El
breve desplome de un avión Boeing 787 operado por Latam durante un vuelo de
Australia a Chile que causó una “fuerte sacudida” y dejó 50 heridos el
pasado lunes pudo deberse a un error en la cabina, según informó este viernes The
Wall Street Journal.
El mencionado
medio explica que una azafata tocó involuntariamente un interruptor situado
detrás del asiento del piloto, que suele estar cubierto, mientras servía la
comida, y eso activó una función automatizada que empujó al piloto hacia los
controles e hizo que el avión cayera en picado.
El
diario, que atribuye esa información a funcionarios conocedores de la
investigación preliminar sobre el incidente, también recoge una nota interna de
Boeing a los operadores de sus aviones 787, en la que recomienda inspeccionar
los asientos de la cabina y los interruptores.
La nota
hace referencia a la “tapa” de un interruptor “suelto o desprendido” que “potencialmente
puede empujar con fuerza” al mismo, dando lugar a “un movimiento del asiento no
intencionado”, aunque no indica si la tapa en cuestión tuvo algo que ver con el
percance del vuelo de Latam.
El
desplome repentino del Boeing 787-9 Dreamliner de Latam Airlines que volaba de
Sídney (Australia) a Auckland (Nueva Zelanda) a centenares de metros de altura
está siendo investigado por las autoridades.
Según la
página Flightradar, el avión se precipitó unos 100 metros cuando había cubierto
unas dos terceras partes de su ruta, cayendo repentinamente de una altitud de
41.000 pies a unos 40.692.
Unas 50
personas resultaron heridas y 12 de ellas hospitalizadas, entre las cuales hay
una con pronóstico grave y el resto con heridas moderadas y leves.
EFE