Habló del paro general, el referéndum del 27 de marzo, la cultura patriarcal, el machismo en el Pit-Cnt, la «frágil» postura de la vicepresidenta para cuestionar el accionar del intendente blanco Carlos Moreira y, como contracara, la virulencia de Argimón para «mandar callar a los gritos» a legisladores de otros partidos cuando hablan en el Parlamento.

Flor de Liz Feijoo es obrera de la aguja, abuela feminista y dirigente sindical. Proviene de una familia de obreros blancos wilsonistas que llegaron a Montevideo desde Cerro Largo y Artigas apenas con lo puesto y con tenues promesas de trabajo. Flor nació respirando inequidad en una sociedad que le enseñó de manera inequívoca que ciertos privilegios se heredan desde la cuna. Y la exclusión y la pobreza también. Fue por mucho tiempo «la hija de la mucama» y comprendió -a fuerza de discriminación- que el desprecio de clase suele ser feroz con niñas, niños y adolescentes. Lejos de resignarse, construyó su camino de militancia ínfima y silenciosa, hasta que el paso de los años y las luchas sindicales la colocaron en un plano de exposición pública que verdaderamente detesta. Fue la primera mujer sindicalista uruguaya que habló en el plenario de la OIT en Suiza, trazó líneas de acción en su discurso del 1° de mayo de 2021 como secretaria general del sindicato de la aguja y ahora desde la Secretaría de Género del Pit-Cnt, teje y explica por qué el próximo 8M se convoca a un paro general de 24 horas bajo la consigna: «resistimos, trabajamos y luchamos».

 

¿Por qué la Secretaría de Género impulsó un paro general de 24 horas de mujeres y hombres?

Porque así lo resolvieron unos 30 sindicatos en un proceso de discusión que fue intenso, profundo, enriquecedor y necesario. No fue ni capricho, ni imposición ni nada que se quiera decir de manera superficial y hasta evidenciando desconocimiento de la forma en la que el movimiento sindical procesa sus discusiones y toma sus decisiones. Y por supuesto que esos procesos siempre son complejos. Para nuestro Pit-Cnt, nada ha sido fácil a lo largo de la historia. Somos constructores de la mejor y más rica historia de esta democracia, eso implica siempre analizarlo todo, discutirlo todo, buscar caminos de salida a los problemas del país, a nuestros problemas. Y en esto nos va la vida.

 

¿Cuál es tu interpretación sobre los ruidos que generó?

Creo que siempre se ha subestimado el rol de la trabajadora sindicalizada. No es nuevo. Y eso es parte del papel de la mujer trabajadora en la sociedad uruguaya, cuál es el rol que tenemos y el que reivindicamos. Por eso -insisto- no es fácil dar los debates, es un aprendizaje permanente. Es una deconstrucción y al mismo tiempo, una construcción de un camino de lucha. Por ello, si bien no ha sido fácil, creo que es un logro para las mujeres y el movimiento sindical todo haber podido llegar a esta convocatoria de un paro general del próximo 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

 

Decías que fueron unos 30 sindicatos que debatieron las características de la convocatoria. ¿Por dónde pasaron los grandes ejes de la discusión de un paro de mujeres y hombres?

Algunos sindicatos entendían que un paro solo de mujeres tendría mayor visibilidad y otros sostenían que en este proceso no solamente es importante la visibilidad, sino que es aún más importante sumar a los compañeros en la construcción de una perspectiva de género.

 

¿Por qué la consigna «resistimos, trabajamos y luchamos»?

Resistimos porque las mujeres del movimiento sindical hemos hecho eso toda nuestra vida. Hemos resistido y eso es tan visible que no necesita más explicación. Y en esta realidad actual, en la que la derecha golpea duro con una ley nefasta como la LUC, que recorta derechos y recursos para políticas públicas, lo que impacta directamente en las grandes mayorías y particularmente en las y los trabajadores y especialmente en las mujeres que llevamos la peor parte, hay que resistir, trabajar y luchar para que este gobierno clasista que defiende a los privilegiados y al gran capital, que brinda mayores beneficios a quienes más tienen, y olvida y desprecia a los sectores más pobres de la sociedad, no siga aplicando ese modelo de neoliberalismo feroz que impacta de lleno en las mujeres y en las y los trabajadores. Si queremos una democracia plena para todas y todos, las y los trabajadores tenemos que seguir luchando.

 

Ustedes entienden el 8M como parte de un proceso. ¿Crees que para algunas visiones es una fecha focalizada en un punto del almanaque?

Un paro general de 24 horas, que aplica a trabajadoras y trabajadores, que está siendo instrumentado por mujeres trabajadoras, no es menor en una central con una estructura tan dura como la que tenemos en el Pit-Cnt. Este paro general del 8M puede significar un antes y un después del papel y el rol de la dirigente sindicalista en los espacios del Pit-Cnt.

 

¿El Pit-Cnt sigue siendo machista?

El Pit-Cnt no es ajeno al resto de las instituciones.

 

¿Pero es o no machista?

La cultura patriarcal transversaliza toda la sociedad, por tanto, el Pit-Cnt no es ajeno a esa cultura y, en términos lisos y llanos, sí es machista.

 

¿Son duras las batallas que tienen que dar las mujeres en la interna, cotidianamente dentro del Pit-Cnt para profundizar el proceso de deconstrucción?

Obviamente, porque todas las batallas que impliquen un cambio cultural son duras. Acá y en todos los espacios. Y también es importante entender que no se trata de imponer la paridad sino de lograr que las compañeras tengan su legítimo espacio en el rol de la conducción sindical.

 

El Pit-Cnt integra la Intersocial Feminista. Sin embargo, hubo desde la IF algún mensaje duro hacia ustedes, se habló de que la marcha iba a ser «aplastada» por la central sindical y que la limitación al derecho a movilizarse «no la impone la LUC, sino el Pit-Cnt». 

Siempre vamos a saludar a las compañeras que -aún duramente- colocan sus ideas para generar el debate. Eso es sagrado. Porque creo que muestra que las mujeres peleamos fuerte por nuestras ideas y desde nuestros espacios, damos discusiones duras por lo que entendemos está bien. Y eso es importante. Quizá en su momento, no existió la comprensión de parte de todas las estructuras que integramos las mujeres de nuestro país. Nosotras saludamos todo lo que han hecho los feminismos y lo que seguirán haciendo. Y fundamentalmente el aporte que le han hecho también al movimiento sindical. Está claro que nosotras, las trabajadoras, muchas veces estábamos enroscadas en nuestros problemas cotidianos del día a día, más allá que nuestra central sindical no es inmediatista, sino que plantea sus estrategias a mediano y largo plazo para generar una sociedad más justa y humana. La mayoría de las mueres del movimiento sindical somos feministas clasistas. Y eso es parte de nuestra idiosincrasia. Saludamos claramente los feminismos más teóricos, pero nosotras tenemos nuestra impronta de clase.

 

¿No habrá faltado comunicación con «las pibas», con las nuevas generaciones de feministas para que conocieran los logros y conquistas que ustedes han ido obteniendo en los procesos de negociación colectiva con las cláusulas de género, por ejemplo para las víctimas de violencia de género o en materia salarial, en cuanto a igual tarea, igual remuneración?

Siempre falta comunicación. Siempre. Tal vez en este caso, eso incidió en que no se percibiera la lucha en perspectiva y se disparara de manera tan suelta y casi diría a la ligera contra toda la historia del movimiento sindical. Nuestro Pit-Cnt, siempre tuvo y tendrá las puertas abiertas para intercambiar en el marco del respeto, con todas y todos, y particularmente con los feminismos que tanto bien le hacen a la humanidad toda.

 

También hubo algunas críticas a la inclusión de la campaña por el voto rosado del Sí en el referéndum en el marco del 8M. ¿Eso cómo lo evaluaron?

Este paro general fue resuelto en conmemoración y homenaje a la lucha de las mujeres trabajadoras que se recuerda el 8M y todo lo que implica desde 1910 a nuestros días. Es un día de reivindicación que las mujeres trabajadoras siempre hemos defendido por nuestros derechos. En ese contexto, no creo que sea un dato menor que las compañeras hayan entendido que en defensa de nuestros derechos tenía que estar incorporado el Sí rosado, porque la mayoría de los artículos impugnados nos afectan directa y sustancialmente a las mujeres trabajadoras. Si la LUC quita derechos a la población, está claro que las mujeres somos las que la vamos a pasar peor. Es una ley que además coloca dos modelos de país: uno que privilegia y defiende intereses de los poderosos, del gran capital, de los sectores más enriquecidos del país, y por otro lado, los sectores más vulnerables y postergados. Eso es clarísimo. Y las mujeres estamos mayoritariamente en el sector más vulnerable y es justo y lógico que tomemos partido por el Sí rosado a la derogación de los 135 peores artículos de la LUC. Es una reivindicación que la hicimos y haremos siempre. Las mujeres trabajadoras no hemos sido ajenas a las luchas históricas por nuestros derechos. Lo hicimos por el voto verde en su momento y ahora en la recolección de firmas las calles, barrios y pueblos se llenaron de mujeres militantes que anduvimos por todas partes.

 

También les dijeron que «no se puede hacer política con el 8M».

¡Todo es política! El 8M no es un desfile ni un espectáculo para que alguien vaya a lucir su ropa o salir en una foto. Para que quede claro: quienes reivindicamos todos los días la lucha por una sociedad sin explotados ni explotadores y una sociedad mejor nos consideramos como parte de la política, porque la defensa de los derechos sindicales, los derechos de las mujeres, los de los sectores más vulnerables, es un asunto político. La participación es política. Ir al almacén con un salario magro a comprar la comida para tus hijos es política. Jugársela, intervenir y decidir nuestro futuro, es política. Las mujeres trabajadoras nunca fuimos indiferentes a nuestros problemas y, por ello, seguiremos reivindicando nuestros derechos el 8M, el 9, el 10 y todos los días del año. Y por eso defendemos el Sí rosado. Y tenemos claro que la política no es fácil, es dura y a veces ingrata como cuando te atacan por pequeñas disputas de poder. Y desconocer el origen de esta fecha histórica implica cierta banalización del 8M porque no se entiende dónde están las luchas. Si queremos transformar la sociedad, implica saber de qué lado estamos. Nosotras las trabajadoras, que somos parte de un feminismo de clase, sabemos dónde nos paramos.

 

La vicepresidenta de la República anunció que no participará en la marcha del 8M por decisiones que adoptó el Pit-Cnt. ¿Cuál es tu lectura de ello?

Tal vez no debería haber participado nunca en las marchas. Ella es parte de una coalición de gobierno que promueve y defiende una ley que es nefasta para las y los trabajadores. Ella es parte protagónica de una coalición de gobierno que cuando las mujeres vamos a reclamar por nuestro salario, nos colocan unas pautas lamentables en los Consejos de Salarios y si reclamamos con movilizaciones, nos mandan a reprimir con la fuerza pública. Ella es parte de una coalición que en su alianza con la derecha y ultraderecha defienden los intereses de los grandes capitales. Entonces, ¿qué parte de su actividad se une con la lucha de las trabajadoras? Además, la vicepresidenta cuando se conocieron los audios del intendente blanco de Colonia, Carlos Moreira, se pronunció de manera muy suave al comienzo -no con la vehemencia que utilizó para mandar callar a legisladores- y luego, como todo el Partido Nacional, recibió de brazos abiertos a su correligionario y dijo que fue «ratificado por el pueblo». Lo que hizo el Partido Nacional, y eso incluye a la vicepresidenta, se parece mucho a barrer debajo de la alfombra.

 

¿No hay feministas de derecha?

Los feminismos son muchos y hay muchos tipos de feminismo. Hay que saber a qué feminismo pertenece cada una. Mi feminismo es de clase. No es el de la banalización de sacarme una foto en una marcha para una revista o para decir que ahí estuve como si fuera un té con amigas. Y mi feminismo es de todos los días del año. No de un día del almanaque.

 

El Partido Colorado también cuestionó al Pit-Cnt por el 8M. Al parecer, el gobierno lo cuestiona.

El Día Internacional de la Mujer Trabajadora nació como consecuencia de un incendio. Pero no fue el único. Siguieron sucediendo episodios de explotación, violencia y muerte de mujeres trabajadoras. Incluso en nuestro país no hace tanto tiempo con un gobierno blanco hubo otro incendio en el que murieron mujeres trabajadoras pobres. Eso pasó acá. Por tanto, tal vez deberían tener otro respeto a la hora de hablar de esta fecha y lo que implica para nosotras, las mujeres trabajadoras.

 

TEXTOS ALFREDO PERCOVICH

PRODUCCIÓN VIVIANA RUMBO



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