Facundo Gorga, un niño argentino de 10 años, murió el 2 de enero de 2024 al ser succionado por un ducto de la piscina conocida como “La Dulce”, ubicada en el country del Jockey Club de Rosario. El caso volvió a la agenda esta semana, cuando se conoció el testimonio de un hombre que, a la misma edad, vivió lo mismo en 1983 y logró sobrevivir.
Se trata de Matías Enz, quien en declaraciones al diario La Capital contó que fue absorbido por el ducto de la piscina y estuvo seis minutos bajo el agua hasta que fue rescatado por un guardavidas. “Me ahogué como se ahogó Facundo, me morí. Mi bañero me sacó y me trajo de la muerte. Estoy acá de milagro”, relató. Y agregó: “Fue en las mismas condiciones, en un ducto, a diez metros del suyo, que no tenía rejilla”.
La madre de Facundo, María José Chena, declaró a Infobae que ese testimonio confirmó lo que había imaginado. “Es el momento de desesperación en el que mi hijo cobra conciencia de que no puede salir. Querer respirar y no poder. No es solo asimilar la muerte de un hijo, una muerte evitable, sino tener que asimilar que sufrió”.
“Mi hijo no solo muere por una negligencia, sino que tuvo una muerte violenta”, agregó.
La investigación está en manos de la fiscal Mariela Oliva, quien imputó a cinco personas por el presunto delito de homicidio doloso: los dos intendentes del club, la guardavidas que estaba en el lugar, el encargado de mantenimiento y el responsable de operaciones.
Sin embargo, la familia reclama que también sean imputados Charles Roberts, presidente del Jockey Club, y Jorge Sánchez Almeyra, presidente del country. Consideran que ambos conocían los riesgos de la piscina desde hace años y no actuaron para evitarlos.
Enz relató que en 2018 ocurrió otro caso: un hombre adulto fue absorbido por el ducto de la misma piscina, pero logró salir. “Mi mejor amigo me llamó desesperado: ‘Matías, pasó otra vez, no lo puedo creer’”, recordó. Dijo que su amigo fue a hablar con Roberts. “Le dijo que no podía pasar de nuevo, que tenía que hacer algo”, pero no se colocó la rejilla. “Después pasó lo de Facundo”, señaló.
En 2021 se registró otro incidente. Según Chena, un grupo de niños jugaba a llevar toallones al fondo de la piscina. El ducto succionó uno. “¿Qué hicieron las autoridades? Llamaron al padre y sancionaron al nene por jugar con el toallón. El nene estuvo suspendido por 15 días. Y no pusieron nada en el ducto, que tenía 16 centímetros de diámetro”.
Chena también relató a Infobae que un adulto metió el brazo en el ducto mientras nadaba, quedó atrapado por la succión y tuvo que hacer fuerza para liberarse. Luego avisó a las autoridades. “Les escribió para que hicieran algo, porque era una trampa mortal”, dijo.
La madre de Facundo sostuvo que todos estos antecedentes están incorporados en el expediente judicial. También criticó a la fiscal Oliva. “Mis abogados han pedido en varias oportunidades que Roberts y Sánchez Almeyra sean imputados. Las pruebas alcanzan y sobran. Pero la fiscal no los imputó”.
Chena señaló que Roberts es esposo de la diputada nacional Germana Figueroa Casas, del PRO, y sugirió que eso podría explicar por qué aún no fue imputado.
Matías Enz denunció que hay un clima de silencio en el club. “Hablé con muchos empleados. Me dicen que si ven un problema de seguridad y lo reportan, les dicen que se callen o los echan. Que no saben nada, que no vayan con pavadas”.
“La soberbia es peligrosa. Lo que le pasó a Facundo se va a repetir. Y me lo dice la gente que trabaja ahí”, añadió.
Chena afirmó que tras la muerte de su hijo el club no decretó duelo institucional al día siguiente. “Lo hicieron recién el 5 de enero, después de que los socios reclamaran por la indiferencia”, aseguró. También denunció que no se realizó un sumario interno ni se investigó lo ocurrido.
Recordó además un hecho vinculado a su propio salvataje en 1983. Según Enz, tras insultar a un directivo que no ayudaba mientras él se ahogaba, el guardavidas que lo salvó estuvo a punto de ser despedido. “Era un miembro de la comisión directiva que se sintió ofendido por haber sido tratado así frente a otros socios”, dijo.
Enz explicó cómo lo marcó la experiencia. “Recuerdo de chico, de lo mal que quedé, creer que me había muerto ahí en esa pileta. Pensaba que me había muerto y que había quedado un Matías muerto ahí con su familia llorando, y que mi vida era un universo paralelo”.
Chena concluyó: “El testimonio de Matías Enz debería ser contundente porque pone una negligencia a través del tiempo. Él habla de soberbia e impunidad”.