El acné es una enfermedad crónica que afecta principalmente a adolescentes y que se manifiesta fundamentalmente en la cara, el tórax y la espalda. Sin embargo, también se da en otras etapas de la vida. Así, se estima que alrededor del 3 por ciento de los hombres y del 12 por ciento de las mujeres mayores de 45 años lo sufren.
Aparezca a la edad que aparezca y sea cual sea su causa, el acné está rodeado de múltiples mitos en torno a su origen, a su tratamiento y al efecto que determinados agentes externos, como el sol, tienen sobre él. Precisamente, sobre la influencia de los rayos solares en las lesiones del acné, que el sol, tomado en su justa medida, es beneficioso para esta patología, ya que tiene una acción inhibidora sobre la inflamación y controla la población de P. acnes, una bacteria vinculada a su producción.
Ahora bien, el exceso de sol y la ausencia de protección solar, pueden ser negativos, ya que, pueden producir pigmentación de las lesiones, especialmente de las inflamatorias, que, una vez producidas, son muy difíciles de eliminar.

El poder del bronceado
La acción antibacteriana, antiinflama-toria y secante del sol, hace que, en un primer momento, el acné mejore. Sin embargo, esa mejoría, acrecentada por el poder que tiene el bronceado pues disimula y mejora el aspecto de las imperfecciones, no es del todo real, ya que durante la exposición solar la capa cornea se hace más gruesa, lo que facilita la obstrucción de los poros. Además, cuando hace calor, aumenta la humedad y la sudoración y los rayos ultravioletas B acaban empeorando las lesiones.
Porque el sol provoca la deshidratación de la piel, incluso en la clasificada como grasa; y esto aumenta la producción de sebo y este exceso de grasa es clave en la formación de las imperfecciones. Además, el sudor favorece la creación de un entorno donde prosperan y se propaga la bacteria que está asociada al acné.

¿Qué crema solar utilizar?
Al margen de si beneficia y perjudica, los expertos recomiendan usar fotopro-tección y recurrir a productos específicos para estas personas, sobre todo, porque muchos de los fármacos que se prescriben para el acné, ya sean tópicos o sistémicos, son «fotosensibilizantes», lo que aumenta el riesgo de quemaduras y rojeces.
Dermatólogos aconsejan cremas con factor 50+ en excipiente no graso y no comedogénico, por la capacidad que tienen estos productos de obstruir los poros de la piel. En cuanto a la textura ideal, las mejores opciones son los esprays no grasos o las texturas fluidas formuladas específicamente para pieles grasas o con acné.

Limpieza y otros consejos prácticos
En el ABC de los cuidados más importantes de la piel con acné, la higiene se encuentra entre los más importantes. Sr recomienda utilizar soluciones específicas para pieles grasas o con tendencia acneica: No tienen que ser abrasi-vas, ni llevar detergentes ni alterar el film hidrolipídico de la capa córnea.
A las personas con pelo largo se les debe recordar que eviten que el cabello esté en contacto permanente con la cara, con el fin de evitar que la piel se engrase más y los comedones empeoren.
En cuanto a los hombres, una recomendación útil que se les puede dar es que limiten el afeitado eléctrico y disminuyan la frecuencia.



Fuente