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El
verano ya comenzó y, entre los
distintos pronósticos de cara a los últimos días del año, se prevé un
aumento de temperaturas. El meteorólogo Nubel Cisneros anunció, algunos
días atrás, que en algunas localidades se podrían llegar a dar temperaturas
que superarían los 40 °C.
En este
marco, desde el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) publicaron una serie de
informes en que se detallan las diferencias entre una ola de calor, el exceso
de calor y un golpe de calor.
Y no es
de surf
De acuerdo con
el organismo, se considera ola de calor “cuando se registran altas
temperaturas al menos durante tres días con mínimas entre 21/25 °C y máximas
entre 34/41 °C”.
Así, Sinae añade que, al igual que sucede con las alertas por
lluvias y tormentas emitidas por el Instituto Uruguayo de Meteorología, también
existen los umbrales de riesgo de nivel amarillo, naranja y rojo.
“La ola de calor tiene sus efectos sobre la vegetación y el
suelo, aumentando la posibilidad de ocurrencia de incendios. Además, influye
sobre el caudal de ríos y arroyos”, indica el Sinae.
En este marco, las olas de calor también tienen su impacto
en un mayor consumo de energía eléctrica, la formación de incendios, la
presencia de floraciones de cianobacterias en cursos de agua, entre otras áreas
de la salud y la sociedad.
“Esta persistencia de una sensación térmica elevada puede
afectar nuestra salud”, concluye el organismo acerca de este fenómeno, lo que a
su vez provoca las otras dos condiciones detalladas por el Sinae.
Es un
montón
“El exceso de calor es la situación provocada por un anormal
calentamiento del cuerpo en un período de tiempo relativamente breve”, detalla
el comunicado en la página web del Sinae.
Los principales síntomas que causa en las personas son
calambres, agotamiento, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, presión arterial
baja y deshidratación. “Se debe prestar especial atención a personas de
avanzada edad y a la primera infancia”, alerta el organismo.
Ante la detección de estos síntomas, se recomienda permanecer
en un lugar fresco y sombreado, tomar una ducha (o “refrescarse con paños
húmedos y fríos en la cabeza, cuello, axilas y región inguinal”) y beber
líquidos fríos.
“Si con estas medidas no mejora, consultar a la brevedad con
un servicio médico”, advierte el Sinae.
Un pegue
distinto
Finalmente,
el golpe de calor “es la situación más extrema del exceso de calor”.
“Es un cuadro de cierta gravedad y se caracteriza por
temperatura corporal mayor a los 40 °C, piel caliente y enrojecida,
inestabilidad al caminar, mareos y somnolencia, confusión y hasta delirio y
convulsiones”, informa el gobierno.
Si una persona registra algunos de estos síntomas se debe “solicitar
atención médica urgente”, enfatiza Sinae. Mientras se espera a la asistencia,
sin embargo, se deben tomar ciertas medidas:
• Colocar a la persona en un lugar fresco y sombreado.
• Refrescar el cuerpo con paños húmedos y fríos.
• Si la persona está consciente, colocarla con la cabeza más
elevada que el resto del cuerpo y ofrecerle líquidos fríos.
• Si la persona se encuentra inconsciente, colocarla de
costado con piernas flexionadas.
“Si con estas medidas no mejora, consultar a la brevedad con
un servicio médico”, finaliza Sinae.
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