La inteligencia
artificial irrumpió en los concursos de belleza, y Kenza Layli, una influencer
virtual de Marruecos, ataviada con hiyab y que defiende el empoderamiento de
las mujeres en el campo de la tecnología, fue la ganadora del primer certamen
que usa esta tecnología, ‘Miss Inteligencia Artificial’ (Miss AI, en inglés).
«La IA no es
solo una herramienta. Es una fuerza transformadora que puede cambiar
industrias, desafiar normas y crear oportunidades que no existían antes»,
expresa Layli en un video en el que agradece en inglés al jurado por haberle
concedido el primer premio.
Si bien ni Layli
ni sus rivales existen, el galardón sí es real: el concurso, organizado por la
plataforma ‘World AI Creator Awards’ (Waica), ofrece 5.000 dólares en metálico
a Miss IA, además de programas de tutoría en esta tecnología y servicios de relaciones
públicas.
Ataviada con un
vestido y una hiyab dorados, Layli anima al público en su video a
«desafiar el statu quo» y sacar el mayor provecho de la IA para
construir un futuro «más inclusivo» y empoderar a todas las mujeres
del mundo en la industria tecnológica.
La marroquí
venció a sus rivales no sólo por su belleza y su implicación en causas
sociales, sino también por su «gran consistencia facial» y la
«gran calidad de detalles en las manos, los ojos y la ropa», según
dijo al New York Post Aitana López, una influencer creada con IA que formaba
parte del jurado.
Un concurso
emitido en las redes sociales
El certamen se ha
desarrollado exclusivamente en las redes sociales, donde tanto Layli como las
finalistas -Lalina (Francia) y Olivia C (Portugal)- reúnen cientos de miles de
seguidores, aunque las otras dos llevan los cabellos sueltos.
En Instagram, las
participantes publican fotografías en las que llevan a cabo funciones típicas
de personas reales: observando las estrellas con un telescopio, comiendo en un
restaurante con sus parejas (también creados con IA) e incluso viajando por otras
partes del mundo, como España.
De hecho, las
concursantes no son ajenas a su contexto político y social, y Miss IA 2024
hasta dio el pésame al rey de Marruecos, Mohammed VI, tras el fallecimiento de
su madre.
Además, como en
cualquier concurso de belleza, las mujeres también abogan en sus perfiles por
causas sociales como la conservación de los océanos o los derechos del
colectivo LGTBI (pero no en el caso de la ganadora, dado que en su país los
derechos LGTBI son todavía una quimera).
No obstante, al
igual que en los certámenes reales, este concurso no ha estado exento de
controversia, ya que todas las modelos siguen el canon de belleza tradicional y
son jóvenes y muy delgadas.
Sally-Ann
Fawcett, jueza de Miss IA, reconoció en una entrevista con el portal NPR la
falta de diversidad corporal entre las participantes: «Me gustaría ver a
alguien de otro sexo, alguien más grande, mayor, con defectos. Creo que como es
el primer año, todo el mundo se ciñe al estereotipo típico de belleza».
Por ello, expresó
su deseo de cambiar estos tópicos «desde dentro» y centrar la
valoración del jurado en los mensajes sociales de las modelos y no en su
aspecto.
EFE