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El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas trató este martes la situación
en la República Democrática del Congo (RDC), una reunión en la que participaron
tanto RDC como Ruanda y que acogió alarmantes palabras de los representantes de
la misión de la ONU en la RDC (Monusco).
La primera en tomar la palabra fue Vivian van de Perre, representante
especial adjunta del secretario general para la protección y las operaciones de
la Monusco, quien dijo que “los crecientes enfrentamientos en el este de la RDC
han provocado desplazamientos masivos”.
“Más de 178.000 personas huyeron del territorio de Kalehe cuando el M23
tomó Minova, y más de 34.000 de ellas buscaron refugio en los ya superpoblados
campamentos para desplazados internos existentes en Goma y sus alrededores”,
anotó Van de Perre en una videollamada desde la ciudad de Goma, en RDC.
En ese sentido, recalcó que los combates de la semana pasada han “obstaculizado
gravemente los convoyes de suministros y han consumido muchos recursos de la Monusco”.
La representante especial, además, hizo hincapié en que la acción militar
no puede resolver este conflicto y que es “imperativo” que todas las partes
cesen las hostilidades y se comprometan a entablar un diálogo político para
evitar un mayor sufrimiento de los civiles.
“Hagamos un llamamiento para que haya una respuesta inmediata a tales
niveles de violencia y sufrimiento, que la situación requiera cada vez más una
acción internacional coordinada y de mayor inclusión”, anotó.
Rusia y EE. UU. piden un alto el fuego
El embajador ruso ante las Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, coincidió en
que está “absolutamente claro” que la situación solo podrá mejorar si se logran
acuerdos políticos y señaló el Proceso de Luanda como el mejor foro donde se
puede lograr una solución política.
En su discurso, Nebenzia condenó las acciones del M23, pidió el cese de las
hostilidades e instó a las fuerzas extranjeras a retirar sus unidades
militares.
La representante interina de Estados Unidos, Dorothy Shea, también pidió un
alto el fuego “inmediato”, así como que RDC y Ruanda trabajen en una solución
pacífica.
“Apoyamos firmemente al pueblo congoleño y la soberanía e integridad
territorial de la RDC, e instamos a Ruanda a que las respete al mismo tiempo”,
recalcó Shea.
RCD pide “medidas enérgicas”
La ministra de Asuntos Exteriores de RDC, Thérèse Kayikwamba, dijo haber
venido a la sede de la ONU en Nueva York no para contar a los países miembros
lo que ya saben, sino pedirles “que tengan el coraje de hacer lo correcto”.
“Les instamos a que tomen medidas enérgicas, reconozcan la responsabilidad
de Ruanda en las múltiples violaciones de nuestra soberanía, así como las
atrocidades que comete”, anotó la canciller.
Aseguró que se trata de un problema internacional y no algo que tengan que
solucionar las naciones africanas por el hecho de suceder en ese continente.
Kayikwamba planteó cinco demandas: la retirada inmediata de las tropas
ruandesas del territorio de RDC, el establecimiento de sanciones específicas
contra Ruanda y un embargo sobre los recursos naturales identificados como
tales; también exigió la exclusión de Ruanda como país que aporta tropas a las
misiones de mantenimiento de la paz y una transparencia total en lo que
respecta a las transferencias de armas al país.
“Este Consejo no es incapaz de tomar medidas. De hecho, está capacitado
para hacerlo. Por lo tanto, la pregunta que queda al final de esta reunión es
si este Consejo está dispuesto a actuar”, concluyó la ministra.
La versión de Ruanda
Por su parte, el representante de Ruanda, Ernest Rwamucyo, dijo que las
obsesiones de la RDC son la raíz del conflicto y condenó los ataques contra su
país.
“El deterioro de la situación en el este de la RDC tiene una sola causa
inmediata: la obsesión del presidente de la RDC por una solución militar y la
sed de un cambio de régimen en Ruanda”, afirmó.
Ruanda pidió, entre otras cosas, la retirada de las tropas extranjeras.
EFE
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