(#demachosaHOMBRES en redes) propone «una nueva conversación para los hombres: desafiar al machismo». Nicko Nogués, activista por los derechos humanos y miembro del instituto, dijo: “El 90% de los homicidios del mundo los cometen hombres. No solo nos estamos matando entre nosotros por ‘machos’, sino que también las matamos a ellas por odio».
Para él, los hombres «necesitamos nuevos espacios de conversación -distintos al bar, el estadio de fútbol, la cancha o el antro de turno- que detonen otro tipo de conversaciones y, por lo tanto, accionen otro tipo de comportamientos».
DMAH es una campaña del Instituto para el Desarrollo de Masculinidades Antihegemónicas, que tiene «el firme propósito de desafiar al machismo y sus violencias en todas sus formas, potenciando masculinidades positivas, explorando y dando cabida a mejores formas de ser hombres en el ámbito público, empresarial y organizacional, potenciando con ello la inclusión, diversidad e igualdad de oportunidades para tod@s».
Además de organizar círculos presenciales de hombres, asesorías empresariales y diferentes campañas, DMAH funciona como un espacio de militancia en las redes para concientizar y generar masculinidades sanas.
«Identificarnos en este caso como hombres desde una única y rígida visión de la masculinidad sin cuestionarnos conscientemente si esa es la forma en la que realmente queremos vivir, es poner en riesgo nuestra propia vida y la de las personas que nos rodean, porque cuando nuestra identidad de género se confunde con la identidad hegemónica dominante, nuestra vida se puede convertir en una cárcel donde acabamos confundiendo esa identidad hegemónica con la única forma que tenemos de vivir», dicen en uno de sus ensayos, que comparten de manera gratuita en demachosahombres.com.
En sus cuentas generan publicaciones con información, preguntas y hacks sobre masculinidad. En Twitter (@machosahombres), por ejemplo, publicaron una serie sobre privilegios en el espacio de trabajo: «Hablar de privilegios masculinos implica reflexionar sobre cómo la experiencia de los varones marca diferencias en todos los entornos; es importante remarcar que la experiencia personal no implica una generalización frente a otras personas» escribieron.
En una serie de fotos enlistan los privilegios masculinos: «Nuestras opiniones siempre son tomadas en cuenta, nadie piensa que nos contrataron para cumplir la cuota de género, no se nos cuestiona si las ideas que damos son nuestras, vestirse como uno quiera». Luego, invitan a «hackear el machismo» reconociendo la posición de poder, cuestionándola y generando otros códigos de vinculación.
Esta experiencia es noticiosa porque habla en primera persona de las vivencias de los hombres en el sistema patriarcal. No es un grupo de mujeres explicando por qué los varones tienen privilegios, son ellos los que se enuncian.
También abordan temáticas tabú que exceden el relacionamiento de hombres y mujeres, como los orgasmos masculinos. «¿Los hombres fingimos los orgasmos? La respuesta es sí. Según el estudio ‘Ficción vs. Realidad en el sexo», al menos, el 21,2% de los hombres reconoce haber fingido un orgasmo en su vida; quizá, si muchos se descubrieran, igualarían al 51,1% de mujeres que afirman haber fingido alguna vez».
Lo que subyace en el fingir «es la rigidez de la masculinidad hegemónica; el miedo a fallar», explican.
Otra de sus series de publicaciones se llama «Comentarios machistas». Allí desgranan frases comunes que esconden desigualdades de género. Por ejemplo, «detrás de un gran hombre hay una gran mujer».
Dicen: «Existen múltiples ejemplos de grandes genios en distintas áreas en las que se menciona como mero detalle el acompañamiento y apoyo de las mujeres a lo largo de sus vidas. Sin embargo, muchas de ellas fungieron papeles vitales y tuvieron que ser mucho más que las musas anónimas; fueron cuidadoras, guionistas, asistentes personales, directoras, enfermeras y editoras».
Nombran, por ejemplo, a Giulietta Masina, que editó guiones y eligió actores para las películas de su esposo, Federico Fellini. «A pesar de ser una gran actriz, optó por sacrificar su carrera profesional y dedicarse completamente a la carrera de su marido», relatan.
Actualmente se observa una creciente incorporación de las mujeres al mundo productivo, explican, pero este fenómeno no va acompañado de un abandono de las tareas del hogar. «La idea estereotipada de que detrás de un gran hombres hay una gran mujer, carga sobre las mujeres el peso de los éxitos o derrotas laborales de los maridos, quienes absortos en lograr grandes cosas, eran incapaces de mantenerse a sí mismos. ¿Es así también para las grandes escritoras, científicas o músicas?», expresan.
En todos sus posteos buscan que se genere una respuesta de la audiencia. «Cuéntanos tus impresiones, iniciemos el diálogo», escriben al final. Su principal objetivo es que las preguntas despierten pensamientos, reflexiones, nuevos caminos.
No solo generan campañas, sino que también comparten bibliografía útil para quienes quieren explorar diferentes maneras de habitar la masculinidad. Hay opciones para «explorar tu masculinidad positiva», otras sobre «cuestiona tu privilegio», mansplaining y «no es no».
En la prestigiosa revista Forbes publican columnas de acceso gratis sobre temáticas vinculadas a la masculinidad, como «es la escoba y no el balón, lo que nos hará mejores hombres» o «el autoengaño de sentirte deconstruido», en la que Nogués asegura que «sentirse deconstruido es el camino más directo a la autocomplacencia condescendiente y más bien representa una especie de egofrenia y bypass progresista que lo que probablemente alberga es un ego mal gestionado disfrazado de conciencia».
Y sigue: «Es importante observar que atributos como fuerza, valentía, seguridad, decisión, asociados de forma arquetípica a las masculinidades, no son valores negativos per se, sino que es el tratar de encajarlos todos como la única forma de ser hombre, lo que termina replicando y sosteniendo un estereotipo y un patrón orientado a la violencia machista, donde el 80% de los suicidios los cometen los hombres, donde somos 3 veces más propensos que las mujeres a caer en adicciones y donde protagonizamos el 91% de los homicidios mundiales».
Nogués, creador de DMAH, publicó un libro llamado Hackea a tu macho, en el que plantea «10 acciones para hombres que se atreven a desafiar la masculinidad tóxica». Dice el activista: «Sí, se puede ser hombre sin ser macho. Digan lo que digan. Si eres como la mayoría de nosotros, tú también creciste con la noción de que un hombre ‘de verdad’ no muestra sus sentimientos, siempre tiene la razón y vive para ligar. Pero cuidado: esa es solo la versión dominante de la masculinidad y no es la única posible; de hecho, es una idea que limita y daña a todos y a todas».
Por ello, «es tiempo de revisar por qué los hombres nos comportamos así, pensar de qué manera podemos ser diferentes y desafiar juntos al machismo».
Todos los materiales de la campaña DMAH se pueden buscar, descargar y compartir en su web y sus redes sociales.
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