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todaymayo 1, 2025
-La primera cuestión es establecer un balance crítico. ¿Qué consecuencias tuvo para la sociedad la aplicación, durante cinco años, de lo que hemos llamado el modelo de la desigualdad? Nosotros caracterizamos al gobierno anterior como un gobierno del gran capital. Básicamente, implementó un ajuste en contra de las grandes mayorías del pueblo trabajador y, desde nuestra perspectiva, tuvo consecuencias negativas. La participación del salario en la riqueza nacional, en el producto bruto interno, disminuyó. Un estudio de la Universidad de la República establece que, para el 95 % de la población, sus ingresos se deterioraron, mientras que solo el 5 % restante mejoró. En 2019 teníamos 450.000 trabajadores que ganaban menos de 25.000 pesos, y hoy son 550.000. Este deterioro social se refleja en el aumento de la pobreza, en particular de la pobreza femenina y la infantil. Además, todavía en Uruguay existe un 23 % de informalidad en el trabajo, un porcentaje que crece en la frontera norte del Río Negro. También hay sectores de nuestra población que viven en situación de calle, con una total ausencia de perspectivas de vida. Estas son las consecuencias que deja una política determinada.
Entonces, en primer lugar, el movimiento obrero quiere ajustar cuentas con esa realidad, pero no quedarse ahí. En segundo lugar, el movimiento obrero, no solamente el Primero de Mayo, sino de cara a los debates que se vienen preparando para el 15º Congreso Nacional Ordinario del Pit-Cnt, trata de analizar las bases reales que nos llevan a esta situación. La realidad está mostrando a gritos que en la base está la actual matriz productiva, dependiente de las materias primas y de productos sin demasiada valorización, sin demasiada industrialización. Esta matriz supone un modo de acumulación capitalista dependiente. No logra solventar la buena vida de tres millones y medio de habitantes. El centro del planteo del movimiento obrero es la necesidad de avanzar hacia una estrategia nacional de desarrollo que diversifique la matriz productiva, que haga una matriz más compleja, que logre reinvertir parte del excedente en el desarrollo productivo y social del país, que cambie los modos de producción y acumulación y distribución de la riqueza, y que, en definitiva, a través de determinadas herramientas, con el aumento de la capacidad de planificación estratégica del Estado, lleve a una política industrial de nuevo tipo para el siglo XXI. El desarrollo, digamos, de las compras públicas para promover proveedores nacionales, el aumento de la inversión en ciencia y tecnología, un conjunto de políticas que permitan apuntar una estrategia de desarrollo diferente en un mundo en donde hay una enorme grieta geopolítica. Las medidas que ha tomado Donald Trump recientemente son medidas todas de carácter defensivo que muestran la debilidad, en este caso, del imperialismo norteamericano. Medidas que pretenden enlentecer una caída inexorable frente al ascenso potencial de los BRICS, y en particular de China. Además, porque estas dietas geopolíticas nos hablan de un fenómeno aberrante como es la guerra. Real y potencial en el funcionamiento de la formación económico social capitalista a escala global, pero increíblemente la utilización de estas contradicciones nos abre la posibilidad, por ejemplo, de plantearnos políticas públicas que construyan una matriz productiva más sofisticada y compleja, que promueva el trabajo de calidad que la actual no promueve. Pero principalmente porque está la otra cara de la moneda en la cual apuntamos a políticas de integración de América Latina que permitan el desarrollo simultáneo de nuestro pueblo. Estas conmociones nos dan una ventana de oportunidad. Ese va a ser el centro del planteo del Pit-Cnt el Primero de Mayo.
También el debate de clase que vamos a estar desplegando en el propio Congreso Nacional Ordinario, esta es la línea vertebral. Luego, obviamente, en el plano de las reivindicaciones inmediatas, se articula con nuestras aspiraciones: una mayor participación en el presupuesto nacional. El objetivo de que aumente la participación del salario en el producto bruto interno, negociación colectiva de públicos y privados. El aumento de la participación del salario en el producto bruto interno como resultado de la generación de puestos de trabajo de calidad. Con la reducción de la jornada de trabajo sin reducción de salarios, la aspiración de que el máximo de horas trabajables a nivel semanal sean 40.
También el diálogo social sobre seguridad social, donde nosotros acoplemos los mecanismos de la protección social a la buena vida de la gente, convirtamos la Seguridad Social en un derecho humano fundamental. Y las tres medidas cautelares que nosotros levantamos en las luchas del año pasado, que reaparezcan con nuevas versiones en el propio diálogo social del que vamos a participar activamente… Es decir, esas serían las prioridades, con un horizonte de profundización de la democracia, de respeto a los derechos humanos, de verdad y justicia, que naturalmente siempre son banderas que levanta el movimiento obrero.
Sobre el diálogo social, la semana pasada se reunió con la comisión que trabajará el tema y dio a conocer su hoja de ruta. ¿Cómo lo están valorando?
-El día lunes vamos a recibir al equipo completo del Poder Ejecutivo que participará en el diálogo de la seguridad social. Aunque la hoja de ruta ya es de conocimiento público, vamos a escuchar las opiniones del propio Poder Ejecutivo y, sin duda, también elaboraremos nuestra propia hoja de ruta. El movimiento obrero es un actor central en este diálogo. Además, hay algunos componentes que son básicos. La fuerza política en el gobierno votó en contra de muchos de los artículos que hoy forman parte de la ley 20.130. Por eso, le vamos a solicitar a este Poder Ejecutivo que desmonte todos los artículos que votaron en contra. El programa de gobierno del Frente Amplio estableció volver a conquistar el derecho a jubilarse a los 60 años, mejorar las prestaciones y lograr que la jubilación mínima alcance al salario mínimo nacional. Además, en el programa se menciona “eliminar el lucro financiero de la seguridad social”, no el ahorro individual, sino el lucro. El movimiento obrero trabajará para que estos tres puntos del programa se concreten y que el diálogo social sea un avance para toda la sociedad.
Se viene el congreso para mayo, ¿cómo trabajan los sindicatos hacia esa instancia?
-El congreso será entre el 21 y el 24 de mayo. Es un ámbito central de la democracia del Pit-Cnt porque en realidad nuestra cúpula es una pirámide invertida. El organismo superior es el Congreso Nacional Ordinario, en el cual participan todas las filiales de acuerdo a la cantidad de afiliados que cada una tenga, afiliados cotizantes. El movimiento sindical tiene más afiliados que afiliados cotizantes. Por ejemplo, en la UNTMRA, los compañeros y compañeras, cuando están en el seguro de paro, siguen siendo parte del sindicato, pero no cotizan.
En el congreso se va a elaborar la propuesta de la clase trabajadora para la etapa histórica, que trasciende una administración del Gobierno, y que se puedan desarrollar a cabalidad las tareas democráticas. En primer lugar, una estrategia nacional de desarrollo. Y que en el actual período, que es el más chico de la etapa, nosotros podamos avanzar en los distintos pilares hacia una sociedad más justa. Todo lo que decía anteriormente estará presente y también se va a conversar cómo fortalecemos la organización de los trabajadores, cómo fortalecemos sus espacios de comunicación, cómo fortalecemos el diálogo del movimiento obrero con el pueblo, con la sociedad, de qué manera financiamos la actividad, qué dirección precisamos construir para que efectivamente sea la conducción del movimiento obrero para estas tareas. Todas esas cuestiones estarán en debate en el propio congreso, del que esperamos que sea exitoso desde un punto de vista de la línea estratégica, de fortalecimiento de la unidad sin la cual cualquier sueño nuestro es imposible.
Con respecto a la unidad, da la impresión de que el movimiento sindical ha logrado superar diferencias y se lo ve más cohesionado, ¿es así?
-Comparto eso. Obviamente que hay matices y diferencias, pero yo podría decir que en el 95 % de las cuestiones hay grandes acuerdos. Y acuerdos solventados por mayorías importantes. Es mi visión particular. La vida dirá cómo esto se expresa en el Congreso, pero por lo menos esto lo veo todos los días en la vida del Pit-Cnt y en los distintos sindicatos.
La unidad también se aprecia en las relaciones con los sindicatos hermanos de otros países.
-A través de relaciones fraternas con todo el movimiento sindical. En particular con organizaciones de trabajadores de Latinoamérica. Y, en particular, con una prioridad estratégica en lo que es la coordinadora de centrales sindicales del Cono Sur. Nosotros no podemos concebir el desarrollo de nuestro pueblo sin la unidad de América Latina. Entonces, eso se expresa también en las formas de interacción, de relaciones y de solidaridad recíproca en el campo internacional.
Todo indica que en este periodo que se inicia hay señales positivas. ¿Se pueden marcar de esa manera?
-Naturalmente que vamos a actuar en un escenario infinitamente superior al de los cinco años anteriores, pero no va a ser un escenario exento de movilización y lucha. Hay que valorizar la política. A riesgo de que nosotros suframos un deterioro democrático y aparezcan elementos mesiánicos de extrema derecha, como han aparecido en Europa y también aquí en América Latina, la política debe demostrar en la práctica, en la vida de la gente, que es una actividad importante para la satisfacción de las necesidades populares y para la esperanza concreta de la gente. Hay que revertir ese sentimiento, que lo avala la realidad, de que hasta hace algunas décadas las generaciones sabían que podían vivir mejor que las generaciones anteriores, pero en las últimas décadas, ese sentimiento empezó a estar controvertido. Y eso tiene que ver con cambiar las cosas de fondo. No es maquillaje lo que se necesita, son transformaciones para que la buena vida de la gente sea posible. Entonces, en ese cuadro, se juega el rol del movimiento obrero. El movimiento sindical, además, es una organización principalmente social, aunque tiene un rol político como es empujar la realidad para que las cosas sucedan, para que los cambios se produzcan y lleguen a la gente.
Escrito por hiperactivafm
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