Montevideo Portal

El 11 de marzo de
2006 Héctor Da Cunha, trabajador del transporte público, estaba angustiado porque
ese día se cumplían dos años del fallecimiento de su madre. Entonces, con 35
años, decidió cambiar el turno de trabajo para poder ir con su familia a
alentar a su cuadro, Cerro, al Estadio Centenario, jornada en la que enfrentaba
a Peñarol. Fue acompañado de su esposa, Natalia Di Martino, y de su hijo, Damián,
de 12 años. Tras el partido, esperaba el ómnibus en una parada frente al
Hospital de Clínicas, cuando fue rodeado por hinchas identificados con Peñarol,
quienes lo golpearon y lo apuñalaron, heridas que le causaron la muerte. Su viuda,
que hoy trabaja en una cooperativa de transporte colectivo, lamenta que aquel
crimen haya servido de poco en términos de aprendizaje y que aún en el 2023 se
siga celebrando la muerte de hinchas de equipos rivales.

Su lamento llega
luego de que se viralizara un video en el que se ve a Juan Salgado, presidente
de Cutcsa y de la Cámara de Transporte, entonando un cántico que celebra un asesinato,
por lo que la Fiscalía lo citó a declarar.
Llega también horas después de que la
Asociación Sindical de Cooperativistas y Obreros del Transporte (Ascot)
emitiera un comunicado de prensa alertando que “la actitud” de Salgado “podría
provocar represalias contra conductores y guardas”,
trabajadores que suelen
padecer la acción de los violentos vinculados al deporte.

“Los cánticos y
toda referencia a la violencia, a mí me trae un profundo dolor. A 17 años del
asesinato de Héctor Da Cunha, me parece increíble que gente poderosa esté
haciendo ese tipo de cánticos y haciendo referencia a la violencia, a la muerte
de otra persona, por el simple hecho de tener una camiseta de otro color”, dijo
Di Martino a Montevideo Portal, y agregó: “Yo le preguntaría si realmente se
pone en lugar de las personas que hemos perdido familia por un hecho de violencia
en el deporte. No se hacen responsable de lo que tenemos que hacer todos:
terminar con los hechos de violencia, con actitudes que nos hacen enfrentarnos por
el simple hecho de tener una camiseta diferente”.  

Para Di Martino
es clave vincular los cánticos violentos con los aparentemente aislados hechos de
violencia letal vinculados al deporte que ha sufrido la sociedad uruguaya. “Cuando
se incentiva a los violentos de esta manera, festejando la muerte de otra persona,
nos tendría que llevar a reflexionar qué es lo que estamos haciendo bien y qué
es lo que estamos haciendo mal, porque después suceden cosas en la sociedad y
quedamos perplejos; no sabemos por qué pasó. En realidad, es porque no nos
estamos haciendo responsables del uso del lenguaje todos los días”, planteó.

Trabajadora del
transporte

El Poder Legislativo
aprobó en 2008 una ley por la que se conmemora el Día de la No Violencia cada 11
de marzo, en recuerdo a Da Cunha y otras víctimas de la violencia en el deporte
en Uruguay. Cada 11 de marzo, Ascot recuerda a Héctor e insiste con el reclamo
de terminar con la violencia.

Foto: Ascot

Foto: Ascot

“Como trabajadora
del transporte observo los costos que en muchos casos tienen para las empresas
cuando hay un evento deportivo como un clásico. Pasa que los compañeros que
están en plataforma tienen que recibir a estas barras que suben a los coches,
que no pagan boleto, que muchas veces terminan rompiendo todo el ómnibus, molestando
a los pasajeros, y los compañeros trabajan con mucho miedo. Si hay estas
señales de parte de las personas que tienen poder en las empresas, esto también
ayuda a que los violentos sigan siendo violentos, es como que deja desprotegidos
a los trabajadores”, aseguró, y sentenció: “Seguir con los cánticos alienta a
los violentos; es como cargar balas en un arma. Y después, por más disculpas y
arrepentimientos, no se puede reparar lo que ya hicimos; es como querer tapar
el sol con un dedo”.

Por esa razón,
considera “lamentable y doloroso que sigan existiendo este tipo de actitudes”.

“Tenemos que ser
responsables de las cosas que hacemos, ante la Justicia o ante toda la sociedad”,
dijo Di Martino en referencia a los cánticos de Salgado.

“Muchos compañeros
los días de clásico tratan de evitar trabajar ese día, o cruzarse con las
barras, porque realmente es mucho el miedo y la pasan muy mal trabajando. Pónganse
en el lugar de ellos que son personas que están expuestas a estas situaciones. Van
a trabajar para ganarse el pan y tienen que vivir situaciones de violencia que
realmente no se las deseo a nadie, porque agreden al pasaje o al chofer, no
quieren pagar boleto, insultan”, destacó.

Di Martino insistió
en pedir “empatía con las víctimas de la violencia en el deporte” y, en
particular, recordó a la madre de Rodrigo Núñez, joven que fue asesinado por hinchas de Peñarol la noche del 8 de mayo
de 2009. “¿Qué sentirá esa madre cuando escucha esos cánticos?”, se preguntó.

Por el crimen de
Da Cunha en 2006 fueron procesados con prisión cuatro personas como coautores
de homicidio. Del homicidio, según testigos, participaron unos 20 hombres que
agredieron al hincha de Cerro por llevar un gorro de su club.

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