerte de loteo de áreas de poder y de soberanía, en el afán de construir cierta gobernabilidad que satisfaga a los distintos actores del llamado círculo rojo.

Claro que en un esquema semejante, donde se evidencia el contenido de contrarios, hay que saber leer los mínimos movimientos que se vayan produciendo porque pueden redundar en deserciones, asociaciones o lo que pudiera suceder.





Fuente

Escrito por hiperactivafm


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