Por Cecilia Presa
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Pasadas las 20:30 horas de este domingo 24 de noviembre las encuestadoras habían anunciado las primeras proyecciones que no dejaban
dudas sobre el resultado electoral: el frenteamplista Yamandú Orsi sería el
próximo presidente del Uruguay.
Festejos, alegría, gritos de euforia, bocinazos sin ton ni
son se escuchaban en las afueras de la sede del comando del nacionalista Álvaro
Delgado, ubicada en Cordón.
El detalle es que no provenían de los pocos cientos de
presentes, sino que la celebración se escuchaba desde los altoparlantes y se veía
en la pantalla gigante de atrás del escenario.
Los móviles desde Ciudad Vieja trasmitidos por los canales
de TV abierta mostraban un claro in crescendo del entusiasmo de militantes de
un partido que dejará de ser oposición para volver a ser oficialismo.
El estado de ánimo sobre la calle bulevar Artigas a la
altura de Chaná, en donde igual se veían ondear algunas banderas de Uruguay,
del Partido Nacional, del Partido Colorado y una del Partido Independiente, no
podía ser más opuesto.
“La era de la alternancia”, definía el sociólogo y director
de la consultora Opción, Rafael Porzecanski, en Canal 4 sobre un fenómeno que
se está viendo en varias elecciones en todo el mundo.
Mientras el analista ponía sobre la mesa algunas claves para
comprender el fenómeno, Manuela, de 14 años, lloraba desconsolada. “Realmente
no entiendo el resultado, no entiendo por qué y es una de las cosas que me pone
mal”, manifestó la militante de la lista 404 del PN a Montevideo Portal. A su
lado, dos amigos la contenían.
“Siento frustración y siento que todo lo que hicimos no
sirvió para nada”, expresó la adolescente, hija de una jerarca de gobierno.
“También siento decepción. Fue como sentir que todo lo que
hicimos este año y todo lo que hizo [el presidente] Luis [Lacalle Pou] en este
gobierno ahora se va a ir, por un gobierno del Frente Amplio”, agregó.
Más atrás entre la gente, Heidi, de unos 60 años, estaba con
su marido sentada en la estructura de metal sobre la que se sostenía la tarima
de los controles de imagen y sonido.
El hombre entrecerraba los ojos y por momentos se caía. Ella
lo sostenía. “Venimos cansados de la militancia de todo el día”, lo excusó. En
ellos resonó mucho la referencia de Delgado al discurso de Wilson Ferreira
Aldunate en 1984, cuando estaba inhibido de presentarse como candidato
presidencial.
“Nos sorprenden los
resultados del Frente Amplio por desmesurados con respecto a las encuestas y
respecto a la realidad nacional”, dijo la mujer. “Reconocemos el gobierno de Luis [Lacalle Pou], que siempre tuvo su 50% de aprobación y ahora Álvaro
Delgado también tenía un gran porcentaje y la verdad que teníamos mucha chance
de ganar”, destacó.
Pese a la frustración, Heidi consideró que “hay que seguir
unidos”. “Que la grieta no se siga agudizando. Que podamos ser como Peñarol y
Nacional pero que, cuando juega la Celeste, todos estemos unidos”.
La imagen fue la de un abrazo grupal lleno de lágrimas. Los
protagonistas eran todos jóvenes militantes de la lista 5 del espacio D-Centro
de la vicepresidenta Beatriz Argimón. Renzo —mirada firme, pero ojos rojos— les trasmitió
a sus compañeros un mensaje de aliento.
“Hay que estar con la cabeza en alto, a seguir trabajando.
En cinco años vamos a volver con un nuevo gobierno de Luis [Lacalle Pou].
Orgullosamente blancos siempre nosotros, con la cabeza arriba. No se pudo hoy,
lástima. Cada cinco años uno pierde, esta vez nos tocó a nosotros”, les dirigió.
Los ojos húmedos de quienes se transformaron en amigos del chico que milita
desde 2014 en el PN encontraron un poco de consuelo.
“Ellos escondieron al candidato durante la campaña, nosotros
dimos la cara. La gente prefirió elegir al que se escondió”, le transmitió Renzo
a Montevideo Portal, notoriamente frustrado.
El chico relató que él y sus amigos militaron “todos los
fines de semana y entre semana, a veces capaz descuidando responsabilidades y
familia”. “Siempre unidos para buscar lo mejor para el país”, agregó.
Su compañera Catalina dijo estar “muy decepcionada”, ya que
ella valora que el actual es “un gran gobierno”. “Vamos a repensar qué hicimos
mal al comunicarlo; fue un buen gobierno y teníamos a un muy buen candidato que
iba a ser un gran presidente”, lamentó.
Pese a esto, habló de seguir “con fuerza” hacia las
elecciones de mayo. “La estructura va a seguir activa, vamos a seguir militando.
Esto es una derrota, pero tenemos unos ideales por los que vamos a seguir
luchando”, expresó.
Pero si de autocrítica se trata las hermanas Pamela (30) y
Camila (28), de familia blanca, se animaron a apuntar contra la candidata que
llevó su partido como vicepresidenta, Valeria Ripoll.
“El resultado no lo tomamos para nada bien, queríamos que
ganara el PN a toda costa, pero tampoco nos gustó la figura que eligieron como vicepresidenta”, contó Pamela a Montevideo Portal.
Para ellas esa fue una de las razones por las que los
blancos no ganaron la presidencia. “Hay mucha gente que no votó al Partido
Nacional por Ripoll”, sumó la hermana mayor.
Consultadas sobre quién hubiesen querido como candidata a
vicepresidenta, ambas respondieron al unísono: “Laura Raffo”.
Algunas otras personas, notoriamente angustiadas,
prefirieron no dar declaraciones a Montevideo Portal.
Por Cecilia Presa
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