En el marco de la conferencia tecnológica Web Summit Rio, uno de los mayores encuentros del sector en América Latina, el director ejecutivo del evento, Paddy Cosgrave, lanzó una fuerte advertencia: “Estados Unidos ya no es la potencia dominante en tecnología, aunque actúe como si lo fuera”. Sus declaraciones reflejan un cambio de paradigma global que desafía la histórica supremacía tecnológica norteamericana.
Cosgrave, cofundador de la conferencia que este año reunió a 34.000 asistentes, aseguró que la dinámica de poder ha mutado hacia el bloque de los países emergentes. “El siglo XXI pertenece sin duda a China y a los BRICS. Están en ascenso”, sostuvo en entrevista con AFP, citando un episodio reciente en la Web Summit Qatar, donde al preguntar al público quién ganaría la carrera por la inteligencia artificial, casi nadie eligió a EE.UU.
El irlandés de 42 años fue particularmente crítico con la guerra arancelaria impulsada por el expresidente Donald Trump, la cual, afirmó, afecta el desarrollo del ecosistema tecnológico global al fragmentar mercados y generar incertidumbre. “Abogo por un mundo lo más abierto posible. La balcanización del planeta es peligrosa”, advirtió.
La Web Summit Rio, que se extenderá hasta 2030 en esta ciudad, ha sido un espacio clave para el diálogo entre gigantes del sector como Nvidia, TikTok, Meta y OpenAI, así como para startups emergentes. Para Cosgrave, este tipo de encuentros permiten tender puentes entre regiones en un momento de alta tensión comercial y geopolítica.
Respecto a la inteligencia artificial generativa, Cosgrave trazó un paralelismo con la llegada del automóvil: una innovación que planteó riesgos, pero que fue regulada con el tiempo para proteger a la sociedad. “Toda nueva tecnología tiene un lado oscuro. Lo importante es decidir colectivamente cómo convivir con ella, bajo reglas claras”, afirmó.
En cuanto a la moderación de contenidos y el combate a la desinformación, el organizador fue enfático en su defensa del rol público. “Dejar que las grandes tecnológicas definan los límites de la libertad de expresión es una pendiente resbaladiza. Esta debe ser una función de nuestros sistemas judiciales”, advirtió.
Las palabras de Cosgrave llegan en un momento en que las tensiones entre Washington, Beijing y Bruselas por el liderazgo tecnológico marcan un nuevo capítulo en la disputa por el poder global. Su diagnóstico resuena especialmente en América Latina, región cada vez más relevante en la conversación tecnológica global.
Con información de AFP
