¿Sabías que comer alimentos dulces por la mañana permite quemar las calorías extras el resto del día?
Investigadores españoles y estadounidenses han identificado la existencia de un reloj celular en los tejidos adiposos, que provoca que por la mañana el metabolismo esté más acelerado.
Así pues, el organismo trabaja mejor con la insulina por las mañanas. Dicho en otras palabras, el consumo de carbohidratos por la mañana aumenta la energía, no las reservas de grasas. Además, aumenta la serotonina, y por lo tanto, reduce la sensación de ganas de dulce a lo largo de la tarde, por lo que el consumir algo dulce temprano te ayuda a no caer en las tentaciones de la tarde.

Recientemente, científicos españoles y estadounidenses han identificado por primera vez la existencia de un reloj celular en los tejidos adiposos que afecta directamente a la tolerancia a la glucosa, y refuerza la tesis de que no se deben comer dulces por la noche porque es cuando el cuerpo tiene la mínima sensibilidad a la insulina.
Esta investigación, publicada en la revista FASEB, la han dirigido la catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia y profesora visitante en Harvard Marta Garaulet, y el director de la división de Medicina del Sueño de esa universidad americana, Frank Scheer, en colaboración con investigadores de Granada y Barcelona.

Para llevar a cabo esta investigación, los distintos equipos trabajaron durante todo un año en el análisis y observación de muestras de grasa subcutánea y grasa visceral extraídas de 18 personas que se sometieron a cirugía de «bypass». Se crearon más de un millar de explantes o cultivos de tejido adiposo que sirvieron para identificar los cambios que se iban experimentando en el funcionamiento de la hormona de la insulina en función de la hora analizada.

Según el estudio, el reloj encontrado en el tejido graso funciona mucho mejor en las personas que se acuestan temprano y duermen más horas que en aquellas con déficit de sueño u horarios irregulares.

Además, el estudio demuestra que el tejido adiposo subcutáneo tiene un reloj interno que es capaz de regular la sensibilidad a la insulina incluso estando fuera del cuerpo. También sostiene que tomar dulces por la noche podría aumentar el riesgo de padecer diabetes y obesidad, aunque ese problema podría mermarse con un número suficiente de horas de sueño al día y acostándose temprano porque son dos factores que ayudan a mejorar el funcionamiento del tejido adiposo.



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